domingo, 5 de mayo de 2013

Votamos al Frente de Recuperación Gremial en la AMM


No es ninguna sorpresa enterarse que el salario promedio en argentina no cubre la canasta de gastos de una familia.
El sueldo no alcanza y los gastos aumentan.
La ecuación de todos los gobiernos siempre es la misma: hay que poner más esfuerzo (los que trabajamos) para levantar la argentinidad que ya no está al palo (como el conocido tema de la Bersuit) sino transita por un estado de explosividad social que nadie puede dejar de ver.
El hombro lo ponemos los asalariados y la guita se la lleva la mano del patrón.
Fácil de entender, difícil de tragar.
Pero la burocracia sindical se encarga de ayudar a que todos los trabajadores se traguen el veneno capitalista.
Sin ellos, los empresarios, capitalistas, patrones y el gobierno (en todas sus jurisdicciones) no tendrían suficiente fuerza para tal propósito.
Como en comentarios anteriores, señalo que el catedrático Federico Sturzenegger presidente del Banco Ciudad no da rodeos: el tipo de cambio oficial (comercial) debería cotizar entre un 30 y un 40% por encima de su nivel actual.
El hombre lo dice sin ruborizarse: hay que devaluar y fuerte. Sin anestesia y hasta el hueso, como dijo Menem en su oportunidad.
La voz del banquero representa la opinión de todos los capitalistas que militan en la “oposición” pero también la del propio gobierno nacional, ya que el kirchnerismo devalúa en cuotas, pero devalúa al fin y sin descanso.
El kirchnerismo también ataca el salario del trabajador, frenando la discusión paritaria y demorando los acuerdos, con la ayuda de los muchachos de las centrales sindicales.
Pero como cuando el agua sube todo empieza a flotar, las desavenencias kirchneristas aparecen más marcadas.
Lorenzino quiere arreglar la cuentas con el exterior (acreedores) y Kicillof rechaza un ajuste liso y llano y va derecho al desdoblamiento (un mercado de divisas de diferentes valores para distintos tipos de operaciones). Moreno, Etchegaray, Marcó del Pont prueban sus recetas sin éxito: el paralelo marca la hora y el ritmo.
Y los muchachos del Plan Fénix (los analistas y estudiosos K) ven subir el agua y critican las estadísticas oficiales: parece que hay más pobres que los contabilizados por el INDEC.
Mientras tanto “la bomba de tiempo” (según las palabras del informe del Banco Ciudad) sigue activada, la Asociación de Médicos Municipales calla y otorga.
Lo demostraron cuando miraron para otro lado en la represión, ocupación y demolición en el Hospital Borda, cuando no convocaron al paro general del gremio y ocultando la parálisis de la paritaria médica, de la que no tenemos noticias más que su clandestinidad.
A un mes de las elecciones en la AMM, la dirigencia de esta burocracia obsoleta, ahora macrista hasta la médula, camina por la corniza haciendo equilibrio entre los propios que en algunos hospitales dividieron sus fuerzas locales entre listas oficialistas.
En este escenario, la salida para los médicos del Gobierno de la Ciudad es desenmascarar a los reemplazantes de los que se quemaron en público.
En el Hospital Muñiz, la elección local se dirimirá entre dos listas que responden a Gilardi.
La presentación de la lista opositora en la Maternidad Sardá fue tan contundente que la burocracia oficial no pudo formar lista oficial. La oposición ganó…antes de las elecciones.
Una lección que debe enseñarle a todos: los cambios verdaderos no se hacen con cosmética.
Vamos a la elección general con listas que apoyan al Frente de Recuperación Gremial en el Alvarez, el Gutiérrez, el Fernández, el Zubizarreta y la Sardá.
Apoyamos con todo al FRG.
Vamos por la recuperación del sindicato.
En la Sardá ya se dio el primer paso.

Luis Trombetta

El resumen y los contenidos se presentan a continuación:

LA SEMANA EN POCAS PALABRAS

Los últimos datos de nivel de actividad anticipan el espejismo que se creará con los datos del segundo trimestre. El rebote industrial automotriz (empujado por Brasil) y la mejor cosecha de soja de 2013 compararán contra una paupérrima base de comparación de la actividad en el segundo trimestre de 2012. En este micro-clima estadístico navegará el debate político en los próximos meses.
Algo ya anticipan los datos de actividad de marzo. El IGA-OJF comenzó a mostrar tasas interanuales positivas, con un alza del 0,8%. Por su parte, la industria, creció 1% anual, empujada por el rebote de las exportaciones automotrices a Brasil. Excluyendo autos, la industria cae 3% con respecto a un año atrás y las exportaciones industriales (también sin autos) se contraen un vertiginoso y preocupante 18% anual.
La economía ha permanecido básicamente estancada en el último año y medio. Detrás de este fenómeno se encuentra la principal contradicción que debe asumir el gobierno, que es convivir con una inflación que ronda el 25% y sostener un ritmo de devaluación del tipo de cambio que siempre corre desde atrás. La consecuencia más importante de la pérdida de competitividad cambiaria es que Argentina prácticamente dejó de crear empleo formal en 2012 (creció apenas 0,3%).
El gobierno ha implementado una brutal devaluación del dólar financiero (el que usan muchos argentinos para preservar sus ahorros de una inflación desbocada) y rezagó el dólar comercial, es decir, el que miran las industrias, las economías regionales y el agro para trazar sus planes de inversión y de creación de empleo. Así, el gobierno creó una bomba de tiempo, con expectativas devaluatorias en ascenso y un tipo de cambio real oficial en franco descenso.
Las cuentas son claras. Si se quisera regresar al nivel de tipo de cambio real promedio del período 2009-2010 -previo a la imposición de las trabas a las importaciones y el cepo al dólar- cuando la economía todavía crecía, las exportaciones industriales eran dinámicas y se creaba abundante empleo privado, el tipo de cambio oficial (comercial) debería cotizar entre un 30 y un 40% por encima de su nivel actual. A esta situación de atraso llevó una estrategia de política económica que comenzó por negar la inflación, retrasar tarifas y tipo de cambio, para luego reprimir sus síntomas.
Devaluar sin plan es hoy imposible con un desajuste fiscal totalmemente financiado con emisión monetaria. Según informó el propio Ministerio de Economía esta semana, el resultado primario se contrajo un 70% en febrero, totalizando sólo $204 millones, mientras que el resultado financiero (después del pago de intereses) arrojó un déficit de $526 millones. Este persistente debilitamiento de las cuentas públicas se hace aun más evidente si se excluyen los recursos extraordinarios aportados por el BCRA y el FGS de la ANSES, sin los cuales el déficit financiero hubiera ascendido a $3.654 millones y el superávit primario hubiera mutado a un déficit de $2.924 millones.
Ante un acelerado crecimiento del gasto público (aumentó un 37% anual), no hay recaudación que aguante (creció 37% en marzo), condenando a la economía a un círculo vicioso de emisión, inflación y apreciación cambiaria, de difícil salida.

CONTENIDOS

  • Actividad: el espejismo de la recuperación (pág.2)
  • Resultado Fiscal: un nuevo deterioro (pág.6)
  • Recaudación Tributaria: en ascenso (pág.7)
  • La Marcha de los Mercados (pág.9)
  • Estadístico (pág.11) 

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