viernes, 1 de marzo de 2013

¿Cómo enfrentamos las PARITARIAS CLANDESTINAS Y DIVIDIDAS?


Cualquier trabajador de un hospital sabe que iniciamos un año especial, en el que el ataque al salario y a las condiciones de trabajo va a ser particularmente duro, fruto de una decisión política. Las finanzas del estado están en rojo porque se han vaciado las cajas en beneficio de los acreedores de la deuda, los privatizadores y el subsidio en masa a los capitalistas y el gobierno no quiere tocar ninguno de estos intereses.

¿Cómo se explica que el gobierno defienda a rajatabla el impuesto a las ganancias sobre el salario, el tope por el que medio millón de trabajadores no cobra las asignaciones familiares o la falta de actualización por inflación desde el 2008, de la ayuda escolar, las asignaciones por matrimonio, nacimiento o adopción, si no por una política que ha resuelto descargar la crisis por este lado?
Con el aumento de las facturas de luz, agua y gas más el transporte ¿cuánto le habrán descontado de su salario al cabo del primer trimestre?
Las responsabilidades del ajuste son de ambos gobiernos.
¿O acaso el gobierno PRO cuestiona la política salarial del gobierno nacional? Se complementan: CFK le “tira” los subtes al gobierno de la Ciudad y éste aumenta la tarifa.
El salario actúa como un mecanismo perverso.
Un enfermero debe someterse al régimen de módulos para conseguir un salario equivalente a la canasta familiar. Supliendo a su vez la falta de personal en los distintos servicios. En el mes de febrero, algunos trabajadores hemos cobrado menos que en meses previos, esto es resultado de la incorporación al sueldo básico de cifras que antes cobrábamos como “no remunerativas”, con el consiguiente aumento en las retenciones.

¿Hay salida?
No hay situaciones sin salida.
Todo depende del grado de decisión y organización con el que nos propongamos enfrentar lo que viene.
En los hospitales enfrentamos un “sistema” de paritarias clandestinas y divididas. SUTECBA, UPCN, AMM, ATE, en el que cada uno discute por separado y, en la mayoría de los casos, al margen de cualquier intervención de los trabajadores.

¿Cómo comenzar a doblegarlo?
Reuniéndonos para fijar los reclamos mínimos del conjunto de los que trabajan en ellos, exigir una agenda común de discusión de las paritarias, impulsar asambleas conjuntas en cada hospital y elegir representantes que participen en las discusiones paritarias.

¿Con qué programa?
Exigir la reapertura inmediata de todas las paritarias en función de un reclamo común de salario mínimo en mano de 8.000 pesos para médicos y profesionales (incluyendo residentes) y 7.000 para personal de escalafón. Incluir todos los ítems no remunerativos y premios en el sueldo básico.
Exigir la reposición de lo descontado por impuesto a las ganancias y por sobrepasar el tope de asignación familiar, para mantener el sueldo “de bolsillo” intacto.
Reclamamos la entrega en mano del recibo de sueldo.
Reclamar una segunda ronda de discusión en seis meses, en función de la inflación.
No a la tercerización, todo el personal de mantenimiento, cocina y limpieza a planta permanente, bajo la consigna igual salario por igual trabajo.
Exigir, además, el 82% móvil, la eliminación del impuesto a las ganancias, la resolución de las carencias hospitalarias: insumos, mejoras edilicias y tecnológicas; el nombramiento de personal acorde a las necesidades del servicio, el cobro en tiempo y forma con salarios equivalentes a la mayor carga horaria, con el goce de los mismos derechos y licencias.

Tribuna de Salud
Febrero de 2013

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