viernes, 10 de julio de 2020

Fascistas en la calles de Buenos Aires


Almagro insurgente
Día 112

Esta tarde los fascistas se han manifestado.
No es un hecho menor.

Alentados por las voces que critican la cuarentena, miles de personas han ganado las calles en la Ciudad, en Olivos, en Santa Fe y seguramente en muchas ciudades del interior, para ventilar su odio al gobierno bajo la excusa de la defensa de la libertad cercenada por la cuarentena.

Fue claro el individuo que en la Quinta de Olivos expresó ante las cámaras de televisión su odio al presidente de la nación.

Me tiene sin cuidado que uno o muchísimos enfrenten al gobierno y materialicen su ofuscación en la persona de Alberto Fernández.

Ni me preocupa que el blanco de la oposición sean las figuras políticas que nos gobiernan.

Lo que si me alarma es que la clase media que dice ser representada en las manifestaciones del día de hoy, se encamine en la recta del fascismo, y reclamen detrás del derecho individual, de la libertad que anhelan y que hoy han perdido de las manos de un gobierno que dicen que miente al igual que los referentes internacionales que avalan la "dictadura de los infectólogos", sea la responsable de la expansión de la pandemia, justo en el momento del aumento del número de casos.

Gente reaccionaria ha existido siempre y tampoco me sorprende.

Lo vivimos durante tantos gobiernos electos como con las dictaduras militares.

La sociedad de clases también atraviesa la pandemia.

Sería una ingenuidad creer que la pandemia licúa y homogeniza al cuerpo social.
Todo lo contrario, lo estamos viendo por televisión.
Es inútil recordar a los manifestantes que el virus no tiene ideología y que no hace diferencias entre ellos y el oficialismo gobernante.
Deberían recordar que Bolsonaro tiene Covid.

Desde las usinas periodísticas que han agitado contra la cuarentena, reclamando la libertad y calificando de “infectadura” a las medidas adoptadas por el Ministerio de Salud de la Nación y que fueron replicadas en las provincias de acuerdo a las condiciones epidemiológicas locales, ahora deberían explicar y si fueran coherentes justificar, que los manifestantes hayan violado absolutamente las recomendaciones que hasta ahora nos han protegido de los contagios.

Todos juntos, bien cerca y sin barbijos.
Un modelo que atenta contra la salud de todos.

A esta hora siguen los bocinazos de los automóviles que festejan su marcha sobre Buenos Aires.
Epígonos de tantos fascistas vernáculos, desafían los contagios y vociferan sus consignas libertarias, como si el Covid aflojara su peligrosidad al escuchar a ese que sin ninguna vergüenza les advirtió a los periodistas de C5N que “van a tener miedo”.

3663 nuevos casos en el día de hoy.

Los manifestantes juegan a la ruleta rusa.
El problema es que juegan con todos.
Si jugaran entre ellos, no habría problema.
Ese sería el verdadero y justo beneficio de la libertad individual que tanto reclaman.

Mientras tanto, quédese tranquilo.
Nosotros seguimos trabajando para evitar que el huevo de la serpiente crezca.
Hasta mañana.

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