Multiempleo y riesgo
laboral
El impacto del
covid19 en los trabajadores de la salud.
En conjunto, los
trabajadores de la salud enfrentan el impacto directo de la pandemia de
coronavirus.
Si bien en las
últimas 5 décadas hemos enfrentado enfermedades transmisibles de alto riesgo en
el entorno laboral, el covid19 encuentra en los trabajadores de la salud, un
blanco particular.
Las medidas de
bioseguridad ante el riesgo de exposición biológico, han operado un cambio
trascendente a partir de la epidemia del VIH.
En los 80 la
aparición del virus de la inmunodeficiencia humana impuso la adopción de
medidas estrictas de bioseguridad, para evitar el contagio durante la
exposición accidental a la sangre y otros derivados que contenían el VIH, así
como al virus de la hepatitis B y C.
Fue un aprendizaje
que requirió entrenamiento, adopción de medidas de barrera efectivas y
comprensión de la naturaleza de la enfermedad.
A partir de la
introducción de tratamiento de alta eficacia, la epidemia de sida modificó su
curso natural y en la actualidad los tratamientos han superado los pronósticos
ominosos de aquellos años.
Sin embargo, las
medidas de bioseguridad se mantienen y fueron adoptadas universalmente.
La aparición de un
nuevo virus, de transmisión por contacto y por vía respiratoria, de rápida
expansión y fácil contagio, ha introducido nuevas categorías de control de
exposición laboral de origen biológico.
En la práctica se
traduce en la adopción de nuevas conductas, cambio de hábitos en el desempeño
de nuestra labor y por supuesto, el cumplimiento de reglas que incluyen la
vestimenta, el distanciamiento, y las conocidas medidas universales, entre
ellas el lavado de manos.
En este escenario, la
totalidad de los trabajadores de la salud, tanto en el ámbito público, privado
o de la seguridad social, enfrentamos las limitaciones manifiestas en la
inexperiencia con este nuevo agente, y las condiciones materiales de nuestros
empleos.
Es indudable que las
condiciones salariales en particular en el sector de la enfermería, obligan al
multiempleo, situación de la que no están exentas las demás profesiones.
Esta condición
laboral, implica el riesgo de la transmisión del covid y de otras patologías
infecciosas, en la medida que el trabajador se desempeña en diferentes
instituciones con diferentes niveles de protección.
En el caso de los
enfermeros que cumplen tareas en distintas instituciones y bajo diferentes
regímenes de trabajo, se observa el riesgo de transmisión horizontal, es decir,
entre áreas en las que cumplen funciones similares y aún disímiles.
En circuitos cerrados
como la terapia intensiva y tal vez en salas de internación general, el riesgo
de transmisión se relaciona con la calidad del cumplimiento de las reglas de
bioseguridad.
El trabajador que se
desempeña en diferentes posiciones laborales, multiplica el riesgo.
Las condiciones
materiales del empleo en salud, son anteriores a la irrupción de covid19, pero
las características de la pandemia han puesto el problema en el ojo de la
tormenta.
En el caso de los
trabajadores que se exponen directamente a la asistencia de los casos
sospechosos y de los enfermos confirmados, la falta de los equipos de
protección personal es una limitante absoluta para el desempeño de la tarea.
Por lo tanto, no es
posible asistir a ninguna de las consultas presenciales ni a los casos
hospitalizados, sin la provisión de los equipos de calidad reconocida.
Asimismo, los
protocolos son de cumplimiento obligatorio.
La sola ausencia de
los EPP o el incumplimiento del protocolo de asistencia, es suficiente para que
el trabajador se niegue a exponerse al contagio.
Si las instituciones
de cualquier origen no cumplen con los requisitos obligatorios, no solo el
trabajador debe exigir su cumplimiento, sino que la autoridad sanitaria
pertinente, debe vigilar el cumplimiento y la ejecución de los protocolos para
la gestión del covid19.
En primer lugar se
debe esclarecer a los trabajadores y asimismo a la clase trabajadora en general
y a la opinión pública, que no se trata de una guerra, que no hay voluntarismo
ni héroes y que el trabajo debe ser remunerado, el trabajador tiene que contar
con los recursos físicos, la patronal privada y el estado deben asistir las
necesidades y los requerimientos obligatorios y por supuesto, debe haber
reconocimiento de la tarea de riesgo, bajo la modalidad de ART.
Un elemento no menor
es el agotamiento del personal de salud, tanto desde la capacidad física como
emocional.
El impacto psíquico y
la exigencia intelectual y física, deben preservarse y es obligatoria la vigilancia
y el resguardo de la integridad del trabajador, en el curso de una pandemia que
tiene como primeros trabajadores en riesgo, a los de la salud.
Cuidar al que cuida
debería ser una consigna para el conjunto de la comunidad sanitaria.
No olvidemos que en
una institución de salud, hay múltiples actividades, oficios, profesiones que
hacen a la estructura de la institución.
Por último, el
control de la salud de los trabajadores y la obligatoriedad del cumplimiento de
los protocolos de atención, son elementos fundamentales para la identificación
de los casos sospechosos y de la atención de los mismos.
Las representaciones
sindicales deben mantener una constante vigilancia sobre el cumplimiento de las
recomendaciones de responsabilidad patronal, desde los EPP hasta la evaluación
del estrés laboral y los casos de burnout laboral,
o síndrome del quemado en el trabajo.
La organización de
los trabajadores bajo condiciones excepcionales, en referencia al aislamiento o
distanciamiento social, no debe ser suspendida.
Deberá adoptar las
características que permitan su desenvolvimiento, de acuerdo al lugar y las
condiciones de trabajo.
El trabajo bajo las
condiciones del capitalismo es alienante y solo será superado por un cambio en
el régimen social, bajo la conducción de la clase trabajadora.
La pandemia del
coronavirus, es el nuevo escenario en el que clase obrera deberá asumir la
consigna de 1914: socialismo o barbarie.
Luis Trombetta.
19/04/2020
19/04/2020
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