(Versión sin cuadros sinópticos)
Visto que mediante expediente 3008-D-2008, se propone la catalogación de un grupo de edificios correspondientes al Hospital Muñiz, y
Considerando
Que el presente proyecto de ley propone la catalogación de una serie de pabellones del Hospital Muñiz, creado en 1882 como “Casa de aislamiento”, que es, desde entonces, una de las instituciones sanitarias más importantes del país, prestando desde hace más de 100 años asistencia pública a miles de pacientes.
Que la situación sanitaria en la ciudad hacia 1880 era desalentadora debido a varios factores que condicionaban el surgimiento y mantenimiento de las enfermedades, como la falta de procesamiento de la basura urbana, que era utilizada como relleno para las calles, y la contaminación del agua para consumo, procedente del Río de La Plata y de napas subterráneas, por las materias provenientes de los mataderos y letrinas primitivas.
Que en 1871 se desencadena una de las más mortíferas epidemias de fiebre amarilla “que haya diezmado a un pueblo civilizado en todo el S XIX” -Guillermo Rawson-. Cabe mencionar que en ese año murieron 106 de cada 1000 habitantes de Buenos Aires. A poco de iniciada la epidemia de fiebre amarilla de 1871 muere, asistiendo a los enfermos, el Dr. Francisco J. Muñiz, en cuyo honor sería bautizado el hospital.
Que el Doctor Francisco Javier Muñiz fue médico del ejército a mediados del siglo XIX y además se desempeñó como Diputado, Senador, Convencional y fue Presidente de la Facultad de Medicina. Realizó además contribuciones científicas en campos como la medicina, la paleontología, la zoología y la topografía de la región en la que trabajó. Murió en 1871 dedicado su gran pasión: atendiendo a los enfermos contagiados por la fiebre amarilla, enfermedad que azotaba a Buenos Aires y que se llevó la vida del recordado médico.
Que el Parque Ameghino, que se encuentra frente al Hospital F. J. Muñiz, era por esa época el mayor cementerio de Buenos Aires, conocido como Cementerio del Sud. Su capacidad fue rápidamente colmada y los cadáveres debieron ser enterrados en la zona de las “chacritas”, luego “Chacarita”, el más grande de los cementerios de Buenos Aires hoy.
Que esta epidemia se sumó a las de cólera (1869) y viruela (1882). El 23 de diciembre de 1882 se habilitó oficialmente la “Casa de Aislamiento”, situada en las calles Paraguay y Azcuénaga conocida como la Quinta de Leslie, establecimiento especializado para asistir las enfermedades contagiosas, dado que el “Hospital de Hombres” (hoy de Clínicas) no podía cubrir la demanda de servicios y había sido decretada su clausura. Por otra parte, el “Lazareto San Roque” debía prestar sus servicios como hospital común en vez de recibir dolencias epidémicas.
Que una nueva epidemia de fiebre amarilla en 1884 deja en evidencia la necesidad de la existencia de un hospital para enfermos infecciosos. Es el Dr. José Penna quien brega para la creación del hospital.
Que tal como se señala en las Memorias de la Municipalidad de Buenos Aires 1893-1894, esta institución comenzó a prestar servicios sanitarios fundada en la importancia higiénica y los progresos epidemiológicos que daban cuenta de la conveniencia de aislar a los pacientes afectados por enfermedades transmisibles en hospitales especiales, como práctica profiláctica adoptada por la asistencia pública contra el contagio de la población.
Que, a su vez, la Casa de Aislamiento respondía a una realidad sanitaria de la Ciudad en la cual se hacía evidente el aumento de enfermedades y del número de enfermos. Según las estadísticas de la Municipalidad de 1910, expresadas por el Doctor José Penna, las enfermedades infecciosas más frecuentes registradas en el hospital durante el período 1883-1910 fueron, entre otras: sarampión (especialmente en las estaciones de invierno y primavera), tuberculosis pulmonar, viruela, fiebre tifoidea y difteria.
Que en el transcurso del año 1883, la Intendencia de Torcuato de Alvear, adquirió el predio situado en las calles Entre Ríos, Matheu, Camino Alsina y Patagones, para dar comienzo a la construcción de dos pabellones de madera, emplazados sobre un terreno elevado de cinco manzanas cuadradas de superficie, con el objeto de trasladar la Casa de Aislamiento, atento la necesidad de ampliar el servicio sanitario que, hasta ese momento, brindaba la institución (Memoria de la Ciudad, 1893-1894).
Que en abril de 1886, el entonces Director de la Asistencia Pública, Doctor José María Ramos Mejía, dispuso el traslado de la Casa de Aislamiento, para reforzar el servicio en la Ciudad como centro de hospitalización de enfermedades contagiosas y estación de saneamiento y desinfectación, a partir del alejamiento y/o destrucción de los sitios u objetos contaminados del hospital y del Municipio.
Que, según describe el Doctor Penna en la Memoria de la Administración Sanitaria y Asistencia Pública de la Ciudad de Buenos Aires (1910), el nuevo emplazamiento no presentaba en su apertura, los requerimientos suficientes en la disposición de salas y dependencias.
Que en el año 1893, siendo Director de la Asistencia Pública el Doctor José Ayerza, se conformó una Comisión que confeccionó el plano del nuevo proyecto del Hospital, de la que participó el Doctor Penna.
Que el conjunto hospitalario recibió en su concepción el pensamiento higienista, inspirado en las ideas reformistas de la Europa del siglo XIX que sostenían Owen, Fourier y Garnier, entre otros autores; destacándose un sistema de pabellones, distanciados y vinculados entre sí por senderos y jardines circundantes para la curación y prevención de enfermedades, mediante la acción benefactora de la luz natural, los ambientes ventilados y el uso adecuado y estético de la vegetación como entorno sanitario de la institución hospitalaria.
Que esta organización debía permitir la articulación de la dinámica grupal o individual de cada pabellón, contando con los servicios necesarios para el desenvolvimiento propio de provisión y sostenimiento de alimentos, remedios e insumos y, al mismo tiempo, la relación estrecha entre pabellones en caso de extremas exigencias epidémicas.
Que, tal como sucedió con otros establecimientos sanitarios y equipamientos, las tierras elegidas para la construcción de la sala de aislamiento se encontraban en la zona sur de la ciudad, vinculadas al centro de la ciudad por algunos caminos y avenidas, pero suficientemente alejadas como para no generar molestias. Además en esta zona se disponía de tierras vacantes y a bajo costo. No debe extrañar, entonces, que una zona reducida, que involucra los barrios de Barracas, Parque Patricios y Pompeya, se localizaran a fines del siglo XIX los Hospitales Rawson, Borda, Moyano y Muñiz, así como el Instituto Malbrán. Esta tendencia continuó en el siglo XX con la instalación de los Hospitales Udaondo, Penna, Sarda, Churruca y Garraham.
Que en 1894 se coloca la piedra fundamental para la construcción de 18 salas en los terrenos de la casa de Aislamiento que se transformaría en lo que hoy es el Hospital Muñiz, que, al igual que el resto de los hospitales creados a fines del siglo XIX, pertenece a la tipología denominada “pabellonal” que respondía a las doctrinas higienistas surgidas a mediados del siglo XVIII, ya que posibilitaba la organización espacial por sectores de diferentes usos y funciones, y permitía la circulación de aire entre cada uno de los edificios.
Que el higienismo se incorporó teóricamente a la planificación paisajística de Buenos Aires a través del “árbol” como instrumento sanador de la urbe; primando en la intervención de espacios públicos: jardines, plazas y parques.
Que tal como se indicara en el plano definitivo, expuesto en la Memoria de la Administración Sanitaria y Asistencia Pública de la Ciudad de Buenos Aires (1910), el terreno del Hospital quedó zonificado en 5 Secciones (A, B, C, D, E).
Que los pabellones del Hospital se edificaron con orientación noreste - sudoeste para aprovechar la luz natural durante la mayor parte del año, distanciados pero comunicados a la vez por jardines perimetrales.
Que la sección A agrupaba, en 16 salas, a los enfermos de fiebres eruptivas y piel para hombres y mujeres. La Sección B constaba de 7 salas para enfermos de viruela. La Sección C tenía 3 salas para el tratamiento de la difteria y la Sección D se integraba con 5 salas para la tuberculosis y un pabellón de presos.
Que la Sección E agrupaba 9 salas que brindaban servicios de atención de enfermedades como: fiebre tifoidea, lepra, conjuntivitis granulosa, tiña, sarna y coqueluche. En la misma sección se agruparon los pabellones de Entrada y Distribución de Enfermos, Salas de Observaciones, Salitas de Desinfectación, Administración, Farmacia, Ropería, Depósitos y Domicilio del Personal, Cocina, y Despensa, Pabellón de Hermanas, Capilla, Laboratorio, Depósito de Cadáveres, Instalaciones eléctricas, Caballeriza, Depósitos, Lavaderos y, entre otros, Estufas de Desinfectación.
Que el 20 de septiembre de 1901, se inauguró en el Hospital la “Escuela Interna para Niños con Enfermedades Infecciosas”, con el objeto de brindar educación a aquellos pequeños que permanecían durante largo tiempo apartados y segregados de la sociedad.
Que desde ese momento el establecimiento fue creciendo dentro de una manzana irregular en forma de L, completándose a principios del siglo XX. En la distribución de los pabellones se observan dos ejes principales. El primero, perpendicular a la calle Uspallata, sobre el que se ubican el pabellón de acceso y, más atrás, el de la dirección (el primero construido) y dos pabellones con salas y consultorios. El segundo eje es paralelo a la calle Los Patos, a sus lados se localizan diez pabellones (originalmente eran doce pero dos de ellos fueron demolidos), alternándose edificios lineales con edificios en U en un conjunto de singular coherencia. Hacia la Avenida Amancio Alcorta, se emplazan los pabellones de mayores dimensiones como el Kotch y la Sala 17 (donde se atiende a enfermos de HIV), así como la Cátedra. Sobre la Avenida Vélez Sársfield se localiza el Dispensario o Pabellón Bacareza. Hacia la calle Monasterio se emplazan los consultorios externos y el lavadero, entre otras construcciones.
Que a lo largo del tiempo varios pabellones del hospital han sido demolidos. En la secuencia fotográfica que se acompaña puede verse que en 1940 el conjunto se encontraba completo, mientras que, para 1965, ya se había demolido un pabellón. Entre 1978 y 2004 fueron demolidos dos pabellones, que se emplazaban paralelos al Koch.
Que la demolición de algunos de los pabellones y el degrado de otros (algunos de ellos se encuentran inhabilitados) no ha menoscabado, sin embargo, al integridad de este conjunto de significativo valor arquitectónico y ambiental, ya que, a lo largo de los años, el terreno se ha completado con una frondosa forestación, tal como puede verse en la última imagen aérea. En este caso, al igual que en el de otros hospitales de la cuidad construidos con la tipología pabellonal, los espacios libres verdes y la forestación actúan como elemento vinculante entre los distintos edificios, integrándolos.
Que los pabellones emplazados sobre el eje paralelo a Los Patos, mencionado anteriormente, son todos de una sola planta, tienen unos 6 metros de altura, y están desarrollados en forma lineal o en U. Su característica principal son las carpinterías verticales con vidrio repartido que marcan el ritmo de sus fachadas.
Que entre los demás pabellones se destaca especialmente el Pabellón Kotch, que fue construido para el tratamiento de enfermos de tuberculosis por lo que tiene grandes galerías vidriadas; la Cátedra, que conserva en su interior un aula magna con graderías de madera, y el Dispensario.
Que el sistema público de salud de la ciudad de Buenos Aires fue creado muchas décadas (algunos hospitales son centenarios y otros están cerca de esa meta). Fue pensado con visión demográfica y sanitarista y su estructura básica es la que aún perdura.
Que los 12 hospitales que conforman las áreas programáticas más los hospitales especializados de infecciosas, gastroenterología, salud mental (varios), oftalmología (2), maternidades, pediátricos, rehabilitación etc.; son prácticamente los mismos que hace 60 años, algunos traspasados de Nación a la ciudad, en una población que no ha crecido demográficamente, pero que produjo un cambio cualitativo debido al proceso migratorio y a las crisis socioeconómicas recurrentes. El intento de cambiar el concepto puramente asistencial al preventivo con la creación de los 34 centros de salud y acción comunitaria (CESAC) ha servido para descentralizar el sistema, pero no ha logrado incorporar programas de atención primaria (APS) masivos, que suele confundirse aún con el primer nivel de atención, el médico “de cabecera” o “de familia” etc. El impacto del último brote de sarampión (1998) en algunas áreas programáticas debió advertir que la cobertura vacunal se logra con buenos programas de APS.
Que dentro de este sistema el Hospital Muñíz, que actúo como centro de referencia, formó recursos humanos y colaboró a nivel nacional en la elaboración de normas para la atención médica, el diagnóstico, el control y la prevención de las enfermedades transmisibles, en situaciones críticas, en diferentes situaciones sanitarias a partir de la década de 1980, sigue siendo un referente natural dentro de la Ciudad de Buenos Aires y el área metropolitana.
Que esto se debe principalmente a que no existen recursos humanos, fuera de este ámbito, que reúnan conocimiento, entrenamiento y destrezas suficientes para actuar rápida y efectivamente.
Que en el predio del establecimiento existen edificios abandonados, con valor histórico-arquitectónico, que son recuperables y podrían ser incorporados a la actividad plena desempeñando su rol dentro de la estructura sanitaria.
Que el Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales prestó su conformidad para la presente iniciativa mediante Nota S/Nº CAAP-2008 del 16 de diciembre de 2008, recomendando, además, la protección de las especies arbóreas existentes.
Que la Resolución Nº 241-SSPLAN-2009 incorporó los inmuebles involucrados con carácter preventivo al Listado de Inmuebles Catalogados, en virtud de que “el predio y sus inmuebles acreditan un alto valor patrimonial fundado en sus aspectos histórico-testimoniales, urbanístico-ambientales y arquitectónicos.”
Que el Código de Planeamiento urbano define el valor urbanístico como las cualidades que posee un edificio que define o califica la trama, el paisaje urbano o el espacio público; el valor arquitectónico, se otorga a los elementos poseedores de calidades de estilo, composición, materiales, coherencia tipológica y otra particularidad relevante; el valor histórico-cultural, lo ostentan aquellos elementos testimoniales de una organización social o forma de vida que configuran la memoria histórica colectiva y un uso social actual.
Que, de acuerdo a estas definiciones, se considera que este conjunto reúne valores urbanísticos, arquitectónico e histórico-culturales sobresalientes, siendo especialmente necesario preservarlo como ejemplo paradigmático de los diversos procesos de la evolución histórica de nuestra ciudad.
Por todo lo expuesto se solicita la pronta aprobación del presente proyecto que supone la preservación un ejemplo destacado del patrimonio hospitalario de la ciudad, que mantiene plena vigencia luego de más de cien años de existencia.
LEY
Art.1º: Catalóganse con sus respectivos niveles de protección, en los términos del Artículo 10.3.3 del Capítulo 10.3 “Catalogación” del Código de Planeamiento Urbano, los edificios consignados a continuación, correspondientes al Hospital de Infecciosos Dr. Francisco Javier Muñiz, emplazado en la Parcela 0 de la Manzana 81, Sección 24, Circunscripción 2, comprendida por las calles Monasterio, Uspallata y Los Patos y las Avenidas Vélez Sarsfield y Amancio Alcorta.
Art.2º: Incorpóranse los inmuebles catalogados por el Art. 1º al Catálogo previsto en el Capítulo 10.3. “Catalogación” del Código de Planeamiento Urbano.
Art. 3º: Incorpórase el inciso 6.(Nº a designar) Distrito E4 30 Hospital de Infecciosos Dr. Francisco Javier Muñiz con el siguiente texto:
“1. Carácter:
Conjunto hospitalario de diseño integral caracterizado por una estructura de pabellones insertos en un ámbito de singular topografía y valiosa forestación, todo lo cual le confiere una alta calidad urbanística y ambiental.
2. Estructura Parcelaria:
Deberá mantenerse la estructura parcelaria actual.
3. Protección ambiental – Ámbito Consolidado:
Corresponde a la totalidad del espacio público y privado del Distrito.
Deberá respetarse la morfología y diseño paisajístico del conjunto formado por los edificios catalogados, la topografía del terreno, la forestación, el adoquinado y los senderos existentes en el Distrito.
3.1 Forestación:
Se conservarán las especies arbóreas existentes con el fin de mantener las cualidades ambientales del área. Se deberán reponer las especies en caso de pérdida de algún ejemplar. Toda reposición y renovación de las especies vegetales existentes se hará atendiendo no sólo a criterios paisajísticos sino también a valores históricos, previa intervención de la Dirección General de Interpretación Urbanística y de la Dirección General de Espacios Verdes.
3.2 Topografía y trazados:
Deberá respetarse la topografía natural del terreno. Toda intervención referida a los trazados tomará en consideración el carácter con el que fue creado y diseñado el conjunto Hospital Francisco Javier Muñiz.
3.3 Monumentos, piezas escultóricas y elementos singulares:
Los elementos protegidos son los siguientes:
- Estatua del Dr. José María Penna
- Pajarera ubicada entre el Pabellón Koch y el edificio de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas
- Portal de acceso y reja sobre la calle Uspallata.
4. Protección edilicia
En caso de realizarse nuevas construcciones, éstas sólo podrán emplazarse en los espacios indicados a tal efecto en el Plano de Delimitación y Protección Ambiental y Edilicia Nº (a designar) Distrito E4 30 Hospital de Infecciosos Dr. Francisco Javier Muñiz. La altura de estas edificaciones no podrá superar la de los pabellones catalogados adyacentes identificados en el referido plano como “Pabellón 21-22 HIV” y “Sala 8”, según corresponda. El proyecto en cuestión deberá someterse a consideración de la Dirección General de Interpretación Urbanística, de acuerdo a lo establecido en la Sección 10 del CPU. Las nuevas construcciones deberán respetar, además, la proporción de llenos y vacíos y la materialidad predominante del conjunto.
4.1 Normas para inmuebles catalogados
En el “Listado de Inmuebles Catalogados Distrito Distrito E4 30 Hospital de Infecciosos Dr. Francisco Javier Muñiz” se consignan los niveles de protección especial para cada edificio sujeto a protección, graficados en el Plano de Delimitación y Protección Edilicia y Ambiental Distrito E4 30 Hospital de Infecciosos Dr. Francisco Javier Muñiz Nº (a designar), calificados en Estructurales (E) y Cautelares (C).
Toda intervención en los inmuebles catalogados deberá contar con la aprobación del Organismo de Aplicación de las normas de protección patrimonial.
Listado de inmuebles catalogados Distrito E4 30 Hospital de Infecciosos Dr. Francisco Javier Muñiz
4.2 Patrimonio arqueológico y/o paleontológico
Se dará intervención a la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico a fin de inventariar, registrar y preservar el patrimonio arqueológico y/o paleontológico del predio.
Art. 4º: Incorpóranse al Código de Planeamiento Urbano el Plano de Delimitación y Protección Ambiental y Edilicia Nº (a designar) Distrito E4 30 Hospital de Infecciosos Dr. Francisco Javier Muñiz, que obran como Anexo I de los presentes actuados.
Art. 5º: La ficha de catalogación Nº 24-81-0, obrantes como Anexo II, forman parte de la presente Ley a todos sus efectos.
Art. 6º: El Poder Ejecutivo, a través de la Dirección General de Registro de Obras y Catastro, dependiente del Ministerio de Desarrollo Urbano, deberá asentar las catalogaciones establecidas por el Artículo 1º en la Documentación Catastral correspondiente.
Art. 7º: Cúmplase con los Artículos 89º y 90º de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Art. 8º: Comuníquese, etc.
de ANCHORENA, TERESA Presidenta
AGOSTINI DE VARELA, MARTA Vicepresidenta
GONZALEZ, ALVARO
TAMARGO, AVELINO
PEDREIRA, SILVINA
URDAPILLETA, INES
DI STEFANO, PATRICIO
Considerando
Que el presente proyecto de ley propone la catalogación de una serie de pabellones del Hospital Muñiz, creado en 1882 como “Casa de aislamiento”, que es, desde entonces, una de las instituciones sanitarias más importantes del país, prestando desde hace más de 100 años asistencia pública a miles de pacientes.
Que la situación sanitaria en la ciudad hacia 1880 era desalentadora debido a varios factores que condicionaban el surgimiento y mantenimiento de las enfermedades, como la falta de procesamiento de la basura urbana, que era utilizada como relleno para las calles, y la contaminación del agua para consumo, procedente del Río de La Plata y de napas subterráneas, por las materias provenientes de los mataderos y letrinas primitivas.
Que en 1871 se desencadena una de las más mortíferas epidemias de fiebre amarilla “que haya diezmado a un pueblo civilizado en todo el S XIX” -Guillermo Rawson-. Cabe mencionar que en ese año murieron 106 de cada 1000 habitantes de Buenos Aires. A poco de iniciada la epidemia de fiebre amarilla de 1871 muere, asistiendo a los enfermos, el Dr. Francisco J. Muñiz, en cuyo honor sería bautizado el hospital.
Que el Doctor Francisco Javier Muñiz fue médico del ejército a mediados del siglo XIX y además se desempeñó como Diputado, Senador, Convencional y fue Presidente de la Facultad de Medicina. Realizó además contribuciones científicas en campos como la medicina, la paleontología, la zoología y la topografía de la región en la que trabajó. Murió en 1871 dedicado su gran pasión: atendiendo a los enfermos contagiados por la fiebre amarilla, enfermedad que azotaba a Buenos Aires y que se llevó la vida del recordado médico.
Que el Parque Ameghino, que se encuentra frente al Hospital F. J. Muñiz, era por esa época el mayor cementerio de Buenos Aires, conocido como Cementerio del Sud. Su capacidad fue rápidamente colmada y los cadáveres debieron ser enterrados en la zona de las “chacritas”, luego “Chacarita”, el más grande de los cementerios de Buenos Aires hoy.
Que esta epidemia se sumó a las de cólera (1869) y viruela (1882). El 23 de diciembre de 1882 se habilitó oficialmente la “Casa de Aislamiento”, situada en las calles Paraguay y Azcuénaga conocida como la Quinta de Leslie, establecimiento especializado para asistir las enfermedades contagiosas, dado que el “Hospital de Hombres” (hoy de Clínicas) no podía cubrir la demanda de servicios y había sido decretada su clausura. Por otra parte, el “Lazareto San Roque” debía prestar sus servicios como hospital común en vez de recibir dolencias epidémicas.
Que una nueva epidemia de fiebre amarilla en 1884 deja en evidencia la necesidad de la existencia de un hospital para enfermos infecciosos. Es el Dr. José Penna quien brega para la creación del hospital.
Que tal como se señala en las Memorias de la Municipalidad de Buenos Aires 1893-1894, esta institución comenzó a prestar servicios sanitarios fundada en la importancia higiénica y los progresos epidemiológicos que daban cuenta de la conveniencia de aislar a los pacientes afectados por enfermedades transmisibles en hospitales especiales, como práctica profiláctica adoptada por la asistencia pública contra el contagio de la población.
Que, a su vez, la Casa de Aislamiento respondía a una realidad sanitaria de la Ciudad en la cual se hacía evidente el aumento de enfermedades y del número de enfermos. Según las estadísticas de la Municipalidad de 1910, expresadas por el Doctor José Penna, las enfermedades infecciosas más frecuentes registradas en el hospital durante el período 1883-1910 fueron, entre otras: sarampión (especialmente en las estaciones de invierno y primavera), tuberculosis pulmonar, viruela, fiebre tifoidea y difteria.
Que en el transcurso del año 1883, la Intendencia de Torcuato de Alvear, adquirió el predio situado en las calles Entre Ríos, Matheu, Camino Alsina y Patagones, para dar comienzo a la construcción de dos pabellones de madera, emplazados sobre un terreno elevado de cinco manzanas cuadradas de superficie, con el objeto de trasladar la Casa de Aislamiento, atento la necesidad de ampliar el servicio sanitario que, hasta ese momento, brindaba la institución (Memoria de la Ciudad, 1893-1894).
Que en abril de 1886, el entonces Director de la Asistencia Pública, Doctor José María Ramos Mejía, dispuso el traslado de la Casa de Aislamiento, para reforzar el servicio en la Ciudad como centro de hospitalización de enfermedades contagiosas y estación de saneamiento y desinfectación, a partir del alejamiento y/o destrucción de los sitios u objetos contaminados del hospital y del Municipio.
Que, según describe el Doctor Penna en la Memoria de la Administración Sanitaria y Asistencia Pública de la Ciudad de Buenos Aires (1910), el nuevo emplazamiento no presentaba en su apertura, los requerimientos suficientes en la disposición de salas y dependencias.
Que en el año 1893, siendo Director de la Asistencia Pública el Doctor José Ayerza, se conformó una Comisión que confeccionó el plano del nuevo proyecto del Hospital, de la que participó el Doctor Penna.
Que el conjunto hospitalario recibió en su concepción el pensamiento higienista, inspirado en las ideas reformistas de la Europa del siglo XIX que sostenían Owen, Fourier y Garnier, entre otros autores; destacándose un sistema de pabellones, distanciados y vinculados entre sí por senderos y jardines circundantes para la curación y prevención de enfermedades, mediante la acción benefactora de la luz natural, los ambientes ventilados y el uso adecuado y estético de la vegetación como entorno sanitario de la institución hospitalaria.
Que esta organización debía permitir la articulación de la dinámica grupal o individual de cada pabellón, contando con los servicios necesarios para el desenvolvimiento propio de provisión y sostenimiento de alimentos, remedios e insumos y, al mismo tiempo, la relación estrecha entre pabellones en caso de extremas exigencias epidémicas.
Que, tal como sucedió con otros establecimientos sanitarios y equipamientos, las tierras elegidas para la construcción de la sala de aislamiento se encontraban en la zona sur de la ciudad, vinculadas al centro de la ciudad por algunos caminos y avenidas, pero suficientemente alejadas como para no generar molestias. Además en esta zona se disponía de tierras vacantes y a bajo costo. No debe extrañar, entonces, que una zona reducida, que involucra los barrios de Barracas, Parque Patricios y Pompeya, se localizaran a fines del siglo XIX los Hospitales Rawson, Borda, Moyano y Muñiz, así como el Instituto Malbrán. Esta tendencia continuó en el siglo XX con la instalación de los Hospitales Udaondo, Penna, Sarda, Churruca y Garraham.
Que en 1894 se coloca la piedra fundamental para la construcción de 18 salas en los terrenos de la casa de Aislamiento que se transformaría en lo que hoy es el Hospital Muñiz, que, al igual que el resto de los hospitales creados a fines del siglo XIX, pertenece a la tipología denominada “pabellonal” que respondía a las doctrinas higienistas surgidas a mediados del siglo XVIII, ya que posibilitaba la organización espacial por sectores de diferentes usos y funciones, y permitía la circulación de aire entre cada uno de los edificios.
Que el higienismo se incorporó teóricamente a la planificación paisajística de Buenos Aires a través del “árbol” como instrumento sanador de la urbe; primando en la intervención de espacios públicos: jardines, plazas y parques.
Que tal como se indicara en el plano definitivo, expuesto en la Memoria de la Administración Sanitaria y Asistencia Pública de la Ciudad de Buenos Aires (1910), el terreno del Hospital quedó zonificado en 5 Secciones (A, B, C, D, E).
Que los pabellones del Hospital se edificaron con orientación noreste - sudoeste para aprovechar la luz natural durante la mayor parte del año, distanciados pero comunicados a la vez por jardines perimetrales.
Que la sección A agrupaba, en 16 salas, a los enfermos de fiebres eruptivas y piel para hombres y mujeres. La Sección B constaba de 7 salas para enfermos de viruela. La Sección C tenía 3 salas para el tratamiento de la difteria y la Sección D se integraba con 5 salas para la tuberculosis y un pabellón de presos.
Que la Sección E agrupaba 9 salas que brindaban servicios de atención de enfermedades como: fiebre tifoidea, lepra, conjuntivitis granulosa, tiña, sarna y coqueluche. En la misma sección se agruparon los pabellones de Entrada y Distribución de Enfermos, Salas de Observaciones, Salitas de Desinfectación, Administración, Farmacia, Ropería, Depósitos y Domicilio del Personal, Cocina, y Despensa, Pabellón de Hermanas, Capilla, Laboratorio, Depósito de Cadáveres, Instalaciones eléctricas, Caballeriza, Depósitos, Lavaderos y, entre otros, Estufas de Desinfectación.
Que el 20 de septiembre de 1901, se inauguró en el Hospital la “Escuela Interna para Niños con Enfermedades Infecciosas”, con el objeto de brindar educación a aquellos pequeños que permanecían durante largo tiempo apartados y segregados de la sociedad.
Que desde ese momento el establecimiento fue creciendo dentro de una manzana irregular en forma de L, completándose a principios del siglo XX. En la distribución de los pabellones se observan dos ejes principales. El primero, perpendicular a la calle Uspallata, sobre el que se ubican el pabellón de acceso y, más atrás, el de la dirección (el primero construido) y dos pabellones con salas y consultorios. El segundo eje es paralelo a la calle Los Patos, a sus lados se localizan diez pabellones (originalmente eran doce pero dos de ellos fueron demolidos), alternándose edificios lineales con edificios en U en un conjunto de singular coherencia. Hacia la Avenida Amancio Alcorta, se emplazan los pabellones de mayores dimensiones como el Kotch y la Sala 17 (donde se atiende a enfermos de HIV), así como la Cátedra. Sobre la Avenida Vélez Sársfield se localiza el Dispensario o Pabellón Bacareza. Hacia la calle Monasterio se emplazan los consultorios externos y el lavadero, entre otras construcciones.
Que a lo largo del tiempo varios pabellones del hospital han sido demolidos. En la secuencia fotográfica que se acompaña puede verse que en 1940 el conjunto se encontraba completo, mientras que, para 1965, ya se había demolido un pabellón. Entre 1978 y 2004 fueron demolidos dos pabellones, que se emplazaban paralelos al Koch.
Que la demolición de algunos de los pabellones y el degrado de otros (algunos de ellos se encuentran inhabilitados) no ha menoscabado, sin embargo, al integridad de este conjunto de significativo valor arquitectónico y ambiental, ya que, a lo largo de los años, el terreno se ha completado con una frondosa forestación, tal como puede verse en la última imagen aérea. En este caso, al igual que en el de otros hospitales de la cuidad construidos con la tipología pabellonal, los espacios libres verdes y la forestación actúan como elemento vinculante entre los distintos edificios, integrándolos.
Que los pabellones emplazados sobre el eje paralelo a Los Patos, mencionado anteriormente, son todos de una sola planta, tienen unos 6 metros de altura, y están desarrollados en forma lineal o en U. Su característica principal son las carpinterías verticales con vidrio repartido que marcan el ritmo de sus fachadas.
Que entre los demás pabellones se destaca especialmente el Pabellón Kotch, que fue construido para el tratamiento de enfermos de tuberculosis por lo que tiene grandes galerías vidriadas; la Cátedra, que conserva en su interior un aula magna con graderías de madera, y el Dispensario.
Que el sistema público de salud de la ciudad de Buenos Aires fue creado muchas décadas (algunos hospitales son centenarios y otros están cerca de esa meta). Fue pensado con visión demográfica y sanitarista y su estructura básica es la que aún perdura.
Que los 12 hospitales que conforman las áreas programáticas más los hospitales especializados de infecciosas, gastroenterología, salud mental (varios), oftalmología (2), maternidades, pediátricos, rehabilitación etc.; son prácticamente los mismos que hace 60 años, algunos traspasados de Nación a la ciudad, en una población que no ha crecido demográficamente, pero que produjo un cambio cualitativo debido al proceso migratorio y a las crisis socioeconómicas recurrentes. El intento de cambiar el concepto puramente asistencial al preventivo con la creación de los 34 centros de salud y acción comunitaria (CESAC) ha servido para descentralizar el sistema, pero no ha logrado incorporar programas de atención primaria (APS) masivos, que suele confundirse aún con el primer nivel de atención, el médico “de cabecera” o “de familia” etc. El impacto del último brote de sarampión (1998) en algunas áreas programáticas debió advertir que la cobertura vacunal se logra con buenos programas de APS.
Que dentro de este sistema el Hospital Muñíz, que actúo como centro de referencia, formó recursos humanos y colaboró a nivel nacional en la elaboración de normas para la atención médica, el diagnóstico, el control y la prevención de las enfermedades transmisibles, en situaciones críticas, en diferentes situaciones sanitarias a partir de la década de 1980, sigue siendo un referente natural dentro de la Ciudad de Buenos Aires y el área metropolitana.
Que esto se debe principalmente a que no existen recursos humanos, fuera de este ámbito, que reúnan conocimiento, entrenamiento y destrezas suficientes para actuar rápida y efectivamente.
Que en el predio del establecimiento existen edificios abandonados, con valor histórico-arquitectónico, que son recuperables y podrían ser incorporados a la actividad plena desempeñando su rol dentro de la estructura sanitaria.
Que el Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales prestó su conformidad para la presente iniciativa mediante Nota S/Nº CAAP-2008 del 16 de diciembre de 2008, recomendando, además, la protección de las especies arbóreas existentes.
Que la Resolución Nº 241-SSPLAN-2009 incorporó los inmuebles involucrados con carácter preventivo al Listado de Inmuebles Catalogados, en virtud de que “el predio y sus inmuebles acreditan un alto valor patrimonial fundado en sus aspectos histórico-testimoniales, urbanístico-ambientales y arquitectónicos.”
Que el Código de Planeamiento urbano define el valor urbanístico como las cualidades que posee un edificio que define o califica la trama, el paisaje urbano o el espacio público; el valor arquitectónico, se otorga a los elementos poseedores de calidades de estilo, composición, materiales, coherencia tipológica y otra particularidad relevante; el valor histórico-cultural, lo ostentan aquellos elementos testimoniales de una organización social o forma de vida que configuran la memoria histórica colectiva y un uso social actual.
Que, de acuerdo a estas definiciones, se considera que este conjunto reúne valores urbanísticos, arquitectónico e histórico-culturales sobresalientes, siendo especialmente necesario preservarlo como ejemplo paradigmático de los diversos procesos de la evolución histórica de nuestra ciudad.
Por todo lo expuesto se solicita la pronta aprobación del presente proyecto que supone la preservación un ejemplo destacado del patrimonio hospitalario de la ciudad, que mantiene plena vigencia luego de más de cien años de existencia.
LEY
Art.1º: Catalóganse con sus respectivos niveles de protección, en los términos del Artículo 10.3.3 del Capítulo 10.3 “Catalogación” del Código de Planeamiento Urbano, los edificios consignados a continuación, correspondientes al Hospital de Infecciosos Dr. Francisco Javier Muñiz, emplazado en la Parcela 0 de la Manzana 81, Sección 24, Circunscripción 2, comprendida por las calles Monasterio, Uspallata y Los Patos y las Avenidas Vélez Sarsfield y Amancio Alcorta.
Art.2º: Incorpóranse los inmuebles catalogados por el Art. 1º al Catálogo previsto en el Capítulo 10.3. “Catalogación” del Código de Planeamiento Urbano.
Art. 3º: Incorpórase el inciso 6.(Nº a designar) Distrito E4 30 Hospital de Infecciosos Dr. Francisco Javier Muñiz con el siguiente texto:
“1. Carácter:
Conjunto hospitalario de diseño integral caracterizado por una estructura de pabellones insertos en un ámbito de singular topografía y valiosa forestación, todo lo cual le confiere una alta calidad urbanística y ambiental.
2. Estructura Parcelaria:
Deberá mantenerse la estructura parcelaria actual.
3. Protección ambiental – Ámbito Consolidado:
Corresponde a la totalidad del espacio público y privado del Distrito.
Deberá respetarse la morfología y diseño paisajístico del conjunto formado por los edificios catalogados, la topografía del terreno, la forestación, el adoquinado y los senderos existentes en el Distrito.
3.1 Forestación:
Se conservarán las especies arbóreas existentes con el fin de mantener las cualidades ambientales del área. Se deberán reponer las especies en caso de pérdida de algún ejemplar. Toda reposición y renovación de las especies vegetales existentes se hará atendiendo no sólo a criterios paisajísticos sino también a valores históricos, previa intervención de la Dirección General de Interpretación Urbanística y de la Dirección General de Espacios Verdes.
3.2 Topografía y trazados:
Deberá respetarse la topografía natural del terreno. Toda intervención referida a los trazados tomará en consideración el carácter con el que fue creado y diseñado el conjunto Hospital Francisco Javier Muñiz.
3.3 Monumentos, piezas escultóricas y elementos singulares:
Los elementos protegidos son los siguientes:
- Estatua del Dr. José María Penna
- Pajarera ubicada entre el Pabellón Koch y el edificio de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas
- Portal de acceso y reja sobre la calle Uspallata.
4. Protección edilicia
En caso de realizarse nuevas construcciones, éstas sólo podrán emplazarse en los espacios indicados a tal efecto en el Plano de Delimitación y Protección Ambiental y Edilicia Nº (a designar) Distrito E4 30 Hospital de Infecciosos Dr. Francisco Javier Muñiz. La altura de estas edificaciones no podrá superar la de los pabellones catalogados adyacentes identificados en el referido plano como “Pabellón 21-22 HIV” y “Sala 8”, según corresponda. El proyecto en cuestión deberá someterse a consideración de la Dirección General de Interpretación Urbanística, de acuerdo a lo establecido en la Sección 10 del CPU. Las nuevas construcciones deberán respetar, además, la proporción de llenos y vacíos y la materialidad predominante del conjunto.
4.1 Normas para inmuebles catalogados
En el “Listado de Inmuebles Catalogados Distrito Distrito E4 30 Hospital de Infecciosos Dr. Francisco Javier Muñiz” se consignan los niveles de protección especial para cada edificio sujeto a protección, graficados en el Plano de Delimitación y Protección Edilicia y Ambiental Distrito E4 30 Hospital de Infecciosos Dr. Francisco Javier Muñiz Nº (a designar), calificados en Estructurales (E) y Cautelares (C).
Toda intervención en los inmuebles catalogados deberá contar con la aprobación del Organismo de Aplicación de las normas de protección patrimonial.
Listado de inmuebles catalogados Distrito E4 30 Hospital de Infecciosos Dr. Francisco Javier Muñiz
4.2 Patrimonio arqueológico y/o paleontológico
Se dará intervención a la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico a fin de inventariar, registrar y preservar el patrimonio arqueológico y/o paleontológico del predio.
Art. 4º: Incorpóranse al Código de Planeamiento Urbano el Plano de Delimitación y Protección Ambiental y Edilicia Nº (a designar) Distrito E4 30 Hospital de Infecciosos Dr. Francisco Javier Muñiz, que obran como Anexo I de los presentes actuados.
Art. 5º: La ficha de catalogación Nº 24-81-0, obrantes como Anexo II, forman parte de la presente Ley a todos sus efectos.
Art. 6º: El Poder Ejecutivo, a través de la Dirección General de Registro de Obras y Catastro, dependiente del Ministerio de Desarrollo Urbano, deberá asentar las catalogaciones establecidas por el Artículo 1º en la Documentación Catastral correspondiente.
Art. 7º: Cúmplase con los Artículos 89º y 90º de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Art. 8º: Comuníquese, etc.
de ANCHORENA, TERESA Presidenta
AGOSTINI DE VARELA, MARTA Vicepresidenta
GONZALEZ, ALVARO
TAMARGO, AVELINO
PEDREIRA, SILVINA
URDAPILLETA, INES
DI STEFANO, PATRICIO
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