domingo, 25 de febrero de 2018

Sobre el aborto

Sobre la discusión de la legalización del aborto, un amigo de siempre propone un mecanismo plebiscitario.
En mi opinión:

Desde lo formal, hay que discernir sobre la validación de cualquiera de los métodos que se empleen para conocer la opinión del cuerpo social.

Desde el inicio, aparece un primer problema u objeción, que es otorgarle al cuerpo social, a la sociedad si se prefiere, la potestad de la opinión general, un producto homogéneo que determine el comportamiento individual de las personas sobre sus propios cuerpos.
Una situación distinta al proceso electoral de muchas cuestiones que tienen que ver con la organización de una sociedad, ya sea un escenario político, gremial o meramente la elección de dónde vamos a comer una de estas noches, un grupo de amigos.
Son acuerdos colectivos, procesados después de una consulta que además, no son imperecederos.
Pero cuando una ley, una norma,pretende determinar un comportamiento individual, personal, privado, no vale la decisión mayoritaria.
No se elige la voluntad de una persona por la mayoría que así lo elige.
Sin banalizar el tema, no soportaríamos que en una elección se eligiera cómo debo comportarme, vestirme, cortarme el cabello, por decisión de la mayoría.
Ni tampoco cómo se resolvería en todos los casos (por democrática mayoría), un determinado problema de salud individual.
Sucintamente señalo que no hay un mecanismo justo, equitativo, correcto, para exigirle a alguien cómo debe manejar sus cuestiones privadas (una ley no puede regular el comportamiento privado, individual, sobre qué hacer con mi cuerpo).
Por lo tanto, sostengo que se debe legalizar el aborto para su práctica gratuita, en el ámbito de la salud pública, independientemente de las opiniones personales de cada uno, sin necesidad que ello determine que la elección frente al aborto, deba ser aprobada por mayoría de ninguna especie.
Obviamente habrá quienes estén de acuerdo y otros como yo, que bregamos por la legalización del aborto.

Sobre la base de que se trata de una elección personal, privada, conforme a su elección y no sujeta a la aprobación de ningún colectivo el aborto debe ser legalizado, gratuito y realizado en el hospital público.
De lo contrario, una eventual mayoría (legislativa, plebiscitaria) impondría (como hasta ahora) el poder de decisión sobre el cuerpo individual, en este caso, de una mujer.
Legalizar el aborto es una necesidad del orden de la salud pública.