jueves, 1 de abril de 2010

Publicado en Indymedia

En mi opinión y desde una posición política distinta del peronismo, Carrillo plantea un antes y un después en la cuestión de la salud pública, insoslayable.
No obstante el agotamiento del nacionalismo de contenido burgués, expresado en el peronismo y en particular en esta, su etapa de desintegración, publico este artículo ya que desnuda la situación de la salud pública y de los hospitales porteños en particular.
Luis Trombetta


Haciendo añicos la salud pública

Por Zula ((i)) - Sunday, Mar. 21, 2010 at 4:35 PMzula(arroba)riseup.net

"Los problemas de la Medicina como rama del Estado, no pueden resolverse si la política sanitaria no está respaldada por una política social. Del mismo modo que no puede haber una política social sin una economía organizada en beneficio de la mayoría." (Dr. Ramón Carillo)

La salud publica y gratuita, en la Argentina, es obra del sanitarista Ramón Carillo, durante 8 años desarrolló y llevo a cabo la idea de la salud pública como un derecho de todas las personas. Cuando asumió su puesto como Secretario de Salud primero y luego Ministro, se encontró con instalaciones sanitarias inadecuadas, falta de camas, de equipamiento médico, de insumos y de personal no capacitado. Durante 8 intensos años de trabajo de las 66.000 camas existente en los hospitales sumo 114.000. Apoyó su trabajo en tres puntos fundamentales: Todas las personas tienen igual derecho a la vida y a la salud. No puede haber política sanitaria sin política social. No sirven las conquistas técnicas médicas si no pueden llegar al pueblo por los medios adecuados. Del compromiso social de Carrillo hasta ahora, en la salud pública han sucedido muchas cosas. Las reiteradas crisis económicas, la desocupación, el incremento de la pobreza y la falta de una política seria, han llevado al colapso del sistema, que en algún momento de nuestra historia más reciente fue sinónimo de acceso a la salud de alto nivel. Actualmente, para conseguir un turno es necesario acampar durante horas en las puertas de los hospitales. Esperar meses por una cirugía o un estudio de mediana complejidad. Profesionales mal pagos, infraestructura colapsada, falta de insumos, falta de personal y trabajo precarizado es la realidad cotidiana.Precedentes de lucha como los trabajadores y trabajadoras de la salud de la provincia de Tucumán en el año 2009, la actual lucha en Santiago del Estero y ahora en la Ciudad de Buenos Aires, con reivindicaciones que parecen calcadas, muestra que la política de salud es que no haya salud. Todos los gobiernos que se han sucedido, sin importar su signo político, han contribuido a destruir uno de los aportes más valiosos de Carillo: el acceso a la salud para todas las personas sin importar su clase social.
“¡En defensa de una salud pública, gratuita e igualitaria!”El referente de la Juventud Pro, Francisco Quintana, elaboro en 2007 un informe donde analizaba el empleo publico en la Ciudad de Buenos Aires, donde expresaba: “…habrá que pensar en una reducción progresiva de la planta estatal mediante jubilación y planes de retiro voluntario. A este respecto, asumimos como obvio que la intención de reducir el número de empleados sugerida por el Jefe de Gobierno electo, Mauricio Macri, provocará una ola de protestas y controversias, cuando no amenazas desde sectores gremiales. Sin embargo, cada sueldo abonado por el gobierno porteño debe ser absorbido por el presupuesto que se alimenta de los aportes de los contribuyentes y que en un cuantioso porcentaje está exclusivamente destinado a financiar esa multimillonaria masa salarial. Una elemental y sana política financiera requeriría no dilapidar esos ingresos proporcionando cobijo al personal ineficiente y/o excedente.”Desde que comenzó la gestión de Mauricio Macri quedó en evidencia cual es su política en materia social y de salud. Desvirtúo el rol que debe tener el estado con políticas publicas que atiendan integralmente las necesidades de todos los sectores de la ciudad, pero especialmente los más vulnerables, llevando al colapso a la red de asistencia social y de la salud. Su idea de gestión es privatizar para “ahorrar” gastos al Estado. Contrató auditorias y persiguió a los y las trabajadores del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Ocupo puestos claves con funcionarios venidos de los sectores privados de salud donde prima una lógica empresarial por sobre el bien común. Centralizó las compras de insumos, razón por la cual faltan en los hospitales porteños y así desalienta la llegada de pacientes del conurbano bonaerense. Invirtió dinero en al remodelación de salas obras que invisibilizan las realidad, que es la de debilitar al sistema de salud pública. En 2008, en un editorial de la Asociación de Psicólogos de la Ciudad de Buenos Aires ya se denunciaba la gestión privatizadora de Macri: “Los habitantes y los trabajadores que vienen a esta ciudad merecen ser atendidos en todos los Hospitales Públicos, Centros de Salud Mental y Cesac, sin discriminación previa. Es una ciudad, única en Latinoamérica y en el mundo, que sostuvo siempre una política de salud pública adecuada a sus necesidades y a sus leyes supremas. La sub ejecución del presupuesto por parte del ejecutivo, la inoperancia administrativa, la falta de insumos, camas y personal, la profundización del deterioro en los 10 meses de gestión son una muestra de la desidia e improvisación con la que abordan los principios privatizadores y oportunistas que “iluminan” su poder. La ciudad porteña no es una maqueta para armar... negocios.”El dirigente del Partido Obrero Marcelo Ramal, denuncio a principios del año 2009, en un articulo aparecido en la Prensa Obrera, el ajuste presupuestario de Macri con ayuda del sector político que responde a Ibarra y a Carrio: “los ingresos fiscales ha presupuestado una inflación del 14%, pero para los salarios un aumento de sólo el 11%. Los restantes gastos sociales crecerán aún menos: el 7,5%. En esta "reformulación", la inversión en vivienda popular cayó de 200 a 70 millones de pesos (...) será una apretada de cinturón contra los maestros, médicos, estatales y los sin techo.”El 21 de Mayo del 2009, la dirección del Hospital Torcuato de Alvear fue notificado por el Gobierno de Macri que el 22 de junio se suspendería el suministro de gas por 150 días. En aquella oportunidad la Asociación de Profesionales del Hospital Alvear manifestó: “El desguazamiento del sector, la falta de mantenimiento edilicio, la burocracia en la compra de medicamentos disfrazada de control, orden y transparencia, la iniciativa de dejar sin tratamiento a los pacientes con padecimiento mental con la excusa de la desmanicomialización sin la construcción de dispositivos alternativos y la falta de comunicación sobre un proyecto serio en Política de Salud Mental para la ciudad, hace que trabajadores de la salud mental veamos con profunda preocupación el futuro...”El año anterior Macri anuncio el cierre del Hospital Borda y Moyano en un supuesto plan de “desmanicomialización”. Sin embargo organizaciones sociales y medicas se expresaron al respecto: “Macri y su Ministro de Salud Lemus incumplieron con esta Ley al no implementarla ni promocionarla, al no convocar y consultar al Consejo General de Salud Mental (CoGeSam) -previsto por la Ley como órgano asesor-, para el desarrollo del nuevo plan, quedando encubierto de esta forma el gran negocio inmobiliario y de la Salud que este representa(…) rechazamos este plan que con el disfraz de la transformación no hace más que ir contra el Hospital Público. La política de Salud Mental que se proponga alternativas a la Institución Manicomial debe actuar simultáneamente sobre el aparato estatal, la conciencia social, y todo el entramado profesional, jurídico, gremial y del Estado.”El 8 de Febrero un grupo de legisladores y legisladoras de la Ciudad de Buenos Aires, denunciaron que el único hospital de salud mental que atiende a niñas, niños, adolescentes y jóvenes, Carolina Tobar García, no cuenta con presupuesto y tiene serios problemas edilicios. El 3 de Marzo los trabajadores y trabajadoras del hospital realizaron un paro donde denunciaban entre otras cosas la paralización de las obras de infraestructura y la baja de partidas presupuestarias. El delegado gremial Manuel Rivadeneira expresó: “estamos hacinados a los chicos porque el hospital no está en condiciones. Este hospital es el único hospital en Sudamérica que atiende patologías psiquiátricas en la población infanto-juvenil, muchos casos son de chicos con problemas sociales".En diciembre del año pasado, los trabajadores y trabajadoras de la salud, comenzaron a realizar asambleas en diferentes hospitales de la Ciudad de Buenos Aires, ante la falta de respuesta a sus reclamos de mejora salarial y la mala liquidación de salarios entre otros problemas.En la asamblea realizada en el Hospital Muñiz denunciaban la grave situación del nosocomio. A más de un año en el que el Gobierno de la Ciudad lanzara el Plan Maestro y se comprometieran a realizar obras edilicias de construcción y mantenimiento de las salas de aislamiento respiratorio y de terapia intensiva, fue evidente para los trabajadores/as que en realidad se trato de una maniobra para achicar los servicios. Fue el propio ministro de Salud, Jorge Lemús, quien informo en la Comisión de Presupuesto y Hacienda en la Legislatura que el Plan Maestro no tiene financiamiento en el presupuesto del 2010. La crisis edilicia quedó de manifiesto con la caída del techo de una de las salas de pediatria. Los trabajadores y trabajadoras denuncian que se han cerrado alrededor de 60 camas, contando la sala de pediatría y dos salas del pabellón Koch. Se incumplió con la promesa de construir un pabellón para pacientes que necesiten aislación respiratoria, dado que el edificio destinado para ese fin tiene derrumbado su techo y sería irrecuperable. Tampoco se avanzó en la obra de la terapia intensiva que sigue disminuida en su capacidad operativa. Los sindicatos y asociaciones de profesionales de la salud denuncian que el Plan Maestro que consiste en el cierre y compactación de hospitales como el Muñiz de infecciosas, el Udaondo de gastroenterología y el María Ferrer de vías respiratorias. La inclusión del Moyano y el Borda en un megaproyecto de reurbanización en la zona de Barracas. Sumado a la tercerizaciones y convenios con la medicina privada es en realidad, un plan de privatización de la salud pública. El pasado miércoles 17 de marzo se realizó una movilización del sector de la salud pública, convocada por la INTERHOSPITALARIA, con un corte de Avenida de Mayo en el que participaron residentes, profesionales de planta de los siguientes hospitales: Penna, Ramos Mejía, Ameghino, Gutiérrez, Santojani, Argerich, Álvarez, Fernández, Sardá, Piñero, Borda, Moyano, Muñiz, Lagleyze, Pirovano, Tornú, Pasteur y varios CESAC.Al mismo tiempo se realizaba un paro de 24 horas en el Hospital de niños Ricardo Gutiérrez, con un acatamiento del 80%, un paro en la Maternidad Sardá, un gran corte con 300 personas en la calle frente al Hospital Durand, una asamblea y paro de 1 hora en el Hospital Ramos Mejía, un paro de 24 horas de la Asociación de Profesionales en Formación (residentes), un corte en Avenida Las Heras por las y los trabajadores del Hospital Juan A. Fernández y un paro de 48 horas el día 18 y 19, que se sumo al de 24 horas de la semana anterior. Bajo las siguientes consignas:
Recomposición salarial ya, no escalonada, del 40%.
Pago de lo adeudado por la mala liquidación de los haberes.
No al cierre del Lagleyze, Moyano, Borda, Rivadavia, Muñiz, Udaondo.
Ningún despido. Derogación de la Ley 471.
Pasaje a planta de todos los contratados.
Basta de trabajo precarizado.
Efectivización de nombramientos concursados y nuevos que se necesiten.
82% móvil para jubilaciones.
Abastecimiento de insumos necesarios. Con una consigna unificadora: “¡En defensa de una salud pública, gratuita e igualitaria!”. Fue la organización y la lucha de los trabajadores y trabajadoras, de vecinos y vecinas y de pacientes, quienes impidieron que el hospital oftalmológico Pedro Lagleyze fuera cerrado. Quizás ese sea el camino en defensa del verdadero legado que nos dejó el Dr. Ramón Carrillo: nuestro derecho irrenunciable a la salud pública, gratuita e igualitaria.

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