viernes, 26 de julio de 2013

Luchamos contra la rebaja del salario

Por Verónica Ocvirk.
Para Marcha

El gobierno de Macri recortó los sueldos de 15.000 trabajadores sanitarios aduciendo un “error” en la aplicación de la paritaria 2011. Furiosos con la medida, médicos, psicólogos, bioquímicos y otros profesionales convocaron para este miércoles una jornada de protesta en distintos hospitales de la Ciudad.

El problema saltó a la luz cuando, a principios de este mes, los profesionales de salud porteños se presentaron a cobrar sus haberes de junio. El sueldo había sido depositado puntualmente y también el aguinaldo figuraba liquidado, pero a pesar de todo algo no estaba bien. “En realidad, por el aguinaldo, en el cajero había más plata que el mes anterior. Sin embargo, al mirar el recibo en detalle, era claro que habíamos cobrado de menos. Al principio pensamos que se habían equivocado al pagar a un par de personas, pero entonces empezamos a llamar a algunos compañeros y gente de otros hospitales y vimos que el tema era generalizado, fue una especie de reguero de pólvora”, cuenta Laura Cortés, vocal titular de la filial de la Asociación de Médicos Municipales (AMM) Tornú por la Agrupación Renovar y Participar (RyP).

Más allá de la duda inicial, los perplejos trabajadores estaban en lo cierto. En total fueron unos 15.000 los profesionales afectados por el recorte (entre médicos, psicólogos, bioquímicos, trabajadores sociales), quienes recién unos días después lograron enterarse de lo que sucedía: les habían descontado entre 1.000 y 2.500 pesos aduciendo que desde septiembre del año pasado, y durante los últimos nueve meses, sus salarios habían sido mal liquidados por el Ministerio de Modernización del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que había cometido un error en la aplicación de la paritaria 2011.  

Un centenar de representantes de distintos hospitales decidieron convocar para este miércoles una jornada de protesta que incluye actos en esquinas como Carrillo y Brandsen (en la cercanía del Borda, Tobar García y Moyano); Rioja y Caseros (Sardá, Penna y Muñiz); Coronel Díaz y Santa Fe (Gutiérrez, Fernández, Rivadavia), y a las puertas de los hospitales Piñero, Álvarez, Tornú, Durand y Argerich.

Es importante aclarar que tanto la AMM como la Federación de Profesionales  -los gremios que, en teoría, defienden a los trabajadores afectados- no reconocen esta medida de fuerza. Ya el jueves pasado, cuando se realizó otra jornada de protesta, la AMM emitió un comunicado en el que justificó el recorte como efecto de un error involuntario y calificó al paro como “no emanado de sus cuerpos orgánicos y estatutarios”.

La situación se encuentra trabada. Mientras desde el gobierno de Mauricio Macri reclaman ahora que se devuelvan los haberes mal cobrados se abrió una paritaria extraordinaria en la cual, suponen algunos, esta rebaja sería transformada en ley.
“El comunicado de la AMM es una patada que muestra que el gremio es más un síndico del gobierno que un representante de los trabajadores”, señaló Jorge Pachamé, del Frente de Recuperación Gremial, durante una reunión realizada el lunes en la Legislatura. “El peligro es que en la paritaria quieran dar un aumento para tapar lo descontado y olvidarse de todo”, advirtió durante el mismo encuentro Mario Muñoz, delegado general de ATE del Hospital Moyano?!. En tanto Luis Trombetta, del Muñiz, observó que “estamos peleando contra fuerzas muy poderosas: una patronal que tiene el sindicato a su favor”.

“Todo parece estar planificado de antemano”, agregó Cortés. “Para empezar, el descuento surge justo después de las elecciones de junio pasado. Pero además hasta diciembre de 2012 el recibo del medio aguinaldo venía por separado, mientras que esta vez llegó todo junto. También se unificaron en uno dos ítems distintos: la ‘asignación básica’ y el ‘adicional por grado’ aparecieron como ‘total básico mensual’, lo que volvió todo más confuso. Por eso sospechamos que el gremio negoció con el Gobierno que el descuento no se hiciera antes de las elecciones”.

Eduardo Munin, secretario general de la AMM, explicó en diálogo con Marcha que “nosotros vamos a exigir solo lo que nos corresponde”, destacando que el error “no modifica el salario acordado por la última paritaria de mayo de 2013”. Munin aseguró que la unificación de los ítems responde únicamente a que el recibo “tiene que simplificarse”, no obstante reconoció que toda esta cuestión significó una “sorpresa desagradable”. “Es fácil ponerse duro desde la oposición”, destacó Munin, “pero nosotros tenemos que seguir negociando salarios. Y si los que se quejan no se sienten representados, lo lamentamos, pero ganamos las últimas elecciones por un 78% de los votos, con mayoría en 31 de los 33 hospitales porteños”.

Las dudas que aún flotan
La pregunta que sigue sobrevolando es cómo pudo haberse pasado semejante “error”, dado que tras un simple cálculo se supone que serían unos 230 los millones de pesos faltantes en las arcas del Estado. “Entiendo que la actitud del gobierno de la Ciudad frente a los trabajadores de la salud es inaudita, porque apelar a un error administrativo después de casi un año implica reconocer su propia incapacidad para interpretar la paritaria”, declaró Jorge Selser, presidente de la comisión de Salud de la Legislatura. “Ahora bien: de llegarse a la conclusión de que esa paritaria estuvo mal aplicada estaríamos hablando de una equivocación del gobierno, que entonces debería pagar con la responsabilidad de sus funcionarios. Porque los trabajadores tomaron compromisos en función del salario que estaban cobrando, pueden haber sacado un crédito, o decidido cuotas alimentarias, además de que sobre esos montos se descontó impuesto a las ganancias y una cuota sindical”, agregó.

El conflicto, desde luego, no ocurre en un contexto aislado. Los profesionales denuncian un deterioro edilicio, falta de insumos, recorte de guardias, desfinanciamiento de los cargos concursados, atraso tecnológico y precarización en las condiciones de trabajo en general, aunque especialmente en el caso de enfermeros, residentes y concurrentes.
Otra de las patas del problema son, finalmente, los propios médicos, en general reacios a las movilizaciones y a cualquier muestra de conciencia gremial. “Muchas veces el médico no se siente como un trabajador”, reconoce Guillermo Rossi, de RyP Tornú. “Por eso el gran desafío es organizarse y recuperar los gremios para dirigencias honestas que nos representen” concluyó. 


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