domingo, 17 de mayo de 2015

¿Qué formación profesional necesitamos? Facultad de Medicina 2012

Con motivo de la Semana por la Salud Pública organizada por el CECIM, se desarrolló entre los días 13 y 17 de agosto un ciclo de charlas en la Facultad de Medicina de la UBA, culminando en un panel realizado el último día que llevó el título de “Profesionales de la Salud ¿qué formación necesitamos?”.
A continuación la exposición realizada.

Salud pública: ¿qué formación profesional necesitamos?

Para abordar la pregunta primero debemos analizar qué formación tenemos y a qué política sanitaria responde.
La capacitación del recurso humano en salud responde a la orientación emanada desde los centros de formación del pensamiento sanitario en el plano internacional.
Se encuentra sujeta a la planificación de la economía, al grado de desarrollo social, al nivel del desarrollo de la ciencia, a su capacidad de aplicación (tecnología) y al tipo de financiamiento de la salud.
En 1978 la conferencia de Alma Ata (1) consagró la estrategia de Atención Primaria de la Salud (APS), reconociendo taxativamente el establecimiento del Nuevo Orden Económico Internacional (2).
La APS es la asistencia sanitaria esencial basada en métodos y tecnología prácticos, científicamente fundados y socialmente aceptados, puesta al alcance de todos los individuos y familias de la comunidad mediante su plena participación y a un costo que la comunidad y el país puedan soportar.
Es reflejo y consecuencia de las condiciones económicas y características socioculturales y políticas del país y de sus comunidades.
Definitivamente, la estrategia de Salud para todos en el año 2000, consagró el Nuevo Orden Económico Internacional.
La instrumentación de la APS se funda en la formación de profesionales que lleven adelante esta misión, conforme a sus objetivos político sanitarios.
Surge en este escenario la formación de médicos de familia.
Este médico es el primer escalón en el acceso a la atención de la salud y es capaz de resolver el 90 al 95% de las consultas.
Además de los objetivos estrictamente profesionales referidos a las aptitudes, habilidades y destrezas que debe poseer, la medicina de familia se funda en la ecuación costo-beneficio.
La medicina familiar es la herramienta clave de la APS.
Cerca del médico de familia, se ubica el médico generalista, cuyas metas consisten en el enfoque preventivo, el ejercicio del cuidado de la salud en un espacio social, la referencia comunitaria de su ejercicio y la aplicación de estrategias en el primer nivel de atención.
En 1993 el Banco Mundial (BM) presentó un informe titulado Invertir en salud (3), en el que se analiza la situación mundial de la salud, que 15 años después de Alma Ata se encuentra lejos de la salud para todos y que plantea el reordenamiento de los servicios de salud sobre la base de premisas precisas: creación de servicios esenciales en el área del estado, reducción de costos, transferencia de la complejidad al sector privado, implementación de medidas de costo eficacia e intervención del sector privado en el financiamiento aún de los servicios esenciales que seguirían bajo la órbita del estado.
La política del BM apunta a la reducción del gasto del estado y a la transferencia del negocio de la salud al sector privado.
En la década del 90, los firmantes de la conferencia de Alma Ata y su declaración (salud para todos en el año 2000) mostraron su verdadero objetivo: la adaptación al Nuevo Orden Económico Internacional y el impulso del negocio de la salud en manos de capitales privados.
La propuesta “salud para todos en el 2000”, era un fraude.
El BM también formuló un modelo de formación del recurso humano que debía sostener su política.
El BM señaló que había pocos profesionales ocupados en la atención primaria y muchos especialistas, que provocaban el encarecimiento del gasto en salud.
El informe señalaba que la asistencia de las enfermedades podía ser resuelta por los médicos de la APS, y que cuando eran atendidas por especialistas, se elevaban sus costos.
El informe señaló que la expansión de la matrícula en los años 60 y 70 llevó en los 80 a un exceso de médicos que no podían ser absorbidos por el mercado.
El BM recomendó reducir el número de facultades y la matrícula, restringir el número de especialistas (con el objetivo de reducir los costos) ya que para prestar servicios clínicos eficaces hacían falta pocos especialistas y reorientar la formación de los médicos (y profesionales de salud) para solucionar los problemas sanitarios a nivel de la comunidad (APS).
El BM propuso llevar a fondo la estrategia aprobada en Alma Ata.

¿Cuántas facultades de medicina hay en la Argentina?

La Lic. A Galli señala que la actividad universitaria se rige por la Ley de Educación Superior Nº 24.531 sancionada en 1995 (4). La ley creó una agencia de acreditación nacional (CONEAU). Los estándares, pautas y criterios para la evaluación y acreditación de las carreras de medicina se encuentran en manos de la asociación de Facultades de Ciencias Médicas de la República Argentina (AFACIMERA), que congrega al 90% de las carreras de medicina. Según Galli, la Universidad de Buenos Aires no acató la Ley de Educación Superior y por lo tanto no ha sido evaluada ni acreditada de forma alguna (4).
Galli señala que en 2008 están funcionando 29 carreras de medicina, un 40% de gestión estatal y un 60% privadas.
Que la formación del recurso humano en salud se encuentra sujeta a las condiciones sociales y económicas, al carácter del estado y a la forma de financiación de la salud, lo prueba un interesante debate que plantea el Dr. Rodríguez Silva en el Hospital “Hermanos Ameijeiras” de La Habana, Cuba (5).
Rodriguez Silva analiza el presente y futuro de la medicina interna en un artículo publicado en 2011.
Cuba posee un sistema de salud estatal, gratuito, organizado de acuerdo a niveles crecientes de complejidad y sistemas locales de atención primaria.
Rodríguez Silva polemiza sobre el futuro de la medicina interna, que fue la especialidad más completa en la primera mitad del siglo XX antes del surgimiento y fortalecimiento de las subespecialidades en la década del 60 que se desarrollaron al ritmo de la revolución científico técnica. Para resolver la competencia entre la medicina familiar y la medicina interna, se creó en Cuba la Medicina General Integral, que se desarrolla más en el campo de la medicina preventiva, epidemiología y otros perfiles sin “constituir una amenaza o fragmentación de la medicina interna”.
No aparece en el planteo de Rodríguez Silva la ecuación costo beneficio que señalan Alma Ata y el BM.
En cambio Alma Ata recomienda que la capacitación de personal de salud y profesionales afines, así como la tecnología apropiada para la salud se desarrollen “adaptados a las necesidades locales, aceptables para la comunidad, y mantenidos por la propia población de conformidad con el principio de autorresponsabilidad y a un coste abordable para la comunidad y para el país”. Es decir, la adaptación de los recursos a la capacidad de financiamiento de bajo costo.
Alma Ata va a fondo: recomienda que las organizaciones internacionales, los organismos multilaterales y bilaterales, las organizaciones no gubernamentales, las entidades de financiación y otras partes interesadas en la salud internacional, estimulen y ayuden a los países a hacer suya una política de APS y encaucen hacia ésta una mayor asistencia técnica y financiera (Alma Ata 21. Apoyo internacional a la APS)
La conferencia de Alma Ata consagró por sobre todo el negocio capitalista de la salud y adaptó con la ecuación costo beneficio el tipo de formación básica que deben recibir los miembros del equipo de salud, definiendo los medios materiales requeridos, observando que “las categorías de ese personal, situado en diversos niveles del sistema sanitario, variarán según los recursos de cada país. Conviene estimular a las organizaciones nacionales no gubernamentales para que financien la atención primaria y los servicios complementarios. Del mismo modo el apoyo financiero exterior que necesitan muchos países debería orientarse en la misma dirección. Ese apoyo financiero puede consistir en préstamos y subvenciones de origen bilateral y multilateral, pero los países habrán de sopesar las ventajas y los inconvenientes de aceptarlo” (Alma Ata 63-64-83-115)

¿Cuales fueron las consecuencias de la formulación de la conferencia y del Banco Mundial?

El endeudamiento externo, la transferencia del estado al sector privado, la privatización de la enseñanza universitaria, el arancelamiento de la enseñanza pública, la formación de profesionales y trabajadores de la salud destinados a ocupar lugares de trabajo flexibilizados, sometidos a inestabilidad laboral y frecuentemente tercerizados o desconociendo la relación de dependencia. En las universidades públicas y privadas los salarios docentes cayeron, se incrementaron los puestos informales, creció el trabajo ad honoren en las universidades estatales y se transfirió la investigación a las empresas privadas.
Los profesionales egresados tanto del ámbito público como del privado, se encontraron con la necesidad de completar la capacitación en cursos, carreras, maestrías aranceladas, y los que pudieron ingresar al sistema de capacitación intensiva (residencias y concurrencias) se encontraron con la reducción de vacantes en el área pública y el aumento de la oferta en instituciones privadas, muchas de las que no hubieran podido acceder a ofrecerse como hospitales asociados a la Facultad de Medicina (con capacidad de estructurar sistemas de residencias o carreras de especialistas) si no fuera por los favores de la CONEAU y el amparo de la Ley de Enseñanza superior.

¿Qué formación necesitamos?

No podemos plantear un tipo de formación sin establecer la política sanitaria en la que se desarrollará el recurso humano y cuál será la orientación política, sanitaria y financiera que lo sustentará.
Es evidente que la salud para todos en el 2000 fue una consigna engañosa desde su inicio, cuando fue aprobada por la representación de 134 países entre los que se encontraban las potencias capitalistas más desarrolladas, los países de la ex URSS, el mundo subdesarrollado y hasta las dictaduras militares como la argentina.
El desmantelamiento del estado iniciado por la dictadura argentina, completado por el gobierno peronista de Menem, se inscribió en las premisas del nuevo orden y los dictados del BM precedidos en Alma Ata.
La expansión del negocio capitalista de la salud en la era menemista también abarcó el crecimiento del número de facultades privadas que otorgan títulos a profesionales de la salud, debidamente reglamentadas a través de la CONEAU y sustentadas en la Ley de Enseñanza Superior.

La oferta de residencias y carreras de especialistas en medicina familiar o médicos generalistas, respondió a las necesidades de la implementación de los dictados del BM, paralelamente al arancelamiento de los posgrados que otorgan títulos de especialistas en el área del estado.
De igual manera se observó un incremento de la oferta de residencias en instituciones de salud privadas que atendieron a la incorporación de mano de obra de bajo costo, compitiendo frente a la reducción del número de vacantes en los hospitales públicos.
A 19 años del informe del BM, sin Salud para todos en el año 2000, con los Objetivos del Milenio incumplidos a 3 años de su finalización, la crisis sanitaria no se detuvo.
En Argentina la quiebra del estado en el 2001-2002, que generó niveles jamás antes alcanzados de desocupación y pobreza, dieron paso a una política sanitaria dirigida al rescate de la industria farmacéutica (seriamente amenazada por la reducción del consumo de medicamentos), al control del gasto público para la salud, al rescate de las empresas de medicina privada y al resguardo de la quiebra del subsector de la seguridad social en manos de las burocracias sindicales, y a la preservación del negocio capitalista de la salud.
La reducción del gasto público parió el Plan Médico Obligatorio en la década menemista y tras la debacle del 2002, surgieron la emergencia sanitaria, el Plan Remediar y la prescripción por nombre genérico. La industria, las empresas locales y las multinacionales de la industria farmacéutica estaban a salvo.
La llegada del kirchnerismo no modificó la estructura del rescate iniciado en el 2002.
El nacionalismo de contenido burgués sostiene el negocio capitalista de la salud y en el plano universitario, particularmente en la facultad de medicina de la UBA convive con sus antecesores radicales y menemistas.
Por último, la alianza entre las filas de La Cámpora y la Franja Morada, pretenden vaciar la Federación Universitaria de Buenos Aires puesta en pie de lucha desde hace 10 años.
No podemos a priori definir el modelo de formación académica sin reformular los objetivos del plan de salud.
Ni podemos depositar expectativas en un nuevo plan de salud sin terminar con el negocio capitalista de la salud.
Sin embargo, tenemos la certeza de que debemos luchar contra la política privatizadora en las universidades y en el sistema de salud.
Seguramente transitando ese camino, exigiendo el aumento del presupuesto universitario, salarios para todos los docentes que enseñan en nuestras facultades, la remodelación edilicia de las facultades, la provisión de insumos, el abastecimiento de laboratorios, el acceso a los hospitales públicos para la enseñanza del ciclo clínico, el aumento del número de vacantes de residencias, el pago de salarios a los concurrentes, programas de capacitación y no el empleo de mano de obra barata para cubrir las vacantes hospitalarias, oponiéndonos a la subvención de las universidades privadas, la privatización y el arancelamiento de los posgrados, estaremos dando pasos firmes en la lucha contra el negocio capitalista de la salud.

Luis Trombetta
Agosto de 2012

Fuentes
1. Conferencia de Alma Ata
2. El Nuevo Orden Económico Internacional fue aprobado en la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución A/RES/3281 del 12 de diciembre de 1974.
La resolución consagra las bases de la globalización del comercio internacional, de la ciencia y de la tecnología “contribuyendo al desarrollo armónico de la economía mundial”, en el marco de la “coexistencia pacífica”. Los Estados se comprometen a promover la expansión y liberalización del comercio mundial liberando los obstáculos y promoviendo beneficios adicionales para el comercio internacional de los países en desarrollo.
3. Banco Mundial. Invertir en salud. 1993
4. Galli A. Situación actual de la educación médica en Argentina. Viguera Editores SL 2009. EDUC MED. 2009; 12 (1):3-5
5. Rodríguez Silva H. Presente y futuro de la Medicina Interna. Revista Cubana de Medicina 2011; 50 (2):116-117

La formación de los médicos. Publicado en Julio de 2000

A propósito de mi participación en la Maestría de Educación Universitaria, de la que soy maestrando, publico una nota de mi autoría del año 2000, publicada en la revista El Muñiz Hoy.
Quiero señalar que después del 2001, la mayor crisis política y social de nuestro tiempo más reciente, y tras la llegada al gobierno nacional del peronismo kirchnerista, la Ley de Enseñanza Superior y la CONEAU siguen vigentes.
Por ese motivo, rescato la mencionada nota, que analiza la situación de la Facultad de Medicina, en el comienzo del nuevo milenio, y antes del argentinazo.
Luis Trombetta



La formación de los médicos
Publicado en EL MUÑIZ HOY           Año 3 - Nº 2  julio 2000

En 1974 se dispuso el ingreso irrestricto en las universidades públicas del país, que fue suspendido en la primavera de ese año reinstalándose un sistema de ingreso para 1975, que se conoció como “Tríptico”, antecesor del actual Ciclo Básico Común (CBC).
La dictadura de 1976, responsable de la desaparición de estudiantes, profesionales y docentes -34,4%  del total de las víctimas (1) - continuó la política de ingreso restrictivo.
Después de 25 años de discusiones, destacándose la disputa entre el Dr. Luis Ferreira, impulsor del Curso Preuniversitario de Ingreso, con el rector Shuberoff, zanjada  por el decano Dr. Salomón Schächter, cerrando un acuerdo entre la facultad de Medicina y la UBA, aceptando el CBC como el primer año de la carrera (2), el problema sigue sin solución.
Según un estudio encargado a una comisión de académicos a pedido del Dr Schachter, la facultad de medicina de la UBA sólo puede aceptar en primer año un máximo de 900 estudiantes (3). El informe señala que en 52 hospitales de la Capital Federal y del Gran Buenos Aires asociados a la Facultad, hay 900 plazas disponibles para que los futuros médicos cursen el “internado rotatorio”. Dijo el decano a Clarín: “Si la Facultad no cumple con las sugerencias de este informe, corre serio peligro la integridad física y psíquica de la sociedad Argentina” (3). El Dr. Jorge García Badaracco, integrante de la misma comisión, señaló que “es una farsa seguir enseñando a gente que aprende cualquier cosa” (3).
Clarín refiere que un mes antes de esta información, el rector Shuberoff declaró: “La crisis económica y el desempleo están produciendo una explosión en la cantidad de alumnos. La UBA se convirtió en una suerte de playa de estacionamiento para los jóvenes que no pueden ingresar en el mercado laboral” (3). Actualmente hay 70.000 estudiantes de medicina que concurren a 23 universidades, - 9 públicas y 14 privadas (4) - y que de los 4000 médicos que se reciben anualmente, 1500 egresan de la UBA y 2500 del resto de las universidades públicas y privadas (5). De los 4000 egresados, 750 ocuparán las vacantes de residencia en Capital y Gran Buenos Aires, y 1500 en todo el  país (6).
En Argentina hay más de 100.000 médicos con matrícula nacional, y los egresados anualmente serían menos del 4%. A simple vista se observa que de continuar con igual ritmo de médicos recibidos e inclusive menor si se limita su ingreso, el porcentaje anual tiende a disminuir.
Para conocer el número real de médicos en ejercicio habría que restar los fallecidos, los jubilados, y a tantos otros que se contabilizan erróneamente, cuando se señala que sobra el número de médicos.
El Dr. Schächter, en el discurso del 27/3/99 presentando el anteproyecto de cambio curricular, señaló que la Facultad se encuentra con la enorme responsabilidad de renovar y modificar el curriculum de la Carrera de Medicina (7) por tres razones:
- lograr la acreditación de acuerdo a criterios definidos por el Ministerio de Cultura y Educación en consulta con el Consejo de Universidades en base a un perfil mínimo de acreditación,
- lograr una categorización de acuerdo a perfiles definidos por la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), y
- fortalecer la posición de nuestro país para el ejercicio de nuestra profesión en el Mercosur.
Informó que cuando una carrera no obtuviera la acreditación, la CONEAU podrá recomendar que se suspenda la inscripción de nuevos alumnos, hasta que se subsanen las deficiencias encontradas (7). El punto sobresaliente del curriculum propuesto, es el ingreso al 2º año de la carrera de no más de 1400 alumnos, definiendo 4 sedes académicas  con capacidad para 350 alumnos cada una (un hospital cabecera con una red de unidades docentes y servicios de salud bajo su responsabilidad) (7).
Como se observará, los criterios de acreditación del nuevo diseño no contemplan la opinión del Ministerio de Salud. La CONEAU tendría el poder de recomendar la suspensión de la inscripción en una carrera, lo que en buen romance significa su cierre.
¿Cuál sería el criterio para seleccionar a los 900 nuevos estudiantes y cuál para reducir a 1400 los que ingresen al 2º año?
El nuevo curriculum admite la continuidad del CBC, que debería tener una muy fuerte participación no solo de Medicina, sino de Farmacia y Bioquímica y Odontología (7).
Clarín señala que Schächter sabe que no será fácil aplicar estas medidas y que encontrará las mayores resistencias en las autoridades universitarias que defienden el ingreso libre, irrestricto y sin cupos (3), eufemismo que se emplea para denominar al Ciclo Básico Común, considerado por la UBA como el primer año de la carrera.
Los exámenes de ingreso a la facultad y a las residencias médicas son los métodos de selección de aspirantes y hasta el presente ninguna autoridad se ha referido a un cambio en ellos. Paradójicamente, la Licenciada Amanda Galli, Asesora Pedagógica de la Facultad de Medicina de la UBA, en “Reflexiones sobre los exámenes en educación médica” nos sorprende afirmando que”la mayoría de los exámenes que se utilizan en Argentina son solo de información, de conocimientos. En general los resultados que se obtienen con tales instrumentos de medición son poco confiables y escasamente válidos. Al revisar los exámenes que se utilizan en nuestro medio, se puede advertir que la única variable que parece importante es la cantidad de conocimientos que tenga el sujeto. Si bien se manifiesta que además de la información, son importantes otras variables como la capacidad de razonar, el criterio clínico, la conducta ética, la responsabilidad, etc. en la práctica no existe la capacidad técnica para diseñar pruebas que permitan explorar la competencia clínica o idoneidad profesional. En algunas oportunidades se implementa una entrevista personal como instrumento para ver todos esos otros componentes tan importantes pero esta prueba, más que el examen todavía, resulta una instancia de evaluación totalmente subjetiva, poco confiable y cuyos resultados pueden ser seriamente cuestionados” (8).
La paradoja es que esta opinión fue publicada en el Boletín de la Facultad de Medicina, en el que se admite la aplicación de exámenes con el propósito de identificar a los mejores para comenzar la formación, que cada institución diseña sus instrumentos de evaluación de acuerdo a sus criterios y la calidad de los mismos depende de la capacidad técnica que tengan los docentes que dictan el curso y que escriben las preguntas para el examen (9).
¿Cuál es la clave para comprender el nudo de la polémica planteada?
Sencillamente el presupuesto, que depende del plan económico gubernamental.
En una reseña sobre un artículo de Giovanni Berlinguer “Globalización y salud global” (10), se señala que “La Organización Mundial de la Salud ha perdido, por sus defectos y por el desempeño de los gobiernos, su función de guía de la política sanitaria del mundo. El poder y la influencia en este campo se han depositado en el Banco Mundial y en el Fondo Monetario Internacional, que son hoy los líderes esencialmente y sobre todo, para los países menos desarrollados. La idea de que la salud es un fundamento, y sobre todo una finalidad primaria del crecimiento económico, se ha sustituido casi universalmente por una idea opuesta: los servicios públicos de salud y la universalidad de la atención son un obstáculo –el obstáculo principal- para las finanzas públicas y para el desarrollo de la riqueza. Por lo tanto la reducción del gasto en salud es el imperativo más grande de los gobiernos”.
En el informe de la OMS 1999, se propone abandonar el “universalismo clásico” (darle a todas las personas lo que necesitan) para dar paso a un “nuevo universalismo” consistente en dar cobertura a las acciones de salud consideradas prioritarias, lo que demuestra un retroceso con respecto al planteo de Alma Ata, donde se proponía salud para todos en el año 2000 (11) y la adaptación de la OMS a los planes del FMI.
El Dr. Alberto Agrest, también integrante de la comisión académica afirmó: “Si no podemos formar profesionales con absoluta capacidad para ejercer la profesión, estamos cayendo en la mala praxis docente. Es como emitir moneda falsa” (3).
Este planteo, a priori inobjetable, debería continuar exigiendo el aumento del presupuesto universitario para la formación de los estudiantes de medicina, el aumento del presupuesto para la atención de la salud, aumentar los salarios y mejorar las condiciones de trabajo. La capacitación profesional, la acreditación y la educación médica continua, son inseparables de las condiciones laborales y de las remuneraciones.
En “Calidad de atención: la excelencia a partir de la optimización del recurso humano existente” (12), sus autores afirman que el personal de salud no es un insumo que, tal como los financieros y físicos, contribuye a desarrollar actividades de salud, sino que es también un producto del mismo sistema. Mencionan los resultados de encuestas de satisfacción interna realizadas en dos hospitales públicos, y otra general, echa por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires: sólo la mitad de los encuestados halló satisfactorios los niveles de capacitación, la actuación de la conducción y la organización general. Se evidenció una baja identificación con las Instituciones; la cuestión salarial fue
factor de disconformidad así como el cumplimiento de las normas de bioseguridad; los principales motivos de insatisfacción fueron las dificultades con la cantidad y distribución de los recursos humanos y físicos, y la falta de reconocimiento al esfuerzo personal.
¿Dónde se forman y se actualizan los médicos?
En una Universidad más preocupada en poner cupos al ingreso y bajar los costos de la enseñanza que en mejorar los sueldos de sus docentes y encarar la cuestión como una inversión y no como un gasto, en un Hospital con profesionales con bajos sueldos a quienes no se les reconoce que la actividad docente es un valor agregado a la actividad asistencial y que no tiene retribución salarial. Según el ministro Dr. Héctor Lombardo “en una realidad sanitaria de la edad media, con patologías que ya deberían estar superadas como el dengue, la malaria, las parasitosis, el Chagas, el recrudecimiento de la tuberculosis... 40% de la población sin cobertura social y dependiente del hospital público,... con 55 chicos que mueren por día por desnutrición....y porque ninguna política en los últimos años contempló este problema (13).
En el Primer Congreso Nacional de Dirigentes Médicos, convocado por el Foro Nacional de Instituciones Médicas, que integra la Asociación de Médicos Municipales que sesionó los días 25 y 26 de noviembre de 1999, se debatieron distintos temas incluido la certificación, recertificación y educación médica continua. En una síntesis de las conclusiones, se enuncia que la certificación “debe ser lograda preferentemente a través de la capacitación en residencias, o a través de un proceso de formación no inferior a 5 años en la especialidad y en una institución acreditada. La recertificación está ligada en forma indivisible a la educación médica continua. Debe asegurar los principios de accesibilidad y gratuidad, el principal financiador debe ser el Estado, responsable de los programas de garantía de Calidad, y las organizaciones de la Seguridad Social, por ser quienes están designadas por dichos programas” (14).
En síntesis, la formación del médico, el presupuesto de la universidad, las residencias médicas, la formación de especialistas, de docentes universitarios y la educación médica continua, son responsabilidad del estado, irrenunciable y de absoluta prioridad en la política presupuestaria de la nación, para garantizar salud para todos....ya.
Enero 2000.

Bibliografía:
1.Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas: Nunca más /CONADEP.   
(296) 3ª ed. Buenos Aires: EUDEBA, 1984.
2. Fin de la pelea. Clarín. Información general (39) 11/11/99
3.Tatti, Victoria: La UBA se pregunta cuántos médicos puede formar. Clarín.
Información general (38) 11/11/99.
4.Unos 70.000 alumnos. Clarín. Información general (38). 11/11/99
5.Los planes de estudio cambiarán en el 2000. Clarín. Educación. (4) 4/7/99
6.Tatti, Victoria: La Universidad apuesta a formar mejores médicos. Clarín.
Educación (2-3) 4/7/99
7.Schächter, Salomón: Se presentó un anteproyecto de cambio curricular en la
Facultad de Medicina.  Discurso pronunciado el 27/3/99. Boletín informativo Nº 1.
Mayo de 1999. Universidad de Buenos Aires, Facultad de Medicina. Subsecretaría 
de Prensa de la Facultad de Medicina. Editado en La Prensa Médica Argentina.
Buenos Aires. Argentina.
8.Galli, Amanda: Reflexiones sobre los exámenes en educación médica. Boletín
informativo Nº 2. Septiembre de 1999. Universidad de Buenos Aires, Facultad de
Medicina. Subsecretaría de Prensa de la Facultad de Medicina. Editado en La
Prensa Médica Argentina. Buenos Aires. Argentina.
9. Criterios de evaluación en la educación médica. Boletín informativo Nº 2.
Septiembre de 1999. Universidad de Buenos Aires, Facultad de Medicina.
Subsecretaría de Prensa de la Facultad de Medicina. Editado en La Prensa Médica
Argentina. Buenos Aires. Argentina.
10. Salud global y globalización. Boletín de temas de salud. Año 6 Nº 48 (4-6).
Junio de 1999. Suplemento del Diario del Mundo Hospitalario. Asociación de
Médicos Municipales.
11.Informe de la OMS 1999. Los nuevos desafíos y la necesidad de la financiación
pública. Boletín de temas de salud. Año 6 Nº 52 (1). Octubre de 1999. Suplemento
del Diario del Mundo Hospitalario. Asociación de Médicos Municipales.
12. Cornelio, C.; DaPonte, P.; Del Pozo, E.; Gatto, M.; Grieco, C.; López, L.;
Roson, G.; Steinsleger, H.: Calidad de atención: La excelencia a partir de la
optimización del recurso humano existente. Boletín científico. Año 4 Nº 15 (1-5).
Junio 1999. Suplemento del Diario del Mundo Hospitalario. Asociación de Médicos
Municipales.
13.Andalo, Paula: “Tenemos una realidad sanitaria de la edad media”. Entrevista al
Dr. Héctor  Lombardo. Clarín. Información general.(60-61) 22/12/99
14.Certificación y recertificación. Educación médica continua. Síntesis de las
conclusiones. Primer congreso nacional de dirigentes médicos. El Diario del Mundo
Hospitalario. Año VIII Nº 65 – (6-7) Diciembre 1999

sábado, 16 de mayo de 2015

La ilusión de la clase media

 La identidad de clase autopercibida y la ilusión de la “clase media”

La World Values Survey es una encuesta que se realiza periódicamente en más de 50 países, incluyendo Argentina.
En la base de datos correspondiente a la sexta onda (2010-2014) encontramos los resultados de 84273 encuestas realizadas en 58 países distintos, de las cuales 1030 corresponden a nuestro país. Una de las preguntas indica al encuestado que debe clasificarse en alguna de las siguientes categorías:

Clase alta
Clase media alta
Clase media baja
Clase trabajadora
Clase baja

A nivel mundial, las dos categorías referidas a la “clase media” concentran el 56% de las respuestas. Solo el 2% de los individuos se referencia como miembro de la “clase alta” y el 28% declara pertenecer a la clase trabajadora.
En Argentina, el panorama es similar: 58% de respuestas ubicadas en alguna de las dos franjas de la “clase media”, ninguna respuesta para la “clase alta”, solo un 30% de trabajadores que se perciben como tales.

Si estas respuestas reflejaran, aproximadamente al menos, la realidad objetiva de las cosas, la clase obrera sería solo un tercio de la sociedad. La burguesía no existiría. Una extraña y amorfa “clase media” (pasible de ser subdividida en estratos) comprendería a las grandes mayorías humanas. Y el marxismo sería una teoría muerta, una reliquia del siglo XIX que no sirve para explicar el mundo moderno.
Por suerte o por desgracia, no es así.

domingo, 10 de mayo de 2015

Ganancias: un artilugio para ir contra las paritarias

6 de mayo de 2015 | Edición Impresa #1362 | Por Pablo Heller - Prensa Obrera

Ganancias: un artilugio para ir contra las paritarias

Por la abolición del impuesto al salario

En medio de una presión salarial creciente, el gobierno anunció un descuento en los pagos de “ganancias”.  El cambio, sin embargo,  no altera la estructura fundamental del impuesto al salario, ni sus principales distorsiones.
 
El anuncio oficial reduce  el impacto del impuesto sólo para una franja limitada de trabajadores. Aunque  no se conocen mayores detalles, el alivio se circunscribe  al grupo de asalariados que ganaba entre 15.000 y 25.000 pesos brutos entre enero y agosto de 2013. Según el gobierno, ello beneficiaría al 68% de los que hoy están alcanzados por el impuesto.
 
El cambio consiste en el aumento de algunas de las deducciones (por cónyuge y por hijo) pero exclusivamente para la franja nombrada. Aquellos que cobraron más de 25.000 pesos brutos en aquel período fueron dejados de lado. 
 
Los millones  de trabajadores autónomos están excluidos, pese a que el mínimo no imponible para esa categoría está  muy por debajo que el de los trabajadores en relación de dependencia y, además, viene congelado  desde hace prácticamente una década.
 
Mientras tanto, se mantiene en pie el corazón del impuesto al salario: el tope de los 15.000 pesos no se ha modificado. Tampoco se ha modificado el mínimo no imponible ni  las escalas, que permanecen sin cambios desde hace ¡15 años!  Así,  muchos trabajadores terminan pagando la tasa máxima del 35%, la misma  que paga una sociedad anónima y los grandes contribuyentes.
 
Por otra parte, las  brutales distorsiones que venían registrándose  persisten. A pesar de tener en la actualidad iguales ingresos, algunos trabajadores deberán pagar el  impuesto  y otros no deberán hacerlo, según cual  haya sido su nivel de sueldos en agosto de 2013.
 
Los K pretenden que se acepte  el techo salarial  del 25 % en las paritarias a cambio de este descuento en el impuesto a las ganancias. Pero “el pez por la boca muere”: la propaganda oficial subraya que el impuesto al salario afecta apenas al 10 % de los trabajadores. En ese caso, los nuevos anuncios abarcarían a unos 700.000 trabajadores, cuando la discusión salarial involucra a más de 10 millones.
 
Más aún, luego de las paritarias pueden llegar a pagar más que antes si el aumento previsto de las deducciones es inferior al incremento salarial de este año. La confiscación salarial concluiría, en ese caso, siendo mayor tanto en términos reales como nominales respecto al año 2014. 
 
En este contexto, cobra más actualidad  que nunca el reclamo por paritarias libres sin techo y por la abolición total del impuesto al salario.

domingo, 3 de mayo de 2015

Sorpresas de la vida cotidiana - Paritarias clandestinas

Sorpresas de la vida cotidiana
O los efectos del relato en primera persona

La demora de algunas horas en la habilitación de la página web del Gobierno de la Ciudad, alimentó conjeturas.
Pocas horas de expectativas se terminaron con la lectura del recibo de sueldo de abril.
Si bien ya estaba depositado el sueldo en la cuenta del Banco Ciudad, la expectativa por conocer los detalles era inocultable.
Se firmó una paritaria que nadie conocía, salvo la dirigencia de la AMM y la Federación de Profesionales y lógicamente el patrón.
Nunca mejor su denominación: patrón.
Es el mejor apelativo para llamar las cosas por su nombre.
Basta de “Macri”, Gobierno de la Ciudad, y otros eufemismos.
Patrón lo define mejor que cualquier patronímico.
¿Y los muchachos?
También.
Burócratas.
Más que nunca.
Hicieron votar en un Consejo Central un acuerdo paritario que no podían explicar.
Pero sigamos con lo anterior.
El recibo es cruel.
Desanima.
Hace enojar.
Te calienta.
Fijate.
Tomé el mío como ejemplo.
Del sueldo bruto los descuentos superan el 32%.
¿Cómo se compone el descuento?
Los ítems regulares (por llamarlos de alguna manera) rondan el 42%.
¿Entendiste?
El 42%.
¿Y el 58%restante?
Te lo explica CFK: es la deducción del impuesto a las ganancias para la 4ª categoría.
Miralo así: la diferencia entre el sueldo bruto de marzo y el de abril es de 16%.
Ese fue el aumento nominal.
El aumento neto, por diferencias que no es momento de explicar, es un poco menos del 16%.
Revisá la billetera: es poca guita.
¿Tanto secreto para tan poca plata?
Pensalo: firmaron un acuerdo a la baja, en cuotas, te lo ocultaron y la mayor parte te lo fuma la confiscación del salario por parte del gobierno nacional y popular.
¿Te diste cuenta?
CFK-Macri-AMM-FP
Socios.
Acordate antes de votarlos.

Luis Trombetta
1º de mayo de 2015 
Día Internacional de los Trabajadores
Una jornada de lucha obrera y socialista.

viernes, 1 de mayo de 2015

1º de Mayo. Tribuna de Salud

Una jornada socialista e internacionalista