A
propósito de un comentario publicado en Facebook, referido a la asunción de
Perón en el Departamento Nacional del Trabajo el 27 de octubre de 1943,
transcribo tres pasajes del discurso de Perón en la Bolsa de Comercio siendo
Secretario de Trabajo y Previsión en 1944
El discurso completo puede
encontrarse en internet en el archivo histórico oficial: Biblioteca Escolar de
Documentos Digitales
http://biblioteca.educ.ar
¿Perón combatiendo el capital? ¡No jodamos!
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¿Perón combatiendo el capital? ¡No jodamos!
Es
grave error creer que el sindicalismo obrero es un perjuicio para el patrón. En manera alguna es así. Por el
contrario, es la forma de evitar que el
patrón tenga que luchar con sus obreros, que su sociedad patronal que lo representa luche con la sociedad obrera que
representa al gremio. En síntesis, es el
medio para que lleguen a un acuerdo, no a una lucha.
Así
se suprimen las huelgas, los conflictos parciales, aunque, indudablemente, las masas obreras pasan a
tener el derecho de discutir sus propios
intereses, desde una misma altura con las fuerzas patronales, lo que analizado, es de una absoluta justicia. A
nadie se le puede negar el derecho de
asociarse lícitamente para defender sus bienes colectivos o individuales: ni al patrón, ni al obrero. Y
el Estado está en la obligación de
defender una asociación como la otra, porque le conviene tener
fuerzas orgánicas que puede controlar y
que puede dirigir; y no fuerzas inorgánicas
que escapan a su dirección y a su control. Por eso nosotros hemos propiciado desde allí un sindicalismo, pero
un verdadero sindicalismo gremial. No
queremos que los sindicatos estén divididos en fracciones políticas, porque lo peligroso es,
casualmente, el sindicalismo político.
………………………………….
Para
evitar que las masas que han recibido la justicia social necesaria y lógica no
vayan en sus pretensiones más allá, el primer remedio es la organización de
esas masas para que, formando organismos responsables, organismos lógicos y
racionales, bien dirigidos, que no vayan tras la injusticia, porque el sentido
común de las masas orgánicas termina por imponerse a las pretensiones
exageradas de algunos de sus hombres. Ése sería el seguro, la organización de
las masas. Ya el Estado organizaría el reaseguro, que es la autoridad necesaria
para que cuando esté en su lugar nadie pueda salirse de él, porque el organismo
estatal tiene el instrumento que, si es necesario, por la fuerza ponga las
cosas en su quicio y no permita que salgan de su cauce.
Ésa
es la solución integral que el Estado encara en este momento para la solución del problema social. Se ha dicho,
señores, que soy un enemigo de los capitales, y si ustedes observan lo que les
acabo de decir no encontrarán ningún defensor, diríamos, más decidido que yo,
porque sé que la defensa de los intereses de los hombres de negocios, de los
industriales, de los comerciantes, es la defensa misma del Estado. Sé que ni
las corrientes comerciales han de modificarse bruscamente, ni se ha de atacar
en forma alguna al capital, que, con el trabajo, forma un verdadero cuerpo
humano, donde sus miembros han de trabajar en armonía para evitar la
destrucción del propio cuerpo
……………..
Para
que los obreros sean más eficaces han de
ser manejados con el corazón.
El
hombre es más sensible al comando cuando el comando va hacia el corazón, que
cuando va hacia la cabeza. También los obreros pueden ser dirigidos así. Sólo
es necesario que los hombres que tienen obreros a sus órdenes, lleguen hasta
ellos por esas vías, para dominarlos, para hacerlos verdaderos colaboradores y
cooperadores, como se hace en muchas partes de Europa que he visitado, en que
el patrón de la fábrica, o el Estado, cuando éste es el dueño, a fin de año, en
lugar de dar un aguinaldo, les da una acción de la fábrica.
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