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Comunicado
del Partido Obrero
1. La
derrota judicial del gobierno es el resultado de las contradicciones
insuperables de su propia política. Después de armar una telaraña de
presentaciones judiciales quedó enredado en ellas, al arbitrio de medidas
cautelares, recusaciones de jueces y recursos de per saltum. Era el final natural de una
“ley de medios” que nunca pretendió democratizar la palabra, sino proceder a un
re-distribución capitalista del negocio de los medios de comunicación audiovisuales.
La posibilidad de manipular licencias y derechos de propiedad chocó con la
resistencia de la Justicia ,
que actúa bajo la presión de los grupos económicos, tanto de los que apoyan al
gobierno como los que militan en el campo opositor.
2. El
gobierno no libró la batalla contra el monopolio Clarín en nombre de la
libertad de prensa. Por el contrario se alió a otros monopolios, como las
empresas telefónicas, y a capitalistas que en el pasado eran opositores y que
se acercaron al oficialismo viendo la oportunidad de quedarse con los despojos
de Clarín, como el grupo Vila-Manzano. Por la vía de armar una red de
medios en manos de grupos afines, el gobierno pretendió monopolizar el
discurso ante la población y evitar el desmoronamiento de un régimen de gobierno
basado en el arbitraje personal.
3. Una
prueba irrefutable que desmiente las intenciones democratizadoras del gobierno
es en la demanda presentada por el titular de la AFIP , Ricardo Etechagay,
contra los periodistas Majul y Matías Longoni. En el caso de Longoni suma a su
condición de trabajador de prensa una actividad gremial en la formación de la
comisión interna del diario Clarín. Una característica distintiva de este
gobierno es que nunca apeló a los trabajadores cuando, ocasionalmente, tuvo choques
con los grupos económicos. Pasó en el conflicto con la 125 y en los
desencuentros con el grupo Techint. No debe sorprender, por lo tanto, que
las patronales agrarias le hayan ga! nado la calle al gobierno y que ahora el
voto contrario de la Justicia
no haya despertado movilizaciones callejeras o demostraciones populares de
repudio. En ausencia de éstas el gobierno se conformará con un festival
regimentado y financiado por el Estado en Plaza de Mayo, donde el público lo
convocarán los artistas y las organizaciones punteriles políticas del
kirchnerismo.
4. La
oposición tradicional, incluida la centroizquierda, se ha sumado
apasionadamente al campo de Clarín bajo el argumento de la “defensa de la
democracia y las instituciones”. Lo hacen incluso quienes votaron por la “ley
de medios” cuando los vientos soplaban en otra dirección y ahora se declaran
engañados por el oficialismo. Detrás de estos planteos se esconde la
defensa de un programa ajustador que reclama la clase capitalista, en pos de una
devaluación de la moneda que permita levantar el cepo cambiario, autorizar el
giro de utilidades y abrir un nuevo ciclo de endeudamiento público y privado.
5. Dentro
del propio arco político del oficialismo el fallo judicial ha sido recibido con
un silencio que denota un apoyo camuflado. Los Scioli, los Massa, los Urtubey
ven con beneplácito la pérdida de poder de la camarilla oficial y piensan
convertirse en los sucesores naturales del modelo nacional y popular. La
burocracia sindical que integra la CGT-Balcarce tampoco abrió la boca. De tanto
atacar a la derecha el gobierno se olvida que dentro de su propia configuración
política milita el 80% de la derecha argentina.
6. El
Partido Obrero llama la atención a los trabajadores del país con que se están
reuniendo las condiciones de una crisis política para la cual debemos
prepararnos. El debilitamiento del gobierno, que se manifiesta en la pérdida de
su capacidad de arbitraje, querrá ser revertida por éste mediante una alianza
con los grupos empresarios y con la derecha que integra el oficialismo. La
dependencia de los Scioli crecerá más que nunca. Mientras la oposición
tradicional se valdrá de una demagogia favorable a las instituciones para
presionar por un ajuste y estructurar una salida antipopular. En esta
perspectiva se inscribe la marcha convoca! da por Moyano, Barrionuevo y
Michelli para el 19 de diciembre. Es necesario denunciar estas dos variantes,
igualmente reaccionarias, y oponerle la construcción de una alternativa de los
trabajadores y la izquierda, con un anclaje profundo en las masas. Como un paso
en esa dirección llamamos a realizar una demostración masiva el 20 diciembre,
en el aniversario de la rebelión popular.
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