viernes, 24 de diciembre de 2021

Terminando el 2021


En el cierre del año la pandemia Covid amenaza con una nueva expansión.

Contra los pronósticos que auguraban la falta de vacunas, Argentina tiene una provisión que excede sus necesidades inmediatas.

Sin embargo hay 7 millones de personas que fueron convocadas para la vacunación de la segunda dosis y no han concurrido a cumplir con lo que personalmente considero una obligación.

No se trata de confrontar opiniones que desacreditan la inmunización versus quienes abogamos por la misma.

Se trata de proteger el bien común.

Los que sostienen la negativa a la vacunación atentan contra la salud de todos.

Ya no se trata de convencer sino de avanzar con la obligatoriedad y la inclusión en el calendario nacional de vacunación obligatoria.

La expansión de "Omicron" y las variantes que ya circulan en nuestro territorio, obligan a las autoridades sanitarias a exigir el cumplimiento de la vacunación.

Esperemos poder controlar este nuevo avance de la pandemia.

Seguimos trabajando por la salud de la población.

Luis Trombetta

24/12/21

jueves, 31 de diciembre de 2020

Se va el 2020, llega un 2021 de luchas

Terminamos un año de pandemia.

En diciembre de 2019 nos enteramos que en una provincia desconocida de China, un virus causaba estragos.

Después supimos que el virus se expandía por todo el mundo y que pronto se convertiría en pandemia.

Aquí en Buenos Aires, el Ministro de Salud de la nación, soslayaba el tema y se sentía más preocupado por el Dengue.

No tuvimos estragos por el Dengue, aunque como todos los veranos y desde hace más de 10 años, el Dengue regresó al país para quedarse.

Sin embargo y a pesar de la consideración del Ministro, el Covid 19 nos pegó de lleno.

En febrero de este año pasaba mis vacaciones en Villa Gesell y veía las noticias por televisión, el avance del SARS Cov 2 como así se llama, y nos enterábamos que la contención del virus en la Ciudad de Wuhan, China, no había evitado la diseminación mundial del coronavirus.

Europa sufrió un golpe tremendo y en España e Italia los fallecimientos diarios treparon a miles de personas.

El coronavirus llegó a los EEUU y pronto lo tuvimos en Sudamérica y en nuestro país.

Argentina es considerada como un país de ingresos medios.

Pero la realidad es otra.

La pobreza aumenta y los niños, los jóvenes y los jubilados son sus víctimas principales.

La desocupación aumentó en cuanto iniciamos la cuarentena.

Los sueldos quedaron congelados, los despidos fueron encubiertos y la indigencia se puso a la vista.

Familias sin techo, hogares sin recursos, contagios garantizados.

Un gobierno que demostró sus debilidades, desde el momento que tuvo que conceder al empresariado, a los capitalistas a disminuir los salarios, y no mucho después, aceptar el reclamo, de apertura de la economía, léase correctamente, beneficiarlos.

Las medidas que el gobierno adoptó para paliar la misera fueron y son insuficientes.

Sobre el final de la primavera el aislamiento social y el distanciamiento no se cumplieron.

El sistema de salud crujió.

El trabajo de todos los trabajadores de la salud, el esfuerzo físico, intelectual y psicológico, sostuvo la emergencia sanitaria.

Los salarios quedaron retrasados.

La sociedad aplaudió durante semanas el esfuerzo realizado.

Las patronales privadas y del estado en todas sus jurisdicciones, no otorgaron aumentos salariales.

Llegamos a fin de año sin paritarias, con aumentos miserables en el Gobierno de la Ciudad y una burocracia sindical acorralada por las protestas y las manifestaciones que tampoco parecen preocupar al ejecutivo porteño.

En estos días observamos un incremento del número de contagios.

La llegada de la vacuna Sputnik V es apenas el comienzo de un plan de vacunación que en primer lugar necesita la llegada de las vacunas en cantidad millonaria.

Los trabajadores de la salud pública y privada exigimos el reconocimiento material de nuestro trabajo.

El 2021 será la continuidad de la pandemia pero también tiene que ser desde el inicio, el momento de nuestra recomposición salarial.

Si fuimos y somos esenciales, que nos paguen como esenciales.

Por un 2021 que termine con la pandemia.

Por un orden social sin pobreza ni desigualdades.

Bienvenida la aprobación de la Ley de interrupción voluntaria del embarazo.

Que se cumpla la ley sin objetores institucionales.

A ganar la lucha contra el Covid, a ganar la lucha por todas nuestras reivindicaciones.

Por un 2021 de luchas y triunfos.

Luis Trombetta

lunes, 13 de julio de 2020

Se aguardan cambios en el curso de la cuarentena


Las expectativas de la humanidad están depositadas en la creación de una vacuna contra el coronavirus SARS-CoV-2, Covid 19 como lo conocemos habitualmente.

Sin embargo los estudios indican que aunque hay proyectos en fase 3, las pruebas que se realizarán en voluntarios y que incluye a nuestro país, deberán obtener resultados favorables, antes de culminar el ensayo y liberar la vacuna al mercado mundial.

Hoy escuché al Vice Jefe del Gobierno de la Ciudad en un reportaje periodístico, adelantar un protocolo que incluye 12 fases de acuerdo a un programa de apertura comercial, que podría culminar en diciembre de este año.

El adelanto del protocolo fue presentado en un reportaje cedido a América24.
Curiosamente, una emisora que ha puesto en duda los beneficios de la cuarentena y el actual retroceso de fase, insistiendo en la crítica a la prolongación de las restricciones que limitan la libertad individual, fundamentalmente la actividad comercial.

Sin embargo, el periodista no objetó al Vice Jefe cuando este señaló que el plan depende fundamentalmente de la evolución del número de casos.

A pocos días del término de la cuarentena, se esperan cambios en la política sanitaria que habiliten una apertura del comercio en la Ciudad y de la industria en el conurbano bonaerense.

Hoy Infobae publica un artículo en el que Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS señala que a la espera de una vacuna es necesario "llegar a una situación sostenible en la que tengamos un control adecuado de este virus sin cerrar nuestras vidas por completo o sin estar de un confinamiento a otro”.

La OMS reconoció que “no habrá regreso a la normalidad en el futuro previsible”, un día después de reportar un récord de 230.000 nuevos contagios de Covid-19 en una jornada (ídem).

La estrategia de la OMS no ha cambiado: respetar la distancia social, lavarse las manos, usar mascarillas, y aislarse en caso de estar enfermos.
Mientras tanto el gerente general de Pfizer, el laboratorio que llevará adelante la investigación sobre la vacuna contra el covid19 en Argentina, señaló que el ensayo aún no fue aprobado por la ANMAT y que podían comenzar en el mes de agosto

Textual:
“La noticia que tuvo un inmediato rebote en los medios tergiversa la real dimensión del evento, ya que Argentina será uno de los tantos mercados de ensayo. Así lo expresa la revista Time que entrevistó al CEO global Albert Bourla, quien ya avisó que las pruebas serán realizadas en 150 locaciones. Pero la compañía en su anuncio local, solo se centró en la Argentina con un recorte que impide tomar dimensión del verdadero peso de la iniciativa”.

“Pfizer logra con este anuncio a medias, dejar flotando en la ciudadanía la idea de que la vacuna de la multi está cerca de salir al ruedo, cuando otras empresas competidoras están mucho más avanzadas en la carrera”.

En el escenario mundial las empresas farmacéuticas compiten por el desarrollo de una vacuna que resulte efectiva para inmunizar contra el Covid19.
La provisión de las futuras vacunas está supeditada a los compromisos que las farmacéuticas han contraído con los gobiernos que financian las investigaciones.

El programa Warp Speed del gobierno presidido por Donald Trump, es el que está aportando recursos para ayudar a las vacunas candidatas.

A la espera de una vacuna efectiva, las precauciones para evitar el contagio siguen vigentes, a pesar que el comportamiento social en el último tiempo, ha generado dudas sobre la eficacia de esta prolongación de la cuarentena y las condiciones en que fue impuesta.

Bastó ver ayer a los paseantes en el parque Rivadavia en el centro del barrio de Caballito, para comprobar que el distanciamiento social tiene pocos adeptos.
Mientras tanto el número de casos registrados en el día de hoy fue 3.099.
El total de casos en Argentina asciende a 103.265 y el de fallecidos a 1.903.

Nuestro país transita un número de casos que tras el ascenso de las últimas semanas, hasta hoy mantiene guarismos similares.

Sería de esperar que si el número de nuevos casos se mantuviera o mejor aún descendiera, en los próximos días asistiéramos a un resultado favorable tras la extensión de la cuarentena y el cierre de la actividad que termina el próximo fin de semana.
Por ahora debemos mantener las restricciones establecidas en la cuarentena, única manera de enfrentar al Covid, estrategia que pretende reducir el número de contagios y evitar el colapso del sistema de salud.

Se inicia una semana que definirá la adopción de las medidas que puedan dar un alivio al comercio y a la industria, preservando la salud de la comunidad, aunque sabemos que la recomposición de la economía demorará un largo período.

Veremos cómo se desarrolla la pandemia en los próximos días.

viernes, 10 de julio de 2020

Fascistas en la calles de Buenos Aires


Almagro insurgente
Día 112

Esta tarde los fascistas se han manifestado.
No es un hecho menor.

Alentados por las voces que critican la cuarentena, miles de personas han ganado las calles en la Ciudad, en Olivos, en Santa Fe y seguramente en muchas ciudades del interior, para ventilar su odio al gobierno bajo la excusa de la defensa de la libertad cercenada por la cuarentena.

Fue claro el individuo que en la Quinta de Olivos expresó ante las cámaras de televisión su odio al presidente de la nación.

Me tiene sin cuidado que uno o muchísimos enfrenten al gobierno y materialicen su ofuscación en la persona de Alberto Fernández.

Ni me preocupa que el blanco de la oposición sean las figuras políticas que nos gobiernan.

Lo que si me alarma es que la clase media que dice ser representada en las manifestaciones del día de hoy, se encamine en la recta del fascismo, y reclamen detrás del derecho individual, de la libertad que anhelan y que hoy han perdido de las manos de un gobierno que dicen que miente al igual que los referentes internacionales que avalan la "dictadura de los infectólogos", sea la responsable de la expansión de la pandemia, justo en el momento del aumento del número de casos.

Gente reaccionaria ha existido siempre y tampoco me sorprende.

Lo vivimos durante tantos gobiernos electos como con las dictaduras militares.

La sociedad de clases también atraviesa la pandemia.

Sería una ingenuidad creer que la pandemia licúa y homogeniza al cuerpo social.
Todo lo contrario, lo estamos viendo por televisión.
Es inútil recordar a los manifestantes que el virus no tiene ideología y que no hace diferencias entre ellos y el oficialismo gobernante.
Deberían recordar que Bolsonaro tiene Covid.

Desde las usinas periodísticas que han agitado contra la cuarentena, reclamando la libertad y calificando de “infectadura” a las medidas adoptadas por el Ministerio de Salud de la Nación y que fueron replicadas en las provincias de acuerdo a las condiciones epidemiológicas locales, ahora deberían explicar y si fueran coherentes justificar, que los manifestantes hayan violado absolutamente las recomendaciones que hasta ahora nos han protegido de los contagios.

Todos juntos, bien cerca y sin barbijos.
Un modelo que atenta contra la salud de todos.

A esta hora siguen los bocinazos de los automóviles que festejan su marcha sobre Buenos Aires.
Epígonos de tantos fascistas vernáculos, desafían los contagios y vociferan sus consignas libertarias, como si el Covid aflojara su peligrosidad al escuchar a ese que sin ninguna vergüenza les advirtió a los periodistas de C5N que “van a tener miedo”.

3663 nuevos casos en el día de hoy.

Los manifestantes juegan a la ruleta rusa.
El problema es que juegan con todos.
Si jugaran entre ellos, no habría problema.
Ese sería el verdadero y justo beneficio de la libertad individual que tanto reclaman.

Mientras tanto, quédese tranquilo.
Nosotros seguimos trabajando para evitar que el huevo de la serpiente crezca.
Hasta mañana.

domingo, 17 de mayo de 2020

Terminar de una vez con la impunidad de los asesinos del proceso



Leo recién que extraditaron a un esbirro de la ESMA, de 69 años, y que participó activamente en secuestros, torturas y asesinatos entre ellos el de Walsh. 

La foto de Tiempo no deja ver su cara.

Desearía que fuera llevado a la televisión y se le hiciera un extenso reportaje, que su rostro fuese publicitado, que su familia pudiera verlo en la tele, que sería mucho mejor que su familia lo acompañara en el reportaje según, que nos contara como ahorcaban a los detenidos según comenta Tiempo, y que nos dijera todos los secretos que todavía guardan.

No sería inapropiado que se invitaran a otros militares para que departieran sobre sus hazañas.

Si llegara a juicio, tendría otra nueva oportunidad para relatar cómo siguió su vida de relación con las empresas navieras que lo acobijaron, y sus vínculos internacionales.

Si llegara a tener condena, habría que buscar un lugar donde se lo pudiese ver, algo como una exposición pública, para recordarlo y observar su decrepitud progresiva.

Por supuesto, cuidar su salud para que su estancia sea la más prolongada y no nos dé el disgusto de una muerte indeseada y repentina.

Le garantizaría contar con los elementos indispensables para su detención, y le reservaría un lugar especial a la visita de camaradas y familiares.

Por supuesto, tendría todas las oportunidades para reaparecer en reportajes que ilustren su historia.

Lo último que desearía es que lo detengan en una cárcel y que su historia permaneciera oculta.

domingo, 10 de mayo de 2020

Pandemia, política y subjetividad


El 20 de marzo o apenas un poco después de la fecha del inicio de la cuarentena, escribí esta nota en una conversación de las tantas que se mantienen en el Face.
Decía lo siguiente:

A veces es mejor no opinar.
Hasta dudo en hacerlo.
Me arriesgo.

En primer lugar, los que reclaman un sistema único de salud, deberían estudiar un poco más, conocer mejor la constitución del sistema sanitario argentino.
Les advierto: cuesta años examinarlo. Ni hablar de dar respuestas.

Pero como es parte del debate, quiero adelantarles que los tres sub sectores originales, hoy se entrelazan y sus límites se han hecho difusos.
Muchos trabajadores públicos, tienen como obra social a Medicus. Ejemplo: los legisladores porteños.

Luego, la desregulación de las obras sociales, borró los límites y tenemos obras sociales de la seguridad social, que tienen planes pre pagos. Unión Personal con Accord Salud por ejemplo.
Y además, tenemos institutos provinciales, nacionales, en un país federal.

Para no ir tan lejos, Swiss Medical atiende las dos opciones.

Poner bajo control obrero el sistema de salud nacional, implica un cambio social que por ahora no está en la agenda de la clase obrera.
Sería tal vez posible, en el curso de una revolución, que tendría que afrontar además, la construcción de un aparato gubernamental que se hiciera cargo de la fragmentación del sistema.
Mejor, hoy, bajar a la tierra.

Coronavirus: no hay medidas de bioseguridad para aplicar en fábricas, talleres, etc, que impidan la expansión del virus, como si fuera aplicar zapatos de seguridad, casco, pisos antideslizantes, etc
El que pide esas medidas, es un ignorante.
Si estamos hablando de contagio interpersonal por vía respiratoria, lo único posible es aislar el afectado.
Pero resulta que el afectado no es un trabajador de una sección, al que le damos una licencia.
Es la comunidad.
Hay ejemplos.

Entonces llegamos al aislamiento.
Es una medida antipática.
Difícil de controlar.
El mayor problema es que el virus no obedece a ninguna línea política.
Debe ser ateo, además!
Ni comparar con estado de sitio!

Se nota que muchos ni saben lo que es la pérdida de las libertades individuales, y tocan de oído.
Estar perseguido, estar oculto, estar con miedo y con estado de sitio, es otra cosa.
No hay que decir macanas.
Los que dicen que faltan respiradores dicen tonterías.
Todavía no tenemos los enfermos ni sabemos si esta cuarentena puede reducir los casos.
Se llama política de reducción de daños.

La izquierda revolucionaria debería tener una posición general sobre la salud.
Una tesis general.
El Partido Obrero no la tiene.
Posee un decálogo de posiciones coyunturales, muy gremiales, reivindicativas, nada más.
El resto, ni eso.
Las consignas deben servir para organizar.
De lo contrario, son anuncios de ocasión.
Y además, sin adherentes.

Pasados 53 días de la cuarentena, la curva de crecimiento de los casos de COVID19, se desarrolla muchísimo mejor que en los países vecinos, que en Europa central, que en los EEUU, así como el número de casos de fallecimiento, nos coloca muy por debajo de las cifras de Brasil y Chile, sólo por dar un ejemplo.

Si bien la expansión de la pandemia no está controlada, en Argentina se observa un escenario que dista de las proyecciones apocalípticas que tomaron como ejemplo el desastre en Italia, España y ahora en los EEUU.

¿Significa que el coronavirus no penetró en nuestro territorio?
No. La distribución de casos confirmados ubica el mayor número de enfermos en la CABA y en el AMBA (Area Metropolitana Buenos Aires).

Es un resultado esperable, ya que las posibilidades de contagio aumentan de acuerdo a la densidad poblacional.
En pocas palabras: el distanciamiento social limita el contagio.

Para los que criticaron la cuarentena obligatoria, los resultados obtenidos los obliga a repensar sus argumentos.
Los que hablaron de estado de sitio, necesitan un tratamiento especial.
Allá ellos.

El problema inicial, se planteó en términos de salud y evitación de muertes o preservación de la economía.
Como si la economía no fuera una parte esencial de la salud, la falsa dicotomía alentó la rivalidad.

Para peor, los que creyeron que el problema se solucionaba con la unificación del sistema de salud, como si no estuviera unificado bajo las condiciones de la organización capitalista del estado, encontraron que inicialmente, la carga mayor de afectados en la CABA por ejemplo, fueron asistidos en el sistema “privado”.

Pero resulta que al sistema privado de medicina prepaga, que consiste en un seguro de pago anticipado por la atención de la salud, acudieron trabajadores registrados que optaron por la desregulación de las obras sociales (a favor del negocio compartido entre la seguridad social y las empresas privadas), demoliendo la falsa segmentación del negocio capitalista de la salud, que tanto ha dado tema a la intelectualidad, al sanitarismo y sorpresa, tanto a la izquierda como al liberalismo nativo.

El problema ha sido planteado en términos de Estado versus privados, como si el Estado fuera una salvaguarda del interés social de los trabajadores en general.

Basta con ver sentados en todas las oportunidades que tuvieron, al Presidente, al Jefe de Gobierno porteño y al Gobernador de la provincia de mayor concentración de población del país, compartiendo las mismas opiniones sobre salud, economía y cuarentena!

Podríamos decir que los une el espanto, pero la realidad es que los unifica el mismo carácter social de la clase que representan, aún con diferencias, que en la práctica terminan borrándose.
Es decir: se adaptan a las necesidades del orden capitalista.

Todos ceden a las pretensiones de los bancos, de los mayoristas y comerciantes y saltean la situación real de nuestra sociedad, definida por la pobreza y la marginalidad, socias inseparables de las enfermedades.

Los peronistas se olvidaron de Carrillo y ni sabían que Virchow en el siglo XIX adelantaba que la ciencia y la medicina científica no debían ser separadas de la realidad sociopolítica.

Tampoco se enteraron de Engels en La Condición de la Clase Obrera en Inglaterra.

Dijo Virchow: “La medicina es una ciencia social y la política no es más que medicina en una escala más amplia” (“Die Medizin ist eine soziale Wissenschaft, und die Politik ist nichts weiter als Medizin im Großen“).

Volviendo al asunto, es obvio que la disminución del flujo de dinero, el cierre del comercio minorista, el aumento de precios y la desocupación, quebraron la economía de la clase trabajadora, de los sectores que se auto perciben como medios, y de la pequeña burguesía urbana, comerciantes y profesionales independientes (también auto percibidos como profesiones liberales, la gran mayoría ¡asalariados!).

En esta etapa de la pandemia, abiertos algunos límites de la cuarentena, todos ponen el ojo en las zonas más pobres dela CABA y conurbano bonaerense.

Saben que donde faltan viviendas, cloacas y agua corriente, la progresión de los contagios es una realidad insoslayable.

Apuntan a individualizar a los enfermos sintomáticos, a los contactos “estrechos”, a los enfermos asintomáticos y establecer un mapa de riesgo.

Ese es el sentido de la flexibilización de la cuarentena: una maniobra para abrir el mercado y bloquear los contagios.

Pero el problema de fondo es el orden social que sustenta la situación de riesgo.

Si persisten las condiciones sociales, si el orden social condena a los que habitan los conglomerados urbanos que alojan la pobreza, el pronóstico es desfavorable.

Desde siempre, el cambio del orden social, está a la orden del día.
La subjetividad de la masa trabajadora no lo percibe.
Esa sigue siendo como siempre, la clave del problema.

martes, 5 de mayo de 2020

Reflexiones sobre el covid19, los trabajadores de salud y la economía


Conviene aclarar algunas cuestiones, ya que un análisis equivocado, como siempre, lleva a conclusiones aún peores.

No sé cómo se asevera que los  testeos voluntarios en las estaciones de tren están mal realizados.

Lo cierto es que el examen serológico determina un pool de IgG e IgM, con buen valor de sensibilidad y especificidad.
Los resultados se obtienen luego de 20 minutos aproximadamente, y la muestra es por punción del dedo (gota de sangre).
El equipo está estandarizado.

Estas determinaciones rápidas no establecen la presencia del virus.
Los casos positivos deben realizar una PRC (prueba molecular) que demora entre 6 y 8 horas; las personas que tienen serología positiva deben ser aisladas hasta obtener el resultado de la PCR.

Como cualquiera opina sin saber, las conclusiones son nefastas.
El universo que se testeó en Constitución, fue voluntario y no delimitó una cohorte particular.
La persona que quería lo realizaba.
Obviamente, todos asintomáticos!

Ni uno de los testeos dio positivo, porque las personas que viajaban y fueron examinadas, no tenían ni síntomas ni experiencia/contacto con el virus.
A pesar de los opinólogos, es una buena noticia.

Significa que no había circulación viral entre los individuos estudiados.
Una muestra pequeña, voluntaria y de la que no se podrán obtener más conclusiones que los resultados hallados.

Para los que denuncian el crecimiento de los casos en los centros de mayor concentración urbana, debo decirles que esa es la característica del comportamiento del covid19.
Lógicamente, a pesar de los opinólogos, en los distritos de menor concentración poblacional, habrá menos casos.
Lógica de almacenero.

Sin embargo, el crecimiento de los casos sigue siendo bajo.
Y los casos sospechosos, en su mayoría terminan siendo negativos!
Por suerte, a pesar de la mala leche de muchos críticos, tenemos pocos casos de personas enfermas.

Hacer un pronóstico de catástrofe, es la anticipación del apocalipsis, el que nunca hasta ahora sucedió.

Entiendo que algunos critican por criticar, pero la realidad se impone.
No tenemos la expansión de la pandemia sino que estamos transitando un crecimiento limitado, afortunadamente.

Los que descubren que la salud estaba en terapia, deberían analizar el cuadro completo y denunciar el negocio capitalista de la salud.

Hay que examinar el problema desde la perspectiva de la sociedad de clases.

La cantidad de camas, recursos físicos, pueden o no ser suficientes, pero el problema no es medir si en el caso de la catástrofe...qué sucedería.

En primer lugar porque si ocurre el apocalipsis, la situación sería otra absolutamente distinta.
Informes serios señalan que en el curso de la pandemia en nuestro país, han disminuido los casos de afecciones vasculares graves (IAM. ACV) y es ostensiblemente menor el número de consultas ambulatorias, más allá de las limitaciones del aislamiento.

Si hacemos un análisis de los casos entre trabajadores de salud en general, vamos a tener que diferenciar los diferentes tipos de exposición de cada uno, ya que no es lo mismo trabajar en circuitos cerrados, en una guardia, en una UFU, en un geriátrico o en una clínica privada.

Ahora resulta que muchos descubren que los geriátricos no estaban habilitados y que el personal era multifuncional.
Se despertaron tarde.

En los servicios donde se trabaja con enfermos sospechosos o confirmados, los equipos de protección personal no pueden faltar, porque no podrían atenderlos.
Es como pensar que el cirujano ingresa al quirófano y no tiene las manos lavadas, no usa camisolín y no tiene guantes.
En los lugares de atención que no cumplen con las medidas de bioseguridad, y que asisten a pacientes respiratorios febriles el riesgo es mayor.
Si faltan EPP, hay que reclamarlos.

No tenemos casos de contagios provenientes de contactos primarios en áreas dentro de los hospitales.
No es un dato menor.

En opinión de muchos colegas, el lugar de trabajo, bajo las condiciones adecuadas, es el lugar más seguro.
Lo sabemos desde la epidemia de tuberculosis intrahospitalaria ocurrida en 1994.

Hasta hoy, no se produjo una expansión en los servicios de salud, ocasionados por contacto en las áreas de trabajo, o en circuitos que están debidamente aislados.
No hay casos de contagio en áreas de trabajo covid en los hospitales públicos de la CABA.

Los casos encontrados, tenían relación epidemiológica extrahospitalaria.
No estamos observando un crecimiento particular.
Lo que sucede es que el denominador de casos comunitarios es bajo y el personal que atiende enfermos fuera del sector hospitalario público, tiene mayor número de casos, porque está en contacto directo con personas positivas (tal el caso de los geriátricos, ejemplo de multiempleo y multifuncionalidad).
La proporción entonces resulta mayor.
Si crece el número comunitario, baja el numerador (salud).

Quienes trabajamos en áreas covid, sabemos que tenemos que cumplir con todas las medidas de bioseguridad.
¿Hacer testeos masivos?
Serviría como encuesta epidemiológica, pero nada más.
¿Dónde sería adecuado?
En áreas de trabajadores de la salud, para evaluar la posibilidad de portadores que eliminen virus.

En un hospital, todos son trabajadores de la salud.
Incluso el vendedor del bar!

Entonces, es muy difícil establecer el origen de un posible caso.
Es el problema del contagio horizontal.
Ya lo vivimos con la gripe.
Y también con la tuberculosis.

Obviamente, una apertura del transporte, de la actividad comercial, de la industria, incrementará por lo menos el riesgo, sino los casos.
Las industrias deberán iniciar la apertura bajo condiciones de bioseguridad: ¿cómo sería una línea de montaje? ¿Se podría cumplir el distanciamiento social?
¿Cómo se manejaría la industria automotriz?

Hay sobrados ejemplos que requieren respuestas precisas y no la vaguedad de comisiones, ya que el problema es nuevo y se requiere mucho estudio para establecer medidas seguras.

La apertura económica reclamada desde muchos y distintos sectores, que incluyen pequeños comerciantes de barrio hasta multinacionales (Techint), obedece a la crisis de consumo.
La caída del consumo es el problema central.
Y por supuesto, la caída de las exportaciones.

Los que proponen la unificación del sistema de salud, desconocen que el sistema ya está unificado.

Los subsectores en que se distribuye el negocio capitalista de la salud, están unificados bajo el capitalismo desde hace rato.

Reclamar un sistema único, es desconocer que los límites de los subsectores ya no existen.
Todo el negocio de la salud, está dividido en diferentes patronales, todas bajo las mismas condiciones sociales.

Lo que tendríamos que reclamar es el control del estado de todo el sistema, y en tal caso, sería una medida limitada, porque el carácter del estado, determina los intereses de su administración.

La fragmentación del sistema sanitario nacional, es solo una fragmentación del financiamiento y de los orígenes del mismo.
La desregulación de las obras sociales, la disolución de los límites de la seguridad social, operan en sentido de la unificación del sistema, con diferentes patronales.

Luis Trombetta.
Médico infectólogo.
Prof. Adjunto UBA