domingo, 28 de julio de 2013

La pérdida del rumbo y la impostura

El 24 de abril de 2012 la burocracia de la Asociación de Médicos Municipales festejaba el que señalaban como el mejor convenio firmado en todo el país.
Los números iluminaban con brillo propio: aumentos del 38 al 44% que se incorporarían en forma progresiva y escalonada.
El acuerdo incluía una cláusula gatillo para garantizar las correcciones de acuerdo a la evolución de la economía.
La Lista Integración reunió el 96% de los votos en el Consejo Central, que respaldó la negociación del Comité Ejecutivo.
Así se aprueban las paritarias de la AMM: 118 votos positivos reemplazan a los más de 10.000 médicos del Gobierno de la CABA.

El Acta Nº 60 dejó establecidos aumentos para el 2012: “allí se define que los incrementos tendrán un carácter no remunerativo hasta el 31 de diciembre, y que a partir del 1 de enero del año próximo se incorporarán como sumas remunerativas” (AMM).
“El acta establece la incorporación del adicional remunerativo mensual (acta paritaria 54 de 2011) a la asignación mensual primaria. Esto se concretará: el 50% a partir del 1 de septiembre y el resto a partir del 1 de noviembre”, proyectando los resultados finales a diciembre del 2012.
En la práctica los números que fueron presentados como excelsos, escondían en su interior la corrosión inflacionaria.

El Acta Nº 65 estableció un aumento de sumas fijas discriminado por categorías (favoreciendo a los niveles más altos) en vez de aplicar un aumento porcentual que mantuviera la estructura piramidal pero que reconociese la inflación.
Contrario a la lógica, la burocracia relegó a las categorías que cobran salarios más bajos.
Otra vez los aumentos serían no remunerativos hasta diciembre de 2013.
En octubre 2013 se aplicaría un porcentaje de incremento a cada categoría de acuerdo a la paritaria Nº 60.

También unifican la asignación primaria mensual y el adicional por grado.
De un plumazo se llevan puesta la Carrera, y anulan la Resolución 375/2006.
Lo tragicómico es que la Resolución 375 (31/03/06) dio paso a la modificación de la Carrera (Acta Nº 18) consagrando la extensión horaria y el plan anual de capacitación…sin aumento efectivo de salarios.

En aquella negociación a la baja, Gilardi defendió el reencasillamiento que no incluyó la deuda de 12 años sin recategorización. En noviembre/diciembre de 2005, Gilardi decía que la nueva carrera hospitalaria estaba siendo debatida y consensuado en el conjunto de los hospitales, y en marzo de 2006 anunciaba que “Se ha logrado efectivizar el cobro del reencasillamiento de los médicos” (Mundo Hospitalario Nº 124)
La modificación de la Carrera, el Acta 18 y la Resolución 375 fueron inconsultas.
Siete años el Acta Nº 65 liquidó la Nº 18, clandestinamente.

El comunicado de la AMM que fija posición frente a la quita salarial defiende el error del gobierno: “quizá enmascarada en la complejidad de la liquidación salarial que se refleja en los recibos correspondientes, sus numerosos ítems, multiplicidad de descuentos y reintegros, haya hecho posible su inadvertencia por las entidades sindicales ni tampoco por parte de ningún agente por ellas representadas, que en ningún momento se percataron o alertaron sobre esta anomalía” (Comunicado de la AMM).

La AMM disimula su complicidad.
En primer término esconde que el aumento salarial recientemente pactado se acordó sobre la base de los salarios realmente percibidos, independientemente del “error” que arrastró 8 meses, de manera que la dirigencia y el propio gobierno admitían que la base salarial sobre la que se efectuaría el aumento era real y se ajustaba a las necesidades de los profesionales.

Cualquier reducción de ese salario sobre el que se realizaría la recomposición, es una rebaja lisa y llana.

La segunda cuestión es la modificación (otra vez inconsulta) de la Carrera: “Es en dicho mes de junio, que por cuestiones técnico-operativas del área de liquidación de haberes se acuerda unificar los ítems “Asignación Mensual Primaria” y “Adicional por Grado” se pone de manifiesto el error referido” (Comunicado).
Con total ligereza anuncian la anulación de la resolución 375, que en el 2006 fue ovacionada por la misma burocracia.

Después derrapan al absurdo: los que denunciamos el atropello del gobierno tenemos motivaciones políticas.
El final es patético: dicen que los médicos porteños somos los mejores pagos y “sin hesitación decimos y reafirmamos que distante es el horizonte de lo que son nuestros anhelos sobre aquello que debería componer una adecuada y justa retribución de nuestro trabajo médico dependiente”, otra forma más literaria de admitir que negocian a la baja y que justifican la rebaja salarial.
El colmo de la farsa montada es afirmar que “los aumentos anunciados de alrededor del 40% en 2012 y del 32% en 2013, no se han visto alterados por lo descripto precedentemente”, como si la quita y la devolución de lo cobrado no modificasen el salario real.
La burocracia ha perdido el rumbo hace tiempo.
Los profesionales estamos marcando un nuevo camino: con la lucha y la movilización defenderemos nuestros salarios.

Luis Trombetta

Hospital Muñiz

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