Hace 38 años, una mañana me despertó la voz de un compañero de militancia: levantate, hay golpe de estado.
El golpe de estado estaba en marcha desde la madrugada.
No fue inesperado, pero no por eso dejó de ser impactante.
Nací después de la "Libertadora", crecí con el golpe de Onganía, di los primeros pasos en la vida gremial con Lanusse - en el 3º año de la secundaria- y marche en las calles contra el golpe en Chile, por los fusilamientos de Trelew. Pero ese 24 de marzo fue distinto: militaba, estudiaba, trabajaba en lo que podía.
Mi vida cambió.
No sólo por el terror militar que invadía la ciudad, el país.
Cambiaron las relaciones sociales de aquella época.
Aparecieron los fascistas victoriosos de sangre y secuestros, fusilamientos clandestino y otros no tanto, centros de detenidos y persecuciones implacables, que vitoreaban a las tropas del ser nacional, que liquidaba a la sinarquía internacional.
El peronismo había inaugurado la liquidación de la dirigencia surgida de las bases, y prometía el aniquilamiento de los enemigos de la patria.
No era solo el discurso oficial, ni la militarización en las calles, fábricas, colegios, universidades, barrios...
La dictadura penetró en las familias, en los almuerzos y cenas, en las reuniones privadas.
La persecución a los "zurdos" llegó al núcleo más pequeño, al reducto familiar.
También allí hubo persecución, amenazas de denuncias, súplicas de quienes veían sus vidas amenazadas, forzosos exilios interiores, obligación de callar por el miedo a la denuncia, al secuestro, al terror.
Una época atroz.
Un tiempo que se congelaba eternamente.
La barbarie.
El miedo gobernó aquellos días y dejó una marca en mi vida, que 38 años después, a veces me visita en los sueños.
2014.
A los 57 años no puedo resistir el impulso de escribir estas líneas.
Cristina Fernández amenazó con la represión en las calles.
Obreros de Las Heras -un paraje desconocido del sur patagónico- son los Sacco y Vanzetti del proyecto nacional y popular.
Milani - agente de inteligencia, denunciado, protegido por el Kirchnerismo, ascendido por los mismos que dicen haber pertenecido a la juventud maravillosa de los 70, intenta la resurrección del cadáver maloliente del partido militar, ahora al servicio del proyecto.
Milani.
Del cadáver emanan olores nauseabundo.
... el hijo del fallecido General de División Antonio Bussi, comandante del Operativo Independencia, Ricardo Bussi, señaló que «Respecto a Milani sólo puedo decir que para mi padre era uno de sus subordinados más comprometido. Lamento entonces que un soldado que supo defender al país con honor, ahora se vea envuelto en escándalos por enriquecimiento ilícito y a la vez pretenda conducir a las FFAA. (o lo que queda de ellas) en el marco de la "chavización" de las mismas.» Días después, respecto a los dichos de Ricardo Bussi, el General de División Milani dijo «el hijo de Bussi dice que su padre me valoraba. No lo vi jamás a Bussi en Tucumán, lo vi dos veces en una formación, de lejos en Córdoba. Maltrataba a los coroneles, así que fíjese si le iba a dar bolilla a un subteniente de 21 años».
http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9sar_Milani
Asesinos formados en el ser nacional, se reprueban entre sí.
Se ocultan detrás de las faldas presidenciales.
Milani.
Sos el símbolo que resume la descomposición del proyecto.
Luis Trombetta
24/03/2014
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