El clasismo irrumpe en la televisión.
La presencia de dirigentes clasistas, precisamente aquellos que
son protagonistas de las protestas y movilizaciones de este marzo inolvidable,
es un elemento de la escena política nacional, que requiere un análisis
particular.
Sin duda la presencia de dirigentes como Romina del Pla, Eduardo Belliboni,
Crespo en los programas televisivos, obedece al proceso político que sacude al
gobierno y al peronismo.
El bloqueo informativo de la lucha de ARG - Clarín fue quebrado tanto por la continuidad del
conflicto gráfico (los obreros gráficos de AGR defendiendo los puestos de
trabajo y denunciando a la patronal) como por el desarrollo de una movilización
obrera que dejó al descubierto la colaboración de la dirigencia cegetista con
el ajuste macrista.
Es en un escenario de grandes movilizaciones
(docentes, obreros de gremios industriales) donde la burocracia pierde el
protagonismo, y el gremialismo combativo, clasista, ocupa la escena.
Para interpelar el conflicto, la patronal de los
medios de comunicación se ve obligada a invitar a los dirigentes que conducen
buena parte del reclamo de los trabajadores.
En este punto, el ataque de Eduardo Feiman a Romina
del Pla en el programa de Fantino es la reacción más fidedigna del malestar y
la repulsa que produce en la burguesía (y particularmente en sus medios de
difusión) tener que convocar a sus enemigos de clase, auténticos interlocutores
y representantes, del movimiento obrero en lucha.
Por eso el abogado D´Alesandro advierte que Romina
critica a Baradel por "blandito", y que la situación empeoraría si el
clasismo gana la conducción del SUTEBA.
La audiencia de Fantino ha recibido una lección
doble: la posición de los docentes en lucha en las palabras de una dirigente
que le disputa la conducción a la burocracia, y el odio de clase de la
patronal, encarnado en Feiman y apenas disimulado por el propio Fantino (que
pretendió disimular el ataque a la "invitada").
Nos esperan muchos más reportajes e invitaciones a
programas radiales y televisivos, en los que pondrán a prueba no solo la
templanza de nuestros dirigentes, sino el contenido de nuestro mensaje.
Es apenas el comienzo de un cambio en la situación
política, en la que nos tendrá siempre en primera línea y recibiendo los más
duros golpes.
Estamos preparados para eso y mucho más.
Luis Trombetta
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