Quiero señalar que después del 2001, la mayor crisis política y social de nuestro tiempo más reciente, y tras la llegada al gobierno nacional del peronismo kirchnerista, la Ley de Enseñanza Superior y la CONEAU siguen vigentes.
Por ese motivo, rescato la mencionada nota, que analiza la situación de la Facultad de Medicina, en el comienzo del nuevo milenio, y antes del argentinazo.
Luis Trombetta
La formación de los médicos
Publicado en EL MUÑIZ HOY Año 3 - Nº 2 julio 2000
En 1974 se dispuso el ingreso irrestricto en las
universidades públicas del país, que fue suspendido en la primavera de ese año
reinstalándose un sistema de ingreso para 1975, que se conoció como “Tríptico”,
antecesor del actual Ciclo Básico Común (CBC).
La dictadura de 1976, responsable de la desaparición de
estudiantes, profesionales y docentes -34,4%
del total de las víctimas (1) - continuó la política de
ingreso restrictivo.
Después de 25 años de discusiones, destacándose la
disputa entre el Dr. Luis Ferreira, impulsor del Curso Preuniversitario de
Ingreso, con el rector Shuberoff, zanjada
por el decano Dr. Salomón Schächter, cerrando un acuerdo entre la
facultad de Medicina y la UBA ,
aceptando el CBC como el primer año de la carrera (2), el problema
sigue sin solución.
Según un estudio encargado a una comisión de académicos
a pedido del Dr Schachter, la facultad de medicina de la UBA sólo puede aceptar en
primer año un máximo de 900 estudiantes (3). El informe señala que
en 52 hospitales de la
Capital Federal y del Gran Buenos Aires asociados a la Facultad , hay 900 plazas
disponibles para que los futuros médicos cursen el “internado rotatorio”. Dijo
el decano a Clarín: “Si la
Facultad no cumple con las sugerencias de este informe, corre
serio peligro la integridad física y psíquica de la sociedad Argentina” (3).
El Dr. Jorge García Badaracco, integrante de la misma comisión, señaló que “es
una farsa seguir enseñando a gente que aprende cualquier cosa” (3).
Clarín refiere que un mes antes de esta información, el
rector Shuberoff declaró: “La crisis económica y el desempleo están produciendo
una explosión en la cantidad de alumnos. La UBA se convirtió en una suerte de playa de
estacionamiento para los jóvenes que no pueden ingresar en el mercado laboral” (3).
Actualmente hay 70.000 estudiantes de medicina que concurren a 23
universidades, - 9 públicas y 14 privadas (4) - y que de los 4000
médicos que se reciben anualmente, 1500 egresan de la UBA y 2500 del resto de las
universidades públicas y privadas (5). De los 4000 egresados, 750
ocuparán las vacantes de residencia en Capital y Gran Buenos Aires, y 1500 en
todo el país (6).
En Argentina hay más de 100.000 médicos con matrícula
nacional, y los egresados anualmente serían menos del 4%. A simple vista se
observa que de continuar con igual ritmo de médicos recibidos e inclusive menor
si se limita su ingreso, el porcentaje anual tiende a disminuir.
Para conocer el número real de médicos en ejercicio
habría que restar los fallecidos, los jubilados, y a tantos otros que se
contabilizan erróneamente, cuando se señala que sobra el número de médicos.
El Dr. Schächter, en el discurso del 27/3/99 presentando
el anteproyecto de cambio curricular, señaló que la Facultad se encuentra con
la enorme responsabilidad de renovar y modificar el curriculum de la Carrera de Medicina (7)
por tres razones:
- lograr la acreditación de acuerdo a criterios
definidos por el Ministerio de Cultura y Educación en consulta con el Consejo
de Universidades en base a un perfil mínimo de acreditación,
- lograr una categorización de acuerdo a perfiles
definidos por la
Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria
(CONEAU), y
- fortalecer la posición de nuestro país para el
ejercicio de nuestra profesión en el Mercosur.
Informó que cuando una carrera no obtuviera la
acreditación, la CONEAU
podrá recomendar que se suspenda la inscripción de nuevos alumnos, hasta que se
subsanen las deficiencias encontradas (7). El punto sobresaliente
del curriculum propuesto, es el ingreso al 2º año de la carrera de no más de
1400 alumnos, definiendo 4 sedes académicas
con capacidad para 350 alumnos cada una (un hospital cabecera con una
red de unidades docentes y servicios de salud bajo su responsabilidad) (7).
Como se observará, los criterios de acreditación del
nuevo diseño no contemplan la opinión del Ministerio de Salud. La CONEAU tendría el poder de
recomendar la suspensión de la inscripción en una carrera, lo que en buen
romance significa su cierre.
¿Cuál sería el criterio para seleccionar a los 900
nuevos estudiantes y cuál para reducir a 1400 los que ingresen al 2º año?
El nuevo curriculum admite la continuidad del CBC, que
debería tener una muy fuerte participación no solo de Medicina, sino de
Farmacia y Bioquímica y Odontología (7).
Clarín señala que Schächter sabe que no será fácil
aplicar estas medidas y que encontrará las mayores resistencias en las
autoridades universitarias que defienden el ingreso libre, irrestricto y sin
cupos (3), eufemismo que se emplea para denominar al Ciclo Básico
Común, considerado por la UBA
como el primer año de la carrera.
Los exámenes de ingreso a la facultad y a las
residencias médicas son los métodos de selección de aspirantes y hasta el
presente ninguna autoridad se ha referido a un cambio en ellos.
Paradójicamente, la
Licenciada Amanda Galli, Asesora Pedagógica de la Facultad de Medicina de la UBA , en “Reflexiones sobre los
exámenes en educación médica” nos sorprende afirmando que”la mayoría de los
exámenes que se utilizan en Argentina son solo de información, de
conocimientos. En general los resultados que se obtienen con tales instrumentos
de medición son poco confiables y escasamente válidos. Al revisar los exámenes
que se utilizan en nuestro medio, se puede advertir que la única variable que
parece importante es la cantidad de conocimientos que tenga el sujeto. Si bien
se manifiesta que además de la información, son importantes otras variables
como la capacidad de razonar, el criterio clínico, la conducta ética, la
responsabilidad, etc. en la práctica no existe la capacidad técnica para
diseñar pruebas que permitan explorar la competencia clínica o idoneidad
profesional. En algunas oportunidades se implementa una entrevista personal
como instrumento para ver todos esos otros componentes tan importantes pero
esta prueba, más que el examen todavía, resulta una instancia de evaluación
totalmente subjetiva, poco confiable y cuyos resultados pueden ser seriamente
cuestionados” (8).
La paradoja es que esta opinión fue publicada en el
Boletín de la Facultad
de Medicina, en el que se admite la aplicación de exámenes con el propósito de
identificar a los mejores para comenzar la formación, que cada institución
diseña sus instrumentos de evaluación de acuerdo a sus criterios y la calidad
de los mismos depende de la capacidad técnica que tengan los docentes que
dictan el curso y que escriben las preguntas para el examen (9).
¿Cuál es la clave para comprender el nudo de la polémica
planteada?
Sencillamente el presupuesto, que depende del plan
económico gubernamental.
En una reseña sobre un artículo de Giovanni Berlinguer
“Globalización y salud global” (10), se señala que “La Organización Mundial
de la Salud ha
perdido, por sus defectos y por el desempeño de los gobiernos, su función de
guía de la política sanitaria del mundo. El poder y la influencia en este campo
se han depositado en el Banco Mundial y en el Fondo Monetario Internacional,
que son hoy los líderes esencialmente y sobre todo, para los países menos
desarrollados. La idea de que la salud es un fundamento, y sobre todo una
finalidad primaria del crecimiento económico, se ha sustituido casi
universalmente por una idea opuesta: los servicios públicos de salud y la
universalidad de la atención son un obstáculo –el obstáculo principal- para las
finanzas públicas y para el desarrollo de la riqueza. Por lo tanto la reducción
del gasto en salud es el imperativo más grande de los gobiernos”.
En el informe de la OMS 1999, se propone abandonar el “universalismo
clásico” (darle a todas las personas lo que necesitan) para dar paso a un
“nuevo universalismo” consistente en dar cobertura a las acciones de salud
consideradas prioritarias, lo que demuestra un retroceso con respecto al planteo
de Alma Ata, donde se proponía salud para todos en el año 2000 (11)
y la adaptación de la OMS
a los planes del FMI.
El Dr. Alberto Agrest, también integrante de la comisión
académica afirmó: “Si no podemos formar profesionales con absoluta capacidad para
ejercer la profesión, estamos cayendo en la mala praxis docente. Es como emitir
moneda falsa” (3).
Este planteo, a priori inobjetable, debería continuar
exigiendo el aumento del presupuesto universitario para la formación de los
estudiantes de medicina, el aumento del presupuesto para la atención de la
salud, aumentar los salarios y mejorar las condiciones de trabajo. La
capacitación profesional, la acreditación y la educación médica continua, son
inseparables de las condiciones laborales y de las remuneraciones.
En “Calidad de atención: la excelencia a partir de la
optimización del recurso humano existente” (12), sus autores afirman
que el personal de salud no es un insumo que, tal como los financieros y
físicos, contribuye a desarrollar actividades de salud, sino que es también un
producto del mismo sistema. Mencionan los resultados de encuestas de
satisfacción interna realizadas en dos hospitales públicos, y otra general,
echa por el gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires: sólo la mitad de los encuestados
halló satisfactorios los niveles de capacitación, la actuación de la conducción
y la organización general. Se evidenció una baja identificación con las
Instituciones; la cuestión salarial fue
factor de disconformidad así como el cumplimiento de las normas de
bioseguridad; los principales motivos de insatisfacción fueron las dificultades
con la cantidad y distribución de los recursos humanos y físicos, y la falta de
reconocimiento al esfuerzo personal.
¿Dónde se forman y se actualizan los médicos?
En una Universidad más preocupada en poner cupos al
ingreso y bajar los costos de la enseñanza que en mejorar los sueldos de sus
docentes y encarar la cuestión como una inversión y no como un gasto, en un
Hospital con profesionales con bajos sueldos a quienes no se les reconoce que
la actividad docente es un valor agregado a la actividad asistencial y que no
tiene retribución salarial. Según el ministro Dr. Héctor Lombardo “en una
realidad sanitaria de la edad media, con patologías que ya deberían estar
superadas como el dengue, la malaria, las parasitosis, el Chagas, el
recrudecimiento de la tuberculosis... 40% de la población sin cobertura social
y dependiente del hospital público,... con 55 chicos que mueren por día por
desnutrición....y porque ninguna política en los últimos años contempló este
problema (13).
En el Primer Congreso Nacional de Dirigentes Médicos,
convocado por el Foro Nacional de Instituciones Médicas, que integra la Asociación de Médicos
Municipales que sesionó los días 25 y 26 de noviembre de 1999, se debatieron
distintos temas incluido la certificación, recertificación y educación médica
continua. En una síntesis de las conclusiones, se enuncia que la certificación
“debe ser lograda preferentemente a través de la capacitación en residencias, o
a través de un proceso de formación no inferior a 5 años en la especialidad y
en una institución acreditada. La recertificación está ligada en forma
indivisible a la educación médica continua. Debe asegurar los principios de
accesibilidad y gratuidad, el principal financiador debe ser el Estado,
responsable de los programas de garantía de Calidad, y las organizaciones de la Seguridad Social ,
por ser quienes están designadas por dichos programas” (14).
En síntesis, la formación del médico, el presupuesto de
la universidad, las residencias médicas, la formación de especialistas, de
docentes universitarios y la educación médica continua, son responsabilidad del
estado, irrenunciable y de absoluta prioridad en la política presupuestaria de
la nación, para garantizar salud para todos....ya.
Enero 2000.
Bibliografía:
1.Comisión Nacional sobre la Desaparición de
Personas: Nunca más /CONADEP.
(296) 3ª ed. Buenos Aires: EUDEBA, 1984.
2. Fin de la pelea. Clarín.
Información general (39) 11/11/99
3.Tatti, Victoria: La UBA se pregunta cuántos
médicos puede formar. Clarín.
Información
general (38) 11/11/99.
4.Unos 70.000 alumnos. Clarín.
Información general (38). 11/11/99
5.Los planes de estudio cambiarán en
el 2000. Clarín. Educación. (4) 4/7/99
6.Tatti, Victoria: La Universidad apuesta a
formar mejores médicos. Clarín.
Educación (2-3) 4/7/99
7.Schächter, Salomón: Se presentó un
anteproyecto de cambio curricular en la
Facultad de Medicina.
Discurso pronunciado el 27/3/99. Boletín informativo Nº 1.
Mayo de 1999. Universidad de Buenos Aires, Facultad de
Medicina. Subsecretaría
de Prensa de la
Facultad de Medicina. Editado en La Prensa Médica
Argentina.
Buenos Aires. Argentina.
8.Galli, Amanda: Reflexiones sobre
los exámenes en educación médica. Boletín
informativo Nº 2. Septiembre de 1999. Universidad de Buenos
Aires, Facultad de
Medicina. Subsecretaría de Prensa de la Facultad de Medicina.
Editado en La
Prensa Médica Argentina. Buenos Aires. Argentina.
9. Criterios de evaluación en la
educación médica. Boletín informativo Nº 2.
Septiembre de 1999. Universidad de Buenos Aires, Facultad de
Medicina.
Subsecretaría de Prensa de la Facultad de Medicina.
Editado en La Prensa
Médica
Argentina.
Buenos Aires. Argentina.
10. Salud global y globalización.
Boletín de temas de salud. Año 6 Nº 48 (4-6).
Junio de 1999. Suplemento del Diario del Mundo Hospitalario.
Asociación de
Médicos Municipales.
11.Informe de la OMS 1999. Los nuevos desafíos
y la necesidad de la financiación
pública. Boletín de temas de salud. Año 6 Nº 52 (1). Octubre
de 1999. Suplemento
del Diario del Mundo Hospitalario. Asociación de Médicos
Municipales.
12. Cornelio, C.; DaPonte, P.; Del
Pozo, E.; Gatto, M.; Grieco, C.; López, L.;
Roson, G.; Steinsleger, H.: Calidad de atención: La
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Junio 1999. Suplemento del Diario del Mundo Hospitalario.
Asociación de Médicos
Municipales.
13.Andalo, Paula: “Tenemos una
realidad sanitaria de la edad media”. Entrevista al
Dr. Héctor Lombardo.
Clarín. Información general.(60-61) 22/12/99
14.Certificación y recertificación.
Educación médica continua. Síntesis de las
conclusiones. Primer congreso nacional de dirigentes médicos.
El Diario del Mundo
Hospitalario. Año VIII Nº 65 – (6-7) Diciembre 1999
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