Contribución al debate
sobre el Complejo Polivalente Hospitalario del Sur
El siguiente es un
extracto del documento elaborado por un grupo de profesionales durante el XX
Curso de Administración de Servicios de salud en la Asociación de Médicos Municipales,
en noviembre de 1996.
“Recurso físico en el
hospital público: marco regulatorio para un mejor diseño y aprovechamiento”
El grupo de trabajo analizó el conocimiento de su época
acerca del recurso físico y advierte al lector que “La medicina es un ciencia
en constante desarrollo. Conforme surjan nuevos conocimientos se requerirán
cambios”.
Pautas de diseño en
arquitectura hospitalaria
¿El modelo ideal es
indeterminado?
El carácter arquitectónico de los establecimientos
hospitalario debe estar dado fundamentalmente por las actividades que en ellos
se desarrolle y de las cuales constituyen la envolvente física. Experiencias
internacionales establecen que el programa de actividades médicas de un
establecimiento de salud varía cada cinco años en las últimas tres décadas,
siendo necesario crear estructuras hospitalarias flexibles, que se adapten a
las exigencias del cambio.
La estructura vertical contra la horizontal o la pabellonada
se ha visto afectada por estas exigencias de cambio, estableciéndose pautas de
“indeterminación” para el diseño actual de las unidades de atención médica, de
tal forma que los procesos de cambio supeditados a las necesidades de
crecimiento, permitan continuar con la atención y el buen funcionamiento
mientras las modificaciones edilicias se producen. Lo que conlleva al equipo de
diseño sanitario a producir cambios en las técnicas utilizadas, en los
servicios ofrecidos, en la calidad y cantidad de la demanda, en el instrumental
y equipos utilizados, planificación de crecimiento o disminución de las
necesidades físicas de los distintos sectores componentes, etc. El compromiso
que implica la inversión en un establecimiento obliga a una estricta definición
de sus objetivos, así como a planificar su probable evolución temporal. Puesto
que normalmente este último aspecto solo puede considerarse en forma
aproximada, resulta sumamente importante valorizar al máximo los criterios de
flexibilidad de los proyectos y su adecuada respuesta a los cambios,
crecimiento y aún disminuciones de los sectores de cada establecimiento.
La adopción de proyectos arquitectónicos que redunden en
beneficio del funcionamiento del establecimiento serán aquellos que contemplen
las siguientes pautas en su diseño: flexibilidad, adecuación de locales a usos
distintos, previsiones en el aumento o disminución de los servicios y la
resolución de las instalaciones complementarias como una malla que permita
diferentes alternativas de conexión y fácil acceso a su recorrido para el
mantenimiento. Es decir, las variaciones y el crecimiento en forma condicionada
a los cambios, disponiendo de los servicios adecuados en el lugar y en la
oportunidad en que se los necesite, debiendo proponer las nuevas soluciones
arquitectónicas en un “sistema espacial” que integre:
La estructura resistente, como malla tridimensional
Una trama circulatoria, que garantice los traslados de
elementos y personas, convenientemente diferenciados
Una red de instalaciones que asegure la provisión de
servicios a cualquier punto del establecimiento
Espacios flexibles que permitan su adecuación a diferentes
posibilidades de uso y expansión
En conclusión, los antiguos planteos de hospitales,
respondiendo a requerimientos específicos demasiado estrictos, con una
propuesta física rigurosa que ante modificaciones o cambios resultaba sumamente
rígida, carecen de vigencia actual.
La arquitectura hospitalaria ha adoptado para sus
instalaciones complementarias los principios del diseño de la arquitectura
industrial, que posibilitan los cambios de las líneas de producción y los
accesos para efectuar su mantenimiento, preventivo y/o correctivo.
De allí que las nuevas unidades de atención médica sean
previstas como sistemas abiertos, preferentemente extendidas en el terreno,
con pocos pisos, e incorporando los
llamados “entrepisos técnicos” donde se ubican las instalaciones
complementarias y a las cuales deben tener fácil acceso tanto el personal de
mantenimiento como el especializado, para efectuar reparaciones y
modificaciones sin interrumpir las funciones que se desarrollan en los locales
inmediatos.
En la actualidad, los países más adelantados construyen los
hospitales indeterminados recurriendo a los más modernos sistemas de ejecución,
aplicando las técnicas de prefabricación integral. En nuestro país se tiende a
esta meta, tratando de aplicar los medios de ejecución más avanzados entre
nosotros.
El hospital ha adquirido, en los últimos tiempos, una
jerarquía empresaria. Es una empresa de salud. Se compone como toda empresa de
tres elementos interrelacionados: el edificio, el personal y la organización.
El modelo hospital indeterminado, con todas las dificultades
que ofrece, en forma permanente, por la revolución técnica y social en continuo
proceso, hace que el mutuo contacto entre el sanitarista y el arquitecto, con
espíritu de equipo, contribuyan a alejar dos peligros que siempre acechan a una
obra arquitectónica: la de desarrollar una idea que no podrá convertirse en
realidad o, por imposición de las circunstancias, realizarla en forma tal que
haga desaparecer totalmente la concepción que le dio origen.
Conclusiones
…Para construir o
remodelar hospitales, no es suficiente la idea de llevarlo a cabo; resulta
básico estar integrado a un plan general con análisis de la inversión,
obtención de los mejores costos, alta satisfacción del usuario y rápida
implementación.
Debiendo ser analizada la estructura demográfica y el área de
influencia sanitaria de forma tal que un proyecto sencillo o ultra tecnificado
no quede aislado de un proyecto sanitario general capaz de conformar una red de
prestaciones de servicios de salud.
Lograr un buen diseño y
un correcto aprovechamiento del recurso físico existente, debería estar
clarificado en la mente de las autoridades que nos conducen, a fin de maximizar
la utilización de estos recursos para nuestro sistema de salud, que ha perdido
el rumbo, y que deseamos retome a las puertas del año 2000.
Luis Trombetta
Co autor
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