Almagro
insurgente
Día
112
Esta
tarde los fascistas se han manifestado.
No
es un hecho menor.
Alentados
por las voces que critican la cuarentena, miles de personas han ganado las
calles en la Ciudad, en Olivos, en Santa Fe y seguramente en muchas ciudades
del interior, para ventilar su odio al gobierno bajo la excusa de la defensa de
la libertad cercenada por la cuarentena.
Fue
claro el individuo que en la Quinta de Olivos expresó ante las cámaras de
televisión su odio al presidente de la nación.
Me
tiene sin cuidado que uno o muchísimos enfrenten al gobierno y materialicen su
ofuscación en la persona de Alberto Fernández.
Ni
me preocupa que el blanco de la oposición sean las figuras políticas que nos
gobiernan.
Lo
que si me alarma es que la clase media que dice ser representada en las
manifestaciones del día de hoy, se encamine en la recta del fascismo, y
reclamen detrás del derecho individual, de la libertad que anhelan y que hoy
han perdido de las manos de un gobierno que dicen que miente al igual que los
referentes internacionales que avalan la "dictadura de los
infectólogos", sea la responsable de la expansión de la pandemia, justo en
el momento del aumento del número de casos.
Gente
reaccionaria ha existido siempre y tampoco me sorprende.
Lo
vivimos durante tantos gobiernos electos como con las dictaduras militares.
La
sociedad de clases también atraviesa la pandemia.
Sería
una ingenuidad creer que la pandemia licúa y homogeniza al cuerpo social.
Todo
lo contrario, lo estamos viendo por televisión.
Es
inútil recordar a los manifestantes que el virus no tiene ideología y que no
hace diferencias entre ellos y el oficialismo gobernante.
Deberían
recordar que Bolsonaro tiene Covid.
Desde
las usinas periodísticas que han agitado contra la cuarentena, reclamando la
libertad y calificando de “infectadura” a las medidas adoptadas por el
Ministerio de Salud de la Nación y que fueron replicadas en las provincias de
acuerdo a las condiciones epidemiológicas locales, ahora deberían explicar y si
fueran coherentes justificar, que los manifestantes hayan violado absolutamente
las recomendaciones que hasta ahora nos han protegido de los contagios.
Todos
juntos, bien cerca y sin barbijos.
Un
modelo que atenta contra la salud de todos.
A
esta hora siguen los bocinazos de los automóviles que festejan su marcha sobre
Buenos Aires.
Epígonos
de tantos fascistas vernáculos, desafían los contagios y vociferan sus
consignas libertarias, como si el Covid aflojara su peligrosidad al escuchar a
ese que sin ninguna vergüenza les advirtió a los periodistas de C5N que “van a
tener miedo”.
3663
nuevos casos en el día de hoy.
Los
manifestantes juegan a la ruleta rusa.
El
problema es que juegan con todos.
Si
jugaran entre ellos, no habría problema.
Ese
sería el verdadero y justo beneficio de la libertad individual que tanto
reclaman.
Mientras
tanto, quédese tranquilo.
Nosotros
seguimos trabajando para evitar que el huevo de la serpiente crezca.
Hasta
mañana.
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