Ultima reflexión, o tal vez no.
Estimado José Luis
Leí hace un rato tu carta.
(También la que escribió Huayca).
Tus palabras me hicieron pensar que este intercambio
epistolar tiene más que ver con diferencias en el entorno y armado de la lista
oficial de la AMM
(Lista Integración) antes de las elecciones y no tanto sobre las perspectiva del
Muñiz, en el sentido de una unidad de opiniones y criterios, condición que
entiendo es innecesaria para que un cuerpo social –en este caso el nuestro-
funcione.
El metabolismo de un cuerpo social esta siempre
activo, improbablemente homogéneo.
En todo caso, la direccionalidad, los objetivos
institucionales, las metas (sin dejar de lado los actores) se trazan desde el
gobierno porteño y particularmente desde el ministerio de salud del
GCBA.
No extraña a nadie (a esta altura de la soireé), que
el ministro de salud este puesto por la AMM (Gilardi dice siempre que “todos los
médicos somos de la
AMM ”) con la aprobación oficial y la del SUTECBA (encolumnado
oficialmente con el macrismo según declaraciones conocidas), y que se cumplan
los objetivos prefijados desde la esfera gubernamental.
Es lo que siempre ocurre. Es la lógica que sustenta
el sistema político.
¿O esperábamos que el gobierno de turno abandone sus
propias premisas, conceptos y preceptos políticos con los que obtuvo el poder, a
la hora de gobernar?
Ciertamente, la política elegida (el camino trazado)
no beneficia a todos. Ahí las diferencias.
Política es todo, y bienvenido que así
sea.
¿O alguien conoce una forma mejor de organizar el
cuerpo social?
Pero no quiero distraerme, distraer ni
extenderme.
Me quedé pensando en la cuestión de la
homogeneidad.
Y me acordé del secundario.
Fui alumno del Mariano Acosta (primaria y
secundaria). Una profesora de literatura, aburrida hasta por sus propios
bostezos, nos “mandó” comprar un libro que pocas veces
visitamos.
En él, había una perla.
Esa poesía jamás me abandonó. Paco Ibañez la hizo
canción.
Se las dejo para que la disfruten, en un día de
elecciones y obvia veda para la propaganda política!
Porque
vivimos a golpes, porque a penas si nos dejan
decir que
somos quien somos,
nuestros
cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos
tocando el fondo.
Saludos
Luis Trombetta
Gabriel Celaya
(De "Cantos
iberos", 1955)
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la
conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente
afirmando,
como un pulso que golpea las
tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la
muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas
crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos,
asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten
excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos
convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por
minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que
glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque a penas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un
adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y
evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta
mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis
penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica, qué
puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un
obrero
que trabaja con otros a España en sus
aceros.
Tal es mi poesía:
poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y
ciego.
Tal es, arma cargada de futuro
expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto
perfecto.
Es algo como el aire que todos
respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro
llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo
mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene
nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra, son
actos.
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