jueves, 3 de febrero de 2011

PARITARIAS 2011

PO 1164 3/2/2011 Sindicales
Se cayó el pacto social y crecen las huelgas
Por Nestor Pitrola
Para Prensa Obrera

El fracaso del pacto social impulsado por Cristina Kirchner tras la muerte de su esposo denota contradicciones explosivas. Después de la huelga general petrolera, lo hundieron los sucesivos aumentos de naftas y gasoil. Las patronales no aceptaron ningún compromiso de precios si no se tocan temas como subsidios, tarifas, créditos, exportación e importación. Además. la propia CGT incluyó temas como el mínimo no imponible de ganancias y la devolución de los miles de millones que el gobierno adeuda a las obras sociales.
Pero la crisis sigue viva. Carlos Sacco, el superexplotador gráfico de la Mesa Ejecutiva de la UIA, insiste: "Si no nos apuramos y prosperan los reclamos del 30%, los empresarios los van a trasladar a los precios", es decir que la proyectada inflación del 28/30% se podría incrementar todavía más. La extorsión no tiene otro propósito que forzar una intervención del Estado para fijar un tope salarial y cláusulas antihuelgas como las del fallido pacto petrolero.
La clase obrera
El paro salarial del premetro (subte), en el marco de votaciones masivas en las líneas a favor de parar (conjuradas momentáneamente por los dirigentes), constituye la punta de un ovillo. La gasífera Camussi paró todo enero y sigue de huelga en huelga. Dos plantas papeleras de Coronel Suárez fueron a un paro de 72 horas por aumento y otras reivindicaciones, concitando el apoyo de la CGT regional, dirigida por el combativo sindicato municipal. Empleados de Comercio discute pedir un 35%. Bancarios pateó para marzo, pero con mil pesos mensuales en el bolsillo y una bronca creciente.
La CGT San Lorenzo fue al paro general, siguiendo los pasos del poderoso gremio aceitero, que consiguió 5.000 de básico. Con esa misma bandera paran construcción, portuarios, marina mercante, seguridad, camioneros y administrativos; es decir que paran todos los tercerizados, lo que constituye una bomba para todo el movimiento obrero argentino. Porque es una CGT la que toma el reclamo de equiparación de los tercerizados, porque es la canasta familiar y porque unifica un movimiento a escala de todos los gremios locales -exceptuados por ahora los estatales, aunque no sabemos por cuánto tiempo.
Las tres plantas tanineras de Puerto Tirol y Escondido en Chaco, y una tercera en Formosa, están de huelga y piquete por un 36% de aumento al mínimo y una recategorización general que eleva considerablemente el reclamo. El movimiento, como en Suárez y en San Lorenzo, ha provocado en Chaco el apoyo de una Intersindical, integrada también por la carne y textiles, la que convoca, por ejemplo, a toda la población de Tirol a marchar con los obreros.
No fue casual que Tomada saliera a reivindicar el sindicalismo que "para y después negocia, vuelve a parar y vuelve a negociar, como en otros países, y no hace la locura de la huelga indeterminada". El ministro advierte la tendencia.
Siendo enero es mucho. Tengamos en cuenta que el frente más tormentoso para el gobierno puede ser el docente y estatal, puesto que con el 21% punta a punta -y aún menos que eso- fueron los grandes perdedores de 2010. En la renuncia a la participación del gobierno en una mesa de pacto social nacional no habría que descartar también la dificultad de un aumento único para privados y estatales, el cual sería poco para los privados pero mucho para los planes de "desendeudamiento" del gobierno, que acaba de reconocerle al Club de París la friolera de 9 mil millones de dólares.
De las experiencias descriptas, se advierte un programa y un camino que los propios trabajadores están marcando. Los 5 mil de básico, la equiparación y pase a planta de tercerizados y contratados, los mandatos de asamblea, la reunión y los plenarios de gremios y CGTs locales. En esta comprensión, resulta clave un planteo de plenarios de delegados de base del Estado, conjuntos, sin distinción de gremios, para constituir un frente de lucha docente-estatal que Yasky ha quebrado definitivamente, pero que desde abajo puede reconstruirse alrededor del salario. La crisis de la CTA disgrega la central, pero al mismo tiempo resta poder de contención a Yasky, ahora secretario de una fracción desvalorizada de gremios.

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