miércoles, 5 de marzo de 2014

El negocio capitalista de los medicamentos: advertencia de las multinacionales

El negocio capitalista de los medicamentos

En innumerables debates, foros, reuniones y publicaciones, se ha discutido acerca del precio de los medicamentos y las ventajas que ofrecería la producción pública de medicamentos (PPM), particularmente a partir de la crisis del 2002.
También señalamos que el rescate de la industria farmacéutica por parte del gobierno nacional, impulsado al comienzo por Duhalde y continuado por el kirchnerismo, recompuso el mercado local de especialidades medicinales, fuertemente abatido por la aceleración de los precios locales (tras la devaluación del 300% iniciada por Duhalde bajo la directiva de Remes Lenicov y continuada por Lavagna, que estuvo hasta el 2005, con la presidencia de Kirchner).
En su momento las discusiones sobre la PPM alborotaron las huestes del progresismo vernáculo que vieron en esa línea, un plan de desarrollo de la industria nacional, y hasta la sustitución de importaciones de esos productos.
La realidad se ocupó de demostrar que la PPM era una aspiración imposible de cumplir sin antes definir el carácter social del estado, los límites impuestos por las empresas internacionales, la ley de patentes medicinales, los acuerdos firmados en la OMC, en definitiva, sin por lo menos caracterizar el negocio capitalista de la salud y en particular el lugar de la industria farmacéutica.
El progresismo, el kirchnerismo y la corte de aduladores del “modelo” no se animaron a denunciar la ley de patentes y afirmar su desconocimiento, medida inicial para poder llevar adelante una propuesta de producción de medicamentos, aún en el marco del estado y bajo las condiciones de atraso de la industria farmacéutica y química.
Por supuesto que el desarrollo de la investigación en manos del estado hubiera sido una pieza fundamental de un programa de PPM, que debía financiar y promover a las universidades públicas, a sus investigadores y docentes, dotarlos de presupuesto y salarios que permitieran ese desarrollo.
¿Por qué hago referencia sobre la cuestión de la PPM?
Por aquella época mucho se discutió sobre las posibilidades de producir medicamentos más baratos, tomando como ejemplo la industria de la India.
Algunos medicamentos fabricados en ese país, especialmente destinados al tratamiento del sida, se expedían a precios enormemente ventajosos respecto a los precios formados por las transnacionales dueñas de las patentes.
Claro y preciso fue  el consejero delegado de Bayer, Marijn Dekkers, en declaraciones recogidas por la revista 'Bloomberg Business Week': No producimos medicamentos para los indios. Los producimos para los pacientes occidentales que pueden permitírselos" (enero 2014).
Las compañías farmacéuticas Merck & Co. (MRK: EE.UU.) y Bristol -Myers Squibb Co. (BMY: EE.UU.) se enfrentan a nuevas amenazas a la protección de sus patentes en la India. Un panel designado por el gobierno se prepara para evaluar más drogas a copiar por los fabricantes locales.
“…Los mercados emergentes son cada vez más difícil de navegar para los fabricantes de medicamentos globales, incluyendo Pfizer Inc. (PFE: EE.UU.) y Novartis AG (NOVN), que han luchado para defender sus derechos sobre las terapias de gran éxito en la India. Los fabricantes de medicamentos se enfrentan a una creciente amenaza a sus patentes cuando el gobierno de la India busca hacer tratamientos más baratos a nivel local, dijo Ajit Mahadevan, líder del grupo de consultoría de ciencias de vida en Ernst & Young en Mumbai.”
La empresa Merck señaló: Alentamos al gobierno de la India para tranquilizar a los inversores. La India respeta y valora la innovación y la protección de la propiedad intelectual.
Bristol - Myers en un comunicado por correo electrónico, dijo que está "profundamente preocupado por el deterioro de las protecciones para los medicamentos innovadores patentados en la India " y seguirá actuando para proteger sus derechos de propiedad intelectual.
El gobierno de la India pretende ampliar la producción de medicamentos a bajo costo, lo que favorecerá a la industria local y al mercado interno.
Sin embargo, la cuestión central es la ley de patentes, los acuerdos con la OMC y el interés de las empresas farmacéuticas por defender sus registros de propiedad sobre las patentes de medicamentos, en defensa del negocio capitalista de su industria.
La industria farmacéutica tiene sus bases establecidas en el comercio internacional, fuertemente aventajado por la vigencia de la ley de patentes, que protegen la propiedad privada del medicamento y solo expira tras un período de 20 años, infinitamente superior a la vigencia de las especialidades medicinales, que se superan a si mismas o que encuentran variantes que modifican la biodisponibilidad y la bioequivalencia a favor de sus resultados.
Sólo algunos productos han atravesado la historia de la medicina conservando inalteradas sus cualidades medicinales.
Vaya como ejemplo el ácido acetilsalicílico (aspirina) sintetizado por primera en 1853.
La PPM solo será posible en el curso de un reordenamiento de la industria, la investigación y la elaboración de medicamentos, sobre bases socialistas y el gobierno de los trabajadores.
Las experiencias nacionalistas están agotadas (como la pretendida PPM en nuestro país) y no han podido frenar el alza del precio de los medicamentos ni desarrollar la industria local en competencia con los intereses de la burguesía y el imperialismo.
Como dijo Marijn Dekkers, los medicamentos no son para los pobres.
La India es una nota desafinada en el concierto mundial de la industria farmacéutica.
Sin demora, los dueños de la industria farmacéutica trasnacional le aplican la sintonía fina.

Luis Trombetta

Marzo 2014  

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