6 de mayo de 2015 | Edición Impresa #1362 | Por Pablo Heller - Prensa Obrera
Ganancias: un artilugio para ir contra las paritarias
Por la abolición del impuesto al salario
En medio de una presión salarial creciente,
el gobierno anunció un descuento en los pagos de “ganancias”. El cambio, sin
embargo, no altera la estructura fundamental del impuesto al salario, ni sus
principales distorsiones.
El anuncio oficial reduce el impacto del
impuesto sólo para una franja limitada de trabajadores. Aunque no se conocen
mayores detalles, el alivio se circunscribe al grupo de asalariados que ganaba
entre 15.000 y 25.000 pesos brutos entre enero y agosto de 2013. Según el
gobierno, ello beneficiaría al 68% de los que hoy están alcanzados por el
impuesto.
El cambio consiste en el aumento de algunas
de las deducciones (por cónyuge y por hijo) pero exclusivamente para la franja
nombrada. Aquellos que cobraron más de 25.000 pesos brutos en aquel período
fueron dejados de lado.
Los millones de trabajadores autónomos
están excluidos, pese a que el mínimo no imponible para esa categoría está muy
por debajo que el de los trabajadores en relación de dependencia y, además,
viene congelado desde hace prácticamente una década.
Mientras tanto, se mantiene en pie el
corazón del impuesto al salario: el tope de los 15.000 pesos no se ha
modificado. Tampoco se ha modificado el mínimo no imponible ni las escalas, que
permanecen sin cambios desde hace ¡15 años! Así, muchos trabajadores terminan
pagando la tasa máxima del 35%, la misma que paga una sociedad anónima y los
grandes contribuyentes.
Por otra parte, las brutales distorsiones
que venían registrándose persisten. A pesar de tener en la actualidad iguales
ingresos, algunos trabajadores deberán pagar el impuesto y otros no deberán
hacerlo, según cual haya sido su nivel de sueldos en agosto de 2013.
Los K pretenden que se acepte el techo
salarial del 25 % en las paritarias a cambio de este descuento en el impuesto a
las ganancias. Pero “el pez por la boca muere”: la propaganda oficial subraya
que el impuesto al salario afecta apenas al 10 % de los trabajadores. En ese
caso, los nuevos anuncios abarcarían a unos 700.000 trabajadores, cuando la
discusión salarial involucra a más de 10 millones.
Más aún, luego de las paritarias pueden
llegar a pagar más que antes si el aumento previsto de las deducciones es
inferior al incremento salarial de este año. La confiscación salarial
concluiría, en ese caso, siendo mayor tanto en términos reales como nominales
respecto al año 2014.
En este contexto, cobra más actualidad que
nunca el reclamo por paritarias libres sin techo y por la abolición total del
impuesto al salario.
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