La inflación se devora el salario
Como lo vivimos a diario,
el aumento de los precios deja atrás al salario, aún cuando el gobierno
nacional instrumentó un congelamiento destinado a disminuir el impacto en las
negociaciones salariales.
Si la situación no se ha
tornado más conflictiva, no es porque no halla razones objetivas para
desencadenar los reclamos sino por el papel de las burocracias sindicales que
amordazan los reclamos, o como en el caso de los docentes bonaerenses, los
desgastan en conflictos que antes que temprano, están dirigidos a agotar las
fuerzas de los trabajadores.
Si no fuera de esa manera,
la huelga general docente ya se habría desarrollado a lo largo y ancho del país.
Una vez más, los burócratas
sindicales de las centrales obreras, se encargan de ajustar el reclamo de los
trabajadores, según las exigencias del gobierno kirchnerista.
Con el tope se anotan
todos: los gobiernos provinciales y el macrismo porteño se unieron al ajuste
salarial.
Y para que la situación no
se desborde, los gremios docentes porteños le dieron el sí a Macri.
En este escenario, los médicos
y profesionales de la salud representados por la Asociación de Médicos
Municipales y la Federación
de Profesionales, no tendremos mejor suerte.
Las direcciones sindicales de
estas organizaciones mantienen, como siempre, el más cerrado silencio. Las
paritarias anunciadas por la AMM
se mantienen en la clandestinidad.
Las próximas elecciones en la AMM atravesarán la discusión salarial.
Aquí va el informe del
Banco Ciudad, sobre el curso de la inflación y el deterioro del poder
adquisitivo.
Luis Trombetta
LA SEMANA EN POCAS PALABRAS
La creciente utilización de la política de
ingresos (salarios, precios y tarifas) deja en claro el conflicto creciente
entre inflación y crecimiento que enfrenta el gobierno nacional. El intento de
congelar los precios en los supermercados cumple aquí una doble función. La
primera es que, a la espera de los "nuevos salarios" el gobierno
trata de sostener los "precios viejos" mediante el congelamiento
dispuesto hasta junio, cuando ya habrán cerrado el grueso de los convenios
colectivos. Así intenta moderar el impacto que la inflación viene teniendo
sobre los salarios reales y el consumo.
Pero los datos muestran que los salarios
"viejos" ya están conviviendo con precios "nuevos". Con
negociaciones paritarias en suspenso, el aumento de precios continúa mordiendo
los bolsillos. Según INDEC, en febrero los salarios aumentaron 0,7% mensual y
23,3% anual. Los salarios reales comenzaron a caer desde diciembre de 2012 y en
febrero acumulan una contracción de casi 2% anual, un porcentaje muy similar a
la caída que mostraron en febrero los indicadores de consumo masivo. Hay que
retrotraerse hasta mediados de 2008 para encontrar un deterioro similar en los
salarios reales.
Los salarios del sector privado registrado
aumentaron 24% anual en febrero y su poder de compra cayó 1,1% anual, lejos del
crecimiento de casi 10% que registraban un año atrás en pleno proceso
electoral. Pero, según INDEC, los salarios del sector privado no registrado
todavía le ganan a la inflación: habrían trepado 29% anual en febrero.
La segunda misión del congelamiento de precios
es aún más ambiciosa. Moderar la suba de precios en los meses previos al cierre
de las principales negociaciones paritarias como forma de evitar una escalada
en la carrera de precios y salarios. Aproximadamente 60% de los convenios
salariales vencen entre marzo y mayo (de allí que los congelamientos se
extiendan hasta junio).
En el primer trimestre del año vencieron el
36% de los convenios salariales pero hasta el momento se verificó una tasa muy
baja de renovación. Los primeros acuerdos gremiales cerraron con un reajuste
salarial similar al registrado en 2012, en torno al 24%, que superó en pocos
puntos la pauta oficial de 22%.
Pero el principal factor que tenderá a acotar
las negociaciones salariales no será el espejismo creado por un congelamiento
de precios que pocos suponen duradero (menos aún los sindicatos con larga
experiencia en procesos inflacionarios) sino el freno en el empleo que se
observa en el sector formal de la economía. Según la Encuesta Permanente
de Hogares (EPH) y la ANSES,
se destruyeron más de 7.500 puestos de trabajo en el sector formal
(sindicalizado) de la economía en el último año.
Los datos también muestran que el empleo total
no cayó pero sí que disminuyó la calidad del empleo, con destrucción de puestos
de trabajo en el sector formal y aumento del empleo en negro. La EPH registró 137.000 nuevas
personas empleadas en 2012 explicados por un aumento de los empleados
asalariados no registrados (+1,8%) y cuentapropistas (+3,5%).
Pero "el éxito" oficial en moderar
las negociaciones salariales podría convertirse en un verdadero boomerang si, a
partir de junio, el gobierno no logra evitar el rebrote inflacionario que está
en plena gestación. Sería lo menos oportuno a pocos meses de las cruciales
elecciones de octubre. De allí la necesidad de reabrir paulatinamente el grifo
para las importaciones, como ocurre desde inicios del año, para desinflar
algunos precios internos al menos por un tiempo y en la medida que el stock de
reservas internacionales no perfore un piso prudencial. Se trata de una obra de
orfebre para la construcción de un nuevo castillo de naipes.
CONTENIDOS
- Salarios:
precios nuevos, salarios viejos (pág.2)
- Recaudación
Tributaria: en línea con la inflación (pág.4)
- La Marcha de los Mercados (pág.6)
- Estadístico
(pág.8)
SALARIOS: PRECIOS
NUEVOS,
SALARIOS VIEJOS
Con las paritarias en suspenso, los salarios reales cayeron 2%
anual en febrero. Según el INDEC, las remuneraciones promedio de la
economía aumentaron 0,7% mensual y 23,3% anual en febrero. Así, desde
mayo de 2012 la tasa de crecimiento de los salarios viene
disminuyendo y convergiendo por debajo de la inflación real desde
diciembre de 2012. El poder de compra de los trabajadores cayó 1,8%
anual en febrero, ajustado por el IPC-Congreso (el índice que presenta
el promedio de estimaciones de inflación del sector privado). Hay
que retrotraerse hasta mediados de 2008 para encontrar un deterioro
similar en los salarios reales.
Luego del shock salarial de 2011, las remuneraciones del sector
privado registrado presentan la mayor desaceleración (pero no la mayor caída). Los salarios de los
empleados privados formales aumentaron nominalmente un 24,1% anual, 11
puntos porcentuales por debajo de su expansión en febrero de 2012
(35% a/a). Ajustado por inflación, su poder de compra cayó 1,1% anual,
lejos del crecimiento de 9,7% que registraban un año atrás en pleno
proceso electoral. Esta caída de las remuneraciones del sector privado
formal fue resultado de la moderación de las subas salariales pactadas
en las paritarias 2012 (con alzas promedio en torno al 25%) en
combinación con una inflación en ascenso pese al estancamiento económico.
Los salarios del sector privado no registrado todavía le ganan a
la inflación. Según los datos de INDEC, los salarios nominales de los
trabajadores del sector privado informal habrían experimentado una suba
del 29,4% anual en febrero. Así, el poder de compra de los trabajadores
no registrados habría aumentado un 3,1% anual, luego de crecer 6% en
2012.
Según INDEC los salarios del sector público continúan rezagados
pero las cifras no concuerdan con los datos que publica la propia ANSES en
donde estarían todavía ganándole a la inflación. De acuerdo a la
medición de INDEC, el crecimiento de los salarios públicos fue apenas de
18,2% anual y, ajustados por inflación, habrían sufrido un deterioro de
casi 6% anual.
Es de destacar que mediciones alternativas de salarios, como las
capturadas por las declaraciones al Sistema integrado de Jubilaciones y
Pensiones (SIJyP), capturan subas mayores en el caso del sector público de
hasta el
28% anual (datos al cuarto trimestre de 2012) que son más
consistentes con las negociaciones salariales. De ser cierta, una caída de esa
magnitud en los salarios reales del sector público provocaría una enorme conflictividad
sindical que, con la excepción de algunas provincias, hoy no se observa.
Los primeros acuerdos gremiales apuntan a una suba similar a la
de 2012 (24%) levemente superior a la pauta oficial (22%). Los aceiteros fueron
uno de los primeros gremios en cerrar acuerdo, con una suba salarial
que ronda el 24% sumado al pago de una suma no remunerativa por única
vez. Por su parte, el acuerdo con Luz y Fuerza contempla un aumento de
23,9% para este año, el cual consiste de una mejora retroactiva a enero
del 18%, junto con un incremento en junio del 5%.
Además, se acordó otro incremento adicional para enero de 2014
del 7%, que lleva el aumento acumulado al 30% en 18 meses. Dentro de las
conflictivas paritarias docentes, con las divergencias por provincias, uno de los
primeros distritos en acordar fue la
Ciudad de
Buenos Aires con un aumento del 26% mientras que la Provincia de Buenos
Aires mantiene un alto nivel de conflictividad luego de cerrar (por decreto)
una suba escalonada de 22,6%.
La estrategia del gobierno es moderar la suba de precios en los
meses previos al cierre de las principales negociaciones paritarias mediante la
implementación de un “congelamiento de precios” en los supermercados. Luego de un enero
caliente en materia inflacionaria (suba de 2,6% mensual y 26,3% anual),
se puso en marcha un control de precios en supermercados que moderó la
suba de precios en febrero (1,2% mensual) según el IPC-Congreso. Las primeras
estimaciones privadas hablan de un 1,7% de inflación en marzo y una
expectativa similar para el mes de abril. Aproximadamente el 60% de los
convenios salariales vencen entre los meses de marzo y mayo, de allí
que los congelamientos se extiendan hasta junio, aunque en varias ramas
de actividad se observan retrasos en el cierre definitivo de las
paritarias: en el primer trimestre del año vencieron el 36% de los convenios
salariales pero hasta el momento se verificó una tasa muy baja de
renovación de los convenios vencidos.
Pero el principal factor que tenderá a acotar las negociaciones
paritarias no será el espejismo creado por un congelamiento de precios que
pocos suponen duradero (menos aún los sindicatos con larga experiencia en
procesos inflacionarios) sino el freno en el empleo que se observa en el sector
formal de la economía. Utilizando los datos de la Encuesta Permanente
de Hogares (EPH) (ampliado al total de la población) y en línea con los
datos difundidos por SIJyP-ANSES, se destruyeron más 7.500 puestos de
trabajo en el sector formal (sindicalizado) de la economía en el último
año.
Los datos también muestran que el empleo total no cayó pero sí
que disminuyó la calidad del empleo, con destrucción de empleos en el sector
formal y aumento del empleo en negro. La EPH (31 aglomerados urbanos) registró
137.000 nuevas personas empleadas en 2012 explicados por un aumento de
los empleados asalariados no registrados del 1,8% y cuentapropistas del
3,5%. En el año 2011 se habían creado 229.000 empleos, de las cuales la
mayoría correspondió a los asalariados no registrados
(108.800), seguida por asalariados registrados (89.700) y
cuentapropistas (30.560). Extrapolando los datos al total de la población, las
estimaciones muestran que se crearon unos 203.000 nuevos empleos en 2012 explicados
por un aumento de los empleados asalariados no registrados (+1,7% anual) y cuentapropistas
(+3,4% anual). Entre ambas categorías sumaron los 210.800 nuevos empleos,
compensando la destrucción de empleo en el sector formal (7.800 personas).