EL SILENCIO NO ES SALUD
Una
vez más, nuestro gremio mira para otro lado.
¡Cómo
si los médicos no fuéramos asalariados!
¡Cómo
si no nos recortaran los sueldos con el impuesto a las ganancias!
¡Cómo
si las asignaciones familiares estuvieses actualizadas!
¡Cómo
si los médicos jubilados del Gobierno de la Ciudad cobraran el 82% móvil!
¡Cómo
si la inflación no nos afectara!
¡Cómo
si en vez de trabajadores fuéramos empresarios!
El
paro del próximo martes 20 ofrece la posibilidad de que la clase trabajadora
intervenga en la crisis política con sus propias reivindicaciones.
El
reclamo del 82% para las jubilaciones es un reclamo de todos los asalariados.
CFK
lo vetó.
Hemos
luchado siempre por el 82% móvil para las jubilaciones y es una consigna
irrenunciable.
Las
asignaciones familiares están congeladas.
El
gobierno nacional sostiene el pago del impuesto a las ganancias para la 4ª
categoría.
Eso
significa que los asalariados pagamos un impuesto al trabajo.
¡Debería
abolirse el impuesto al salario!
La
clase trabajadora debe intervenir en la crisis política con su propio programa.
Los
médicos y profesionales de la salud del Gobierno de la Ciudad somos trabajadores y
percibimos un salario bajo las mismas condiciones que toda la clase
trabajadora.
Ni
con los sojeros, los devaluacionistas ni con los partidos patronales.
Que
se reúnan asambleas en los lugares de trabajo y se discuta la suspensión de
actividades y la movilización de los gremios.
Ni
la CGT ni la CTA están dispuestas a
organizar un plan de lucha.
La
prueba es que no convocan a un plan de lucha que organice la movilización de
los trabajadores.
¡La
salida es por izquierda!
Vamos
al paro el 20N.
TRIBUNA DE SALUD
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