domingo, 12 de enero de 2020

Esperando el índice de diciembre, avisame si hay aumento.


Avisame si hay aumento

Las discusiones paritarias entre la Asociación de Médicos Municipales (digamos entre sus auto elegidos “representantes paritarios”) y el Gobierno de la CABA (el empleador), transcurren (si es que se puede decir así) en el más hermético de los secretos.
No es la primera vez y aunque desearía que fuera la última, el futuro acuerdo salarial, seguirá siendo un tributo a la confidencialidad.

El cumplimiento de la cláusula de revisión (ya que en nuestra paritaria siquiera se habla de “gatillo”), es una deuda impaga.

En primer lugar porque ambas partes se esfuerzan por dilatar el asunto.

Bien porque la AMM firmó un acuerdo a la baja, que significó un 19% para el 2019, sin actualización de la pérdida del 2018, y que su reconocimiento por parte de la dirigencia firmante, sería la admisión de su responsabilidad.

Bien porque el gobierno del macrista peronista Rodriguez Larreta, único sobreviviente del naufragio amarillo, tampoco se dispone a pagar, si no es con una quita de la actualización que surgiera del cómputo del incremento real de la inflación, y digamos del remanido poder de recuperación del salario.

Como un dueto perfecto, ambos se esfuerzan por hacer pasar un camello por el ojo de una aguja.
Mientras tanto, a los ricos no les preocupa el reino de los cielos.

Porque la ciudad más rica del país, mantiene el déficit edilicio de los hospitales, y hasta el mobiliario de nuestros lugares de trabajo, los proveemos con sillas y escritorios, provenientes de nuestras propias “solidarias donaciones”.

No hay duda que la promesa pejotista kirchnerista de que “habrá 2019”, cumplió su función desmovilizadora.

La inesperada reacción, organización y lucha de los “residentes”, le puso un freno al macrismo pejotismo porteño, liquidando la deseada flexibilización laboral y salarial auspiciada por el gobierno.

Los jóvenes sorprendieron a tirios y troyanos: la AMM hizo mutis por el foro, el gobierno reculó, la ministra se excusó (ahora va de diputada!) y Larreta recibió un mazazo.

Un triunfo que dejó al descubierto a la dirigencia de la AMM, a la Lista 10 y seamos sinceros, también al Frente de Recuperación Gremial!
La siesta de la “oposición sindical en la AMM”, no los justifica ni los exonera.

Y así llegamos a enero, esperando que los vientos nos lleven las noticias del aumento del IPCBA diciembre 2019 (en castellano, la inflación de diciembre), para sumar el desfasaje del salario y aplicar la revisión salarial.

Unos médicos amigos, impulsados por el alegría navideña, hicieron un cálculo que dotado de generosidad contable, provocó un festejo anticipado.

Como si verdaderamente tuviéramos que esperar el índice de diciembre (más cerca de 4% que de ningún otro dígito), ya sabemos que el gobierno nacional, flamante y recién estrenado, aboga por aumentos de salarios en cuotas fijas, huyendo de las paritarias como “huir como si quemara la sombra”, con perdón de Marçal Font i Espí.

Volviendo al asunto, mientras los delegados paritarios y la patronal esperan que el número mágico salga en beneficio del ajuste, la mala noticia es que la inflación nos come el salario, el aumento del ABL en la CABA no perdona, el IVA a los alimentos corre por cuenta del plan solidario nacional, y nos acercamos a una versión vernácula remasterizada de ¡piove, governo ladro!

Y “a quien le quepa el sayo, que se lo ponga”.

Cada vez que se evoca la “cláusula gatillo”, más nos acercamos al corchazo autoinflingido.
Será porque el calor nos tuerce la puntería.

Luis Trombetta
Enero 2020