sábado, 5 de abril de 2014

Crisis en el Moyano - Diario Z

Moyano: quedan 24 psicólogos para 900 internas.

Los profesionales denuncian que ingresan abruptamente a los consultorios para controlar su tarea. 
Por Franco Spinetta.
Moyano
El conflicto salió a flote tras el recorte ordena­do por el Ministerio de Salud. Y si bien las di­ferencias entre directivos de los hospitales y las autoridades mi­nisteriales se resuelven, en ge­neral, puertas adentro, esta vez hubo una excepción que rom­pió la silenciosa regla: el Hospital Neuropsiquiátrico Braulio A. Mo­yano, cuyo director, Alberto Mon­chaboln Espinoza, renunció lue­go de negarse a aplicar el ajuste. Rara vez sucede. Los directores de los hospitales no suelen atentar contra la convivencia pacífica que reina gracias a un complejo en­tramado de intereses sindicales, empresariales y políticos.

El delicado equilibrio se vio afectado cuando la Defensoría Ge­neral remitió un pedido de infor­mes a 13 hospitales porteños. No acusaron recibo 12 de los interpe­lados. Pero el Consejo de Asesora­miento Técnico Administrativo del Hospital Moyano devolvió una res­puesta contundente. “La Resolu­ción 1657 es de imposible cumpli­miento, en virtud de que afectaría la atención de las más de nove­cientas pacientes internadas y del más de centenar de pacientes que se atienden en los consultorios ex­ternos.” ¿Alguna duda?
El Moyano es el único hospi­tal porteño que atiende a mujeres con patologías psiquiátricas. Ade­más de las internadas, se atienden unas 6 mil consultas mensuales en forma ambulatoria. Aunque la de­manda de atención crece sin pau­sa, desde 1992 que no se nom­bran psicólogos titulares, que son apenas 24. En el Moyano el re­corte implicaba reducir a la mitad las horas de suplencias de guar­dias (pasaban de 500 a 250 horas mensuales). En la práctica, cinco áreas del hospital quedaban fue­ra de servicio y otras siete se re­ducían drásticamente. Esto, según los directivos, ponía en riesgo el funcionamiento del hospital.
En otra nota, el director del Moyano, Monchaboln Espinoza, informó que todos los jefes de unidad de los servicios asistencia­les le solicitaron conservar las ho­ras de suplencias de guardia para poder “sostener los servicios en funcionamiento”.
Monchaboln Espinoza deci­dió no aplicar la resolución 1.657 porque la “estructura de recursos humanos es escasa, y de darse cumplimiento efectivo al núme­ro establecido por la resolución la mayoría de los servicios se queda­ría sin profesionales que asistieran a las pacientes (tanto internadas como de consulta externa)”. Lue­go, dio en la médula del proble­ma: los cargos son cubiertos con suplencias de guardias ya que “no fueron concursados porque care­cen de vacantes”.
La renuncia de Monchaboln Espinoza no bastó. En su lugar nombraron a una vicedirectora (es decir, el hospital está virtual­mente sin dirección), Norma Deri­to, quien anunció su intención de “ordenar” el Moyano. Derito des­plegó inmediatamente el manual de la persecución laboral. Primero, intentó poner en marcha el ajuste al que se había negado Moncha­boln Espinoza, aunque se encon­tró con la resistencia del Servicio Social y el área de Psicología. Lue­go, autorizó el desembarco del Ministerio de Modernización, que puso en marcha seis auditorías en forma simultánea.
La Asamblea de Profesionales del Hospital Moyano elevó un in­forme a la Defensoría del Pueblo exigiendo una intervención ante la delicada situación. Diario Z ac­cedió al texto enviado a las ofici­nas del defensor Alejandro Amor. Allí relatan, entre otras cuestio­nes, que los agentes del Ministe­rio de Modernización “controlan meticulosamente tanto los hora­rios de ingreso y de salida como los partes y comisiones”.
También se hicieron auditorías en el lugar de trabajo “ingresando en los servicios con personal de vigilancia donde se realiza la in­ternación de pacientes femeninas con padecimiento psíquico, mu­chas de las cuales se sintieron in­cómodas y se descompensaron”. Como resultado, a 69 profesiona­les se les “bloqueó” el sueldo. Y en una asamblea reciente, Derito aseguró, desafiante, que tiene en sus manos otra “lista de agentes en una situación similar”.

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