sábado, 25 de julio de 2015

La Turca

La turca
Corrientes y Agüero.
Gente de vereda a vereda.
A la salida del subte se angosta el camino.
Voy esquivando pibes que no alcanzan el metro y cochecitos con globos que flotan en el aire. Me tocan el brazo.
Me detengo.
No lo esperaba. Me sorprendió.
Es un instante.
Es como ver una foto vieja y no saber quién quedó estampado.
Hola, me dice. ¿Qué hacés? Cómo andás?
Rápido.
Hay que descifrar.
Veterana, mal trazada, piel curtida en la cara.
La miro y delato mi sorpresa.
No te tengo.
¿De dónde?
En un instante, repaso: ¿paciente del hospital?
¿Compañera de algún piquete, de un corte de calles de almagro?
Rastreo en el fondo a toda velocidad y nada.
¿Será de la 3 de Ezeiza? Pasaron muchos años, pero me encontré con varias de ellas, ahora tan viejas como yo.
No.
Se acaba el tiempo.
- La Turca, me dice, como ayudándome a recordar.
Ah!
La saludo por cortesía.
- Estoy bien, qué más podría decirle.
- Tengo a mi hijo internado en terapia intensiva en el hospital.
- ¿Dónde?
- En el Ramos...
-Ah.
- Y estoy sin un mango....
Me corro y la sigo relojeando.
Ella, a mí, también.
Le toco el hombro
Me corre la mirada.
- Que se mejore tu hijo.
Se despega.
Ya esta mirando a otro gil.

1 comentario:

Unknown dijo...

La verdad ; INCREIBLE como esta la sociedad , da para cualquier situación , terrible !!!!