sábado, 20 de abril de 2013

¿Quién ha visto un dólar?


¿Quién ha visto un dólar?

La economía nacional y popular se sigue recalentando.
Así lo señala el informe de nuestro siempre citado banquero, académico, representante acabado de la clase capitalista, el economista y profesor todo terreno Sturzenegger, que desde el Banco Ciudad nos cuenta que nos vamos al carajo.
La brecha cambiaria entre el dólar oficial y el paralelo (¿por qué dicen tantas macanas y lo llaman blue?) tiende a aumentar y la emisión monetaria genera una situación singular: sobran pesos (devaluados) y faltan dólares, de manera que como ocurre en cualquier organización social, lo que falta termina costando más caro.
No hace falta ser una eminencia en economía para darse cuenta que si el rendimiento del interés del ahorro (plazo fijo) es negativo respecto al aumento del costo de vida, poner la plata en el banco es apenas resguardarse de la inundación con un paraguas agujereado.
Como otros activos (vivienda, automóviles, inversiones financieras) están muy lejos del alcance de la mayoría de la gente…el interés por atesorar en una moneda más fuerte, es una tendencia incontrolable.
¿Sabrá Cristina que la gente tiene décadas de experiencia en devaluaciones, dólares, plazos fijos, letras de tesorería, y especulaciones diversas?
El gobierno demora y pretende controlar las negociaciones paritarias con la inestimable colaboración de la burocracia sindical.
Sin los burócratas no puede haber freno a los reclamos.
Por ese motivo, los dirigentes reman en dulce de leche ante el inexplicable silencio de las centrales sindicales.
El gobierno de CFK debería pagarles horas extras al 100% a todos los dirigentes sindicales que lastraron el reclamo salarial y lo pretenden hundir en el fondo del mar.
Pero como señala nuestro profesor, los K se pueden mirar en Venezuela donde la brecha cambiaria se ubica en el 260%, total los que pagan la devaluación, son los trabajadores.
Mientras la tutela del nacionalismo burgués (habría que ir pensando en sacarle la palabra nacionalismo) maniate a la clase obrera, los banqueros pueden quedarse bien tranquilos, que los negocios seguirán viento en popa.
¿Será ese el tan festejado viento de cola?

Luis Trombetta

El resumen y los contenidos se presentan a continuación:

LA SEMANA EN POCAS PALABRAS

Esta semana volvió a recalentarse el tipo de cambio paralelo. El dólar “blue” llegó a ubicarse en $8,70, acercándose a su récord de marzo pasado, mientras que el “contado con liquidación” (tipo de cambio implícito en las operaciones para fugar divisas a través de la compra-venta de títulos que operan en el exterior) rozó $9,1.
Así, se amplió la brecha entre el dólar oficial y el paralelo, continuando con la tendencia imperante desde la implementación de las restricciones cambiarias. Con sus últimos movimientos, la brecha entre el dólar oficial ($/USD 5,16) y el paralelo rozó el 70%. Esta diferencia, que se ubicaba en el 10% a comienzos de 2012, osciló entre el 30% y 40% en la segunda mitad del año pasado, saltando por encima del 60% a partir de marzo 2013. La ampliación de la brecha cambiaria se produce tanto por un salto del tipo de cambio paralelo, como por cierta moderación de la tasa de devaluación oficial, que en el último mes se ubicó en torno al 14% en términos anualizados.
¿Qué pasó en los últimos días? Por un lado, la demanda se vio impulsada por exportadores que habiendo liquidado sus ventas al exterior en el mercado de cambios oficial (obteniendo a cambio pesos), buscaron re-dolarizar sus posiciones en los mercados paralelos, dadas las restricciones para atesorar dólares. Adicionalmente, los operadores que venían actuando bajo indicaciones oficiales, y que salieron a ofrecer dólares para enfriar la cotización del “blue” a fines de marzo, parecen haber desaparecido.
Esto es sólo un preludio de lo que podría ocurrir en los próximos meses, con el ingreso de los dólares de la cosecha gruesa. En lo que va de abril, el Banco Central lleva comprados unos USD 450 millones, cifra que contrasta notoriamente con los USD 260 millones que debió vender en los primeros tres meses del año. De aquí hasta fines de julio se espera que los exportadores liquiden unos USD 700 millones semanales, garantizando una fuerte inyección de pesos, que en parte buscarán acceder al dólar en los mercados paralelos. Así, la mayor oferta de dólares por parte del sector exportador, lejos de calmar las aguas en el mercado informal, le confiere mayor ímpetu, situación que contradice la tesis oficial de que el recalentamiento del “blue” responde a factores estacionales que tenderán a disiparse con el ingreso de agrodólares.
A lo anterior se sumarán las crecientes necesidades de financiamiento del Tesoro en un año electoral. El ritmo de crecimiento de los pesos en circulación se ubicó en marzo en el 37% interanual, siendo explicado en aproximadamente 1/3 por las compras de divisas del Banco Central y en 2/3 por la asistencia financiera del BCRA al gobierno nacional. Este crecimiento, de por sí elevado, podría acelerarse de la mano del gasto público pre electoral.
Estos elementos definen el dilema que presenta el segundo trimestre. El ingreso de la nueva cosecha será positivo en términos del nivel de actividad y exportaciones, pero a la vez redundará en una mayor emisión de pesos y presiones sobre el nivel de precios, el dólar blue y las tasas de interés, que tenderán a compensar parcialmente los efectos benéficos que genera la cosecha.
¿Hasta dónde puede llegar la brecha cambiaria? Bajo las condiciones actuales, la brecha cambiaria tendería a ampliarse. Hay dos formas de aproximar lo que vendrá. En la medida que el gobierno siga emitiendo a este ritmo, combinado con restricciones a la compra de divisas, la inyección de pesos tenderá a ampliar la demanda potencial de dólares en el mercado paralelo. Como muestra de ello sólo hace falta ver la historia: desde el comienzo del primer mandato de CFK, en diciembre 2007, los pesos en circulación crecieron un 220%, lo cual fue acompañado por una inflación del 186% y un crecimiento de tipo de cambio paralelo de 180%.
Asimismo, si se mira el caso de Venezuela, donde las restricciones para ahorrar en dólares marcan la dinámica cambiaria (como contracara de la escasez de la divisa norteamericana), la brecha no necesariamente tiene que tener un techo: tras ubicarse por un año y medio (entre comienzos de 2011 y mediados de 2012) en torno al 100%, esta se ubica actualmente en un 260%.

CONTENIDOS

  • Mercado cambiario: ¿Quo Vadis Blue? (pág.2)
  • La Marcha de los Mercados (pág.5)
  • Estadístico (pág.7) 

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