lunes, 25 de junio de 2018

Debate sobre el Complejo Polivalente Hospitalario del Sur


Contribución al debate sobre el Complejo Polivalente Hospitalario del Sur

El siguiente es un extracto del documento elaborado por un grupo de profesionales durante el XX Curso de Administración de Servicios de salud en la Asociación de Médicos Municipales, en noviembre de 1996.
“Recurso físico en el hospital público: marco regulatorio para un mejor diseño y aprovechamiento”

El grupo de trabajo analizó el conocimiento de su época acerca del recurso físico y advierte al lector que “La medicina es un ciencia en constante desarrollo. Conforme surjan nuevos conocimientos se requerirán cambios”.

Pautas de diseño en arquitectura hospitalaria
¿El modelo ideal es indeterminado?

El carácter arquitectónico de los establecimientos hospitalario debe estar dado fundamentalmente por las actividades que en ellos se desarrolle y de las cuales constituyen la envolvente física. Experiencias internacionales establecen que el programa de actividades médicas de un establecimiento de salud varía cada cinco años en las últimas tres décadas, siendo necesario crear estructuras hospitalarias flexibles, que se adapten a las exigencias del cambio.

La estructura vertical contra la horizontal o la pabellonada se ha visto afectada por estas exigencias de cambio, estableciéndose pautas de “indeterminación” para el diseño actual de las unidades de atención médica, de tal forma que los procesos de cambio supeditados a las necesidades de crecimiento, permitan continuar con la atención y el buen funcionamiento mientras las modificaciones edilicias se producen. Lo que conlleva al equipo de diseño sanitario a producir cambios en las técnicas utilizadas, en los servicios ofrecidos, en la calidad y cantidad de la demanda, en el instrumental y equipos utilizados, planificación de crecimiento o disminución de las necesidades físicas de los distintos sectores componentes, etc. El compromiso que implica la inversión en un establecimiento obliga a una estricta definición de sus objetivos, así como a planificar su probable evolución temporal. Puesto que normalmente este último aspecto solo puede considerarse en forma aproximada, resulta sumamente importante valorizar al máximo los criterios de flexibilidad de los proyectos y su adecuada respuesta a los cambios, crecimiento y aún disminuciones de los sectores de cada establecimiento.

La adopción de proyectos arquitectónicos que redunden en beneficio del funcionamiento del establecimiento serán aquellos que contemplen las siguientes pautas en su diseño: flexibilidad, adecuación de locales a usos distintos, previsiones en el aumento o disminución de los servicios y la resolución de las instalaciones complementarias como una malla que permita diferentes alternativas de conexión y fácil acceso a su recorrido para el mantenimiento. Es decir, las variaciones y el crecimiento en forma condicionada a los cambios, disponiendo de los servicios adecuados en el lugar y en la oportunidad en que se los necesite, debiendo proponer las nuevas soluciones arquitectónicas en un “sistema espacial” que integre:

La estructura resistente, como malla tridimensional
Una trama circulatoria, que garantice los traslados de elementos y personas, convenientemente diferenciados
Una red de instalaciones que asegure la provisión de servicios a cualquier punto del establecimiento
Espacios flexibles que permitan su adecuación a diferentes posibilidades de uso y expansión

En conclusión, los antiguos planteos de hospitales, respondiendo a requerimientos específicos demasiado estrictos, con una propuesta física rigurosa que ante modificaciones o cambios resultaba sumamente rígida, carecen de vigencia actual.

La arquitectura hospitalaria ha adoptado para sus instalaciones complementarias los principios del diseño de la arquitectura industrial, que posibilitan los cambios de las líneas de producción y los accesos para efectuar su mantenimiento, preventivo y/o correctivo.

De allí que las nuevas unidades de atención médica sean previstas como sistemas abiertos, preferentemente extendidas en el terreno, con  pocos pisos, e incorporando los llamados “entrepisos técnicos” donde se ubican las instalaciones complementarias y a las cuales deben tener fácil acceso tanto el personal de mantenimiento como el especializado, para efectuar reparaciones y modificaciones sin interrumpir las funciones que se desarrollan en los locales inmediatos.

En la actualidad, los países más adelantados construyen los hospitales indeterminados recurriendo a los más modernos sistemas de ejecución, aplicando las técnicas de prefabricación integral. En nuestro país se tiende a esta meta, tratando de aplicar los medios de ejecución más avanzados entre nosotros.

El hospital ha adquirido, en los últimos tiempos, una jerarquía empresaria. Es una empresa de salud. Se compone como toda empresa de tres elementos interrelacionados: el edificio, el personal y la organización.

El modelo hospital indeterminado, con todas las dificultades que ofrece, en forma permanente, por la revolución técnica y social en continuo proceso, hace que el mutuo contacto entre el sanitarista y el arquitecto, con espíritu de equipo, contribuyan a alejar dos peligros que siempre acechan a una obra arquitectónica: la de desarrollar una idea que no podrá convertirse en realidad o, por imposición de las circunstancias, realizarla en forma tal que haga desaparecer totalmente la concepción que le dio origen.

Conclusiones

…Para construir o remodelar hospitales, no es suficiente la idea de llevarlo a cabo; resulta básico estar integrado a un plan general con análisis de la inversión, obtención de los mejores costos, alta satisfacción del usuario y rápida implementación. 

Debiendo ser analizada la estructura demográfica y el área de influencia sanitaria de forma tal que un proyecto sencillo o ultra tecnificado no quede aislado de un proyecto sanitario general capaz de conformar una red de prestaciones de servicios de salud.

Lograr un buen diseño y un correcto aprovechamiento del recurso físico existente, debería estar clarificado en la mente de las autoridades que nos conducen, a fin de maximizar la utilización de estos recursos para nuestro sistema de salud, que ha perdido el rumbo, y que deseamos retome a las puertas del año 2000.

Luis Trombetta
Co autor

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