jueves, 21 de abril de 2016

Asamblea en el Hospital Muñiz

La admisión del presidente de la filial Muñiz en la asamblea del 15/04, revela el procedimiento: no hay informe sobre la propuesta paritaria.

Según el propio dirigente, la convocatoria de la asamblea corrió por cuenta del reclamo de los compañeros que participaron de la anterior, por cierto de escasa concurrencia, siguiendo el mismo derrotero que desde hace años, empela el oficialismo para tales convocatorias. Jamás una recorrida por los servicios invitando a los médicos, difundiendo el temario, preparando el evento, máxima expresión de la democracia sindical.
Una simple nota adherida a la planilla de firmas, reemplaza la esencia del gremialismo.
La epidemia de dengue, los salarios y las condiciones de trabajo fueron los ejes de la discusión.
El Muñiz registra deficiencias edilicias en la guardia, que acumulan años y administraciones políticas.
El reclamo por la construcción de una nueva área de Guardia, se ha transformado en una constante del discurso del titular de la Lista integración, pero que no va más allá de una queja repetida.
No sirve insistir en que se reclamó la actualización de la guardia, olvidada de cualquier programa de gobierno.
Nunca se encaró desde la Asociación de Médicos Municipales, una verdadera acción gremial que pusiera el tema en primera plana.
Al mismo tiempo, la concurrencia de pacientes con presunción de dengue, dejó al descubierto la falta de médicos y la demora en los nombramientos.
El esfuerzo que se reclama a manera de colaboración, se paga con suplencias de guardia y el desgaste de los profesionales, denunciado en la asamblea.
La discusión salarial dio paso al reclamo de un aumento que deberá ubicarse entre el 45 y el 50%.
Contra la necesidad del aumento en un solo pago, la AMM del Muñiz evitó pronunciarse, advirtiendo que el gobierno pagaría en cuotas escalonadas.
Sorprendió que hubiera que insistir en reclamar un aumento en un solo pago y la incorporación de una cláusula gatillo, que aplicara mensualmente un aumento de acuerdo al índice inflacionario.
Es que la AMM integra el gobierno, tal como lo anuncia el Mundo Hospitalario (Nº 196-diciembre 2015), afirmando que la política de salud la fijan los médicos, dando por sentado que el Ministro de Salud de la CABA fue acordado entre el gobierno y la AMM.
Un acuerdo que no estuvo ajeno a disputas entre las tendencias que operan en la dirigencia de la AMM, un frente entre macristas, radicales y peronistas resquebrajado después de las elecciones presidenciales.

La discusión paritaria, de acuerdo al presidente de la filial Muñiz, no registra datos de asambleas de otros hospitales.
Es que la conducción oculta que en el Hospital Gutiérrez, las asambleas se suceden entre medidas de fuerza en reclamo de salarios y contra la falta de profesionales y el desmantelamiento de servicios.
El rodrigazo macrista concertado entre Cambiemos y el peronismo  disidente y los reconvertidos del kirchnerismo, ajusta todos los cinturones.
La lucha por paritarias libres y sin techo, la elección de delegados paritarios por cada hospital con mandato de asamblea y la formación de una comisión paritaria verdaderamente democrática están a la orden del día.
No habrá recomposición salarial si no se anula el pago del impuesto a las ganancias.
Cualquier aumento que no considere este tema, condenará a la confiscación salarial de más profesionales.
Para los jubilados, el 82% es indispensable.
Así las cosas, la jubilación actual representa un 50% del salario en actividad, insuficiente para enfrentar la jubilación.
La movilidad jubilatoria es la única salida para compensar la inflación.
Las mediciones pronostican un 35% acumulado para el aumento anualizado a abril.
La perspectiva es un nuevo ajuste de las tarifas de servicios públicos.
El precio de los alimentos supera los cálculos del IPC Congreso y del propio gobierno.

Frente al ajuste, los profesionales y médicos de la salud del gobierno de la CABA, debemos organizar el reclamo salarial y las condiciones de trabajo.

Superemos los acuerdos clandestinos.

La AMM prepara una paritaria clandestina

MEDICOS MUNICIPALES
PREPARAN UNA PARITARIA CLANDESTINA, EN CUOTAS Y A LA BAJA

Docentes y Sutecba han marcado el camino de los acuerdos paritarios insuficientes en la ciudad.
La AMM no se queda atrás, preparan una paritaria clandestina, en cuotas y a la baja.
Las asambleas que se vienen realizando en algunos hospitales (Muñiz, Gutiérrez) indican lo contrario: reclaman un incremento del 45% a 50%, en una sola cuota con cláusula de ajuste mensual por inflación.
Frente a la devaluación del 50%, el tarifazo en los servicios, y la inflación acumulada del 16% a 17% en los primeros 4 meses año este incremento salarial es indiscutible.
El Rodrigazo macrista concertado entre cambiemos, el peronismo disidente y los reconvertidos del kirchnerismo, ajusta todos los cinturones. 
La lucha por paritarias libres y sin techo, y la elección de delegados paritarios en cada hospital con mandato de asamblea están a la orden del día.
No habrá recomposición salarial además si no se anula el pago del impuesto a las ganancias. Cualquier aumento que no considere este tema, condenará a la confiscación salarial a un número cada  vez mayor de profesionales.
El 82% y la movilidad jubilatoria son incuestionables ya que la jubilación actual representa un 55% del salario en actividad.
Denunciamos  la complicidad de la AMM y su integración al gobierno porteño, tal como lo anuncia Mundo Hospitalario (Nº 196-diciembre 2015), donde se afirmaba que la política de salud la fijan los médicos municipales, y también…la designación de la actual Ministra de Salud de la CABA acordada entre el gobierno y las fracciones que hoy se disputan la futura conducción AMM.
En  efecto, el frente macrista de radicales y peronistas que integran la AMM se ha resquebrajado después de las elecciones presidenciales y el triunfo de cambiemos: esta  situación no tiene que ver con los reclamos de los médicos sino con el reparto del poder y la caja de la AMM.
Hoy más que nunca, para luchar por nuestras reivindicaciones, necesitamos un sindicato independiente de los partidos del régimen y del gobierno de turno.
Vamos por asambleas resolutivas en todos los hospitales.

El año próximo hay elecciones en la AMM y la primera batalla por recuperar el gremio pasa por derrotar este acuerdo paritario espurio.

FRENTE DE RECUPERACIÓN GREMIAL (abril/2016)

sábado, 16 de abril de 2016

Nos siguen rompiendo el bolsillo

Nos siguen rompiendo el bolsillo

Me pareció más adecuado destacar el bolsillo, antes de cualquier otra víscera, ya que el mencionado, es el que más duele.
El Informe Semanal del Banco Ciudad Nº 374, festeja el mayor logro alcanzado por el macrismo: un nuevo episodio en la historia de la enajenación del país.
Según el informe “Con la ratificación esta semana, por parte de la Cámara de Apelaciones, de la decisión del juez T. Griesa tendiente a levantar las restricciones que impedían el pago de los servicios de la deuda restructurada, el país logró superar el último escollo que quedaba por delante para avanzar en la resolución definitiva del conflicto por la deuda”.
La buena noticia del Banco alcanza para comprender que las decisiones soberanas en nuestro país, son tomadas por el soberano gobierno de los Estados Unidos.
El optimismo del banco alcanza el cenit, cuando afirma:
En marzo, los precios al consumidor avanzaron un 3,3% con respecto al mes anterior, acumulando un alza del 35% en los últimos 12 meses. El dato, que se desprende del índice de precios elaborado por la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires, marca una nueva desaceleración en términos mensuales, ubicándose 0,7 puntos porcentuales por debajo del registro de febrero. En sintonía con esta dinámica, el promedio de las estimaciones privadas, agrupadas en el denominado IPC Congreso, arrojó una variación mensual de 3,2%, marcando una importante desaceleración respecto al 4,8% registrado el mes anterior. En términos interanuales este indicador verificó un aumento del 35,5%, ligeramente superior al capturado por el IPCBA.
¡Y yo no me di cuenta!
Vamos mejor, porque la inflación es solo del 35% anual y el rodrigazo es el elixir de la vida que fluye de las fuentes que inspiraron desde siempre,  a alquimistas de todos los orígenes y épocas.
Tendrían que nombrar a Paracelso, ministro de economía.
Viejos recuerdos del 75, asoman desde el pasado.
Esperan ansiosos regresar de las sombras.
Aún no soplan los suficientes vientos capaces de empujarlos.
Una tempestad habita la memoria.
Una furia de huelga general y obreros y jóvenes y jubilados recorren con lentitud, el camino que ya otros trazaron.
Comprender, organizar, verbos que se conjugan con la conciencia.

Luis Trombetta

jueves, 7 de abril de 2016

Recuerdos amargos

Hace pocos días, una jovencita me pidió que le escribiera unas líneas sobre el 24 de marzo.
Esta es la carta que le envié.
Un poco de mi historia.
Un recuerdo amargo.

Recuerdos amargos

El golpe estuvo precedido por el Rodrigazo.
Cuarenta y un años después un nuevo rodrigazo nos sacude hasta estremecer, pero sin horizonte de golpe militar.
Desde el 74 asistimos a la represión social. Antes también.
Un movimiento obrero y juvenil, con la intervención masiva de los estudiantes, reclamaba al gobierno peronista terminar con el pacto social que había firmado el ministro de economía Gelbard, con el acuerdo de la burocracia sindical peronista y que suspendía las paritarias por dos años.
¿Impensable ahora, verdad?
Pero fue así.
El gobierno de Cámpora naufragó en 43 días y su sucesor, Lastiri, era un peón de López Rega, el fundador de la triple A.
Perón, antes que nadie, aseguró a López Rega en el Gobierno y el ex policía retirado creció hasta la altura de Ministro y consejero de María Estela Martínez de Perón, luego viuda del ex presidente y Presidente de la Nación.
Las huelgas obreras sacudieron todo el país, y en Villa Constitución, los obreros de la UOM tomaron las fábricas y la Ciudad.
El gobierno peronista les envió a los militares.
Además operaron las bandas fascistas todas las noches.
Ciudad sitiada. Asesinatos y secuestros operados por la burocracia sindical peronista y la Triple A.
En el 75 se acentuó la represión.
La huelga general de junio y julio barrió el plan Rodrigo y echó a López Rega.
El triunfo de la clase trabajadora tenía límites.
Si se demolieron los topes a los aumentos de los salarios, la carestía trepaba al borde la hiperinflación.
La suerte estaba echada: Massera y Videla preparaban el golpe de estado, bajo la mirada impertérrita de la dirigencia peronista.
Luder, presidente del senado ocupó el cargo de presidente, cuando Isabel se tomó una licencia.
No perdió el tiempo: firmo el decreto de aniquilamiento de la subversión y el operativo Independencia en Tucumán.
Las calles de Buenos Aires amanecían con pilas de cadáveres acribillados.
Los zanjones de la panamericana y los alrededores del Tigre, Carupá, San Fernando y en el sur Avellaneda y más allá, fueron la sepultura de jóvenes torturados por la triple A y la burocracia sindical peronista.
La antesala de los grupos de tareas.
Esos mismos parapoliciales que guardaban sus automóviles y armas en el Ministerio de Bienestar Social de la nación, se incorporaron después del golpe a los grupos de tareas que operaron en centros clandestinos como automotores Orletti, en Floresta, La Perla en Córdoba y la Escuelita en Famaillá, Tucumán.
La barbarie se desató mucho antes del 24 de marzo.
La juventud depositó sus esperanzas en el peronismo y el espejismo de la revolución social confundió a las masas.
No habría Patria Socialista de la mano de Perón.
El golpe fue precedido por el “aero golpe”, encabezado por el Brigadier Capellini, que hizo volar a sus aviones con las alas pintadas con la leyenda Cristo Rey.
El fascista probó su oportunidad, regresó a la base aérea y le dijeron que esperase en su casa.
Los comandantes que acompañaban a Isabel, le habían puesto fecha: 90 días después del discurso de diciembre.
La fecha elegida fue el 24 de marzo del 76.
Ese día me despertó un amigo que me visitó en casa: levantate que hay golpe de estado.
Empezamos una nueva etapa.
Los primeros días 200 fábricas del país, principalmente en el cordón industrial del conurbano norte, pararon en sus lugares de trabajo.
Pero no era suficiente.
La burocracia peronista se borró.
Esas fueron las palabras de Casildo Herrera, secretario general de la CGT.
Las patotas comenzaron a operar a cara descubierta.
Los secuestros fueron de día y de noche, pero la gente no los veía.
No los creía.
No quería verlos.
La dictadura militarizó el país.
Salías a la calle y corrías el riesgo de ser detenido.
Pero la gente lo negaba.
Por “algó será”, funcionó como anestesia para las conciencias de los que apoyaron a los golpistas.
Muchos le dieron la espalda a las vejaciones y justificaron los martirios de los detenidos.
“Andaban en algo”.
Cuando los primeros desaparecidos comenzaron a notarse, la dictadura dijo que se habían ido del país.
La gente dijo que los subversivos vivían cómodos en Francia.
Otros, infelices irrecuperables, dijeron que los estaban concentrando en “granjas de recuperación”.
No.
No eran granjas.
Eran campos de concentración.
Después los tiraban al mar.
O los quemaban en tanques de 200 litros junto con cubiertas de autos. Fue lo que se supo que ocurría en la ESMA.
O los sepultaban en fosas comunes.
O aparecían acribillados en fusilamientos masivos; hasta en detonaciones con dinamita, asesinados en la Ricchieri, camino a Ezeiza.
Fusilaron a un pibe en el Obelisco.
Enterraban en tanques de 200 litros y los tiraban en arroyos  del delta
Pero por algo será decía la gente.
Los argentinos somos derechos y humanos, fue el eslogan oficial.
Vivimos en la barbarie.
Perdimos amigos.
Muchos nos dieron la espalda y nos abandonaron.
Cada uno a su suerte.
Por algo será.
Las familias de los desaparecidos sufrían el silencio impuesto por una sociedad que saludaba la bota militar.
El golpe tuvo muchos adeptos.
Los militares no estaban solos.
No solo eran los financistas y los empresarios.
Gente de a pie vitoreaba a Videla.
El Mundial del 78 fue festejado en el Monumental en presencia de la cúpula militar.
Videla alza los brazos con el gol del campeonato.
La gente festeja.
Los detenidos en la ESMA mueren en la tortura a poca distancia del estadio de River.
Esa fue la dictadura.
Un plan de liquidación de una juventud que esperaba una revolución del peronismo, y que recibió el plomo peronista de las bandas lopezrreguistas y que dejó pasar el golpe de estado más sanguinario de la historia.
Una juventud que exigía una Patria Socialista y que el peronismo liquidó de a poco, primero con los asesinatos de los dirigentes fabriles, después con la expulsión de la JP de la Plaza de Mayo, siguió con el Operativo Independencia y abrió las puertas del genocidio.
Fueron años amargos.
Muchos peor para los secuestrados y asesinados.
Vivir en el miedo.
Sentirse perseguido.
Saberse delatado.
Sobrevivir.
Pero por sobre todo, luchar contra la dictadura, como se pudiera.
Muchos se enteraron que hubo una dictadura cuando se estaban cayendo.
Fue después de Malvinas.
Porque hasta en Malvinas, “la gente” apoyó a los militares.
Después de una marcha contra la dictadura el 30 de marzo del 82, al día siguiente Galtieri recibió la ovación de una Plaza de Mayo que saludó el 2 de abril.
Inmediatamente los dirigentes de los partidos que habían reclamado en la Multipartidaria contra la dictadura, viajaron por el mundo dándole apoyo a los milicos.
Usaron Malvinas para intentar salvarse del derrumbe.
Y la gente otra vez festejó la bravuconada.
Que vengan. Le daremos batalla, vociferaba Galtieri.
Después vinieron las mentiras y la derrota.
Otra vez, la “gente” se enteró que les habían mentido.
Que no estábamos ganando la guerra.
Mejor no seguir.
Se hace largo y las palabras se repiten.
Hace 40 años quisieron matarnos.
Aquí seguimos.

Luis Trombetta
7 de abril de 2016

domingo, 3 de abril de 2016

Un nuevo rodrigazo

El informe económico semanal Nº 372 del Banco Ciudad, nos da un baño de realidad. 
Más que un baño, un diluvio.
Conviene leerlo pausadamente.

En la última semana hubo noticias auspiciosas de cara a la resolución definitiva del conflicto por la deuda, con la sanción de la ley que permite el pago a los fondos litigantes, apoyada por 2/3 partes de ambas cámaras del Congreso. Asimismo, se conocieron datos fiscales que, en un marco de quita de subsidios, apuntan al inicio de una reversión del creciente déficit de las cuentas públicas, principal elemento desestabilizante y raíz estructural del proceso inflacionario que afecta a la Argentina desde hace ya una década. Además, se divulgaron indicadores que señalan una recomposición de los flujos de comercio exterior liderados por las exportaciones, que apuntan a revertir el otro déficit, el externo, tras la liberalización del mercado de cambios, las bajas impositivas a sectores naturalmente generadores de divisas como el agro y la eliminación de las restricciones cuantitativas a la exportación vigentes hasta fin de 2015. La contracara de todas estas correcciones en marcha viene siendo una profundización de la contracción del nivel de actividad iniciada en la segunda mitad del año pasado, la cual se espera que sea de carácter transitorio y comience a revertirse a partir del segundo semestre.

El Banco de la Ciudad, vocero del macrismo, anuncia la tormenta.
Veamos.
El acuerdo colonial con los acreedores externos, rememora el pacto Roca Runciman.
Más allá de la evocación de una tragedia que pagó la clase trabajadora con la firma del tratado en 1933, parecen oírse desde la historia las palabras del Vicepresidente argentino Julio A. Roca (h) que resumieron el contenido del pacto: La geografía política no siempre logra en nuestros tiempos imponer sus límites territoriales a la actividad de la economía de las naciones. Así ha podido decir un publicista de celosa personalidad que la Argentina, por su interdependencia recíproca es, desde el punto de vista económico, una parte integrante del Imperio Británico (10/01/1940).
Tal como ahora los kirchneristas votaron en el Senado el acuerdo con los fondos buitres, Raúl Prebisch, asesor de Roca, afirmó: "Sigo estimando, y puedo demostrarle a quien quiera, que el acuerdo era lo único que podía hacerse para la exportación argentina del desastre de la gran recesión mundial. No fue un acuerdo dinámico. Fue un acuerdo de defensa, en un mundo económico internacional que se contraía".
No hace falta decir nada más.
Los aumentos de tarifas en servicios esenciales, recuerdan otra tragedia: el rodrigazo.
Celestino Rodrigo, Ministro peronista del gobierno de María Estela Martínez de Perón, descargó su furia con una devaluación del dólar de 160% para el tipo comercial y un 100% para el financiero, en una época de mercado cambiario desdoblado.
Así nos fue.
La inflación llegó al 777% anual y los precios nominales subieron 183% al finalizar 1975.
El gobierno peronista pretendía poner tope a la suba de salarios, por debajo de la inflación.
El resultado fue la licuación del salario por el efecto devaluatorio.
El argumento fue el mismo: sincerar la economía.
Las huelgas obreras se desataron en todo el país a partir del 6 de junio de 1975 y la burocracia sindical de la CGT fue desbordada por las coordinadoras obreras que se formaron al calor de las luchas en las fábricas, que alcanzan el punto máximo con una movilización calculada en 250.000 personas a la Plaza de Mayo y la huelga general del 7 y 8 julio.
Los trabajadores quebraron el ajuste obteniendo paritarias que lograron recuperar el poder adquisitivo del salario y la crisis en el peronismo condujo a la salida de López Rega.
El recuerdo viene a cuenta de señalar que las crisis económicas, el default, es una historia repetida.
Y que los que pagan la cuenta, son siempre los trabajadores.
Pero volviendo al informe del Banco Ciudad, su último párrafo es una muestra de hipocresía.
Decir que la contracara de las medidas del gobierno aprobadas por el peronismo disidente y los kirchneristas es la contracción del nivel de actividad, es un eufemismo que intenta negar el tarifazo y sembrar la ilusión que en tres meses (lo que falta para el segundo trimestre) llegan las soluciones.
El nuevo rodrigazo repite la tragedia.
Solo la movilización de la clase obrera, de la juventud, de todos los trabajadores, podrá detener la sangría en marcha.
Las burocracias sindicales se disponen a frenar cualquier iniciativa de lucha.
Paralizan los gremios porque saben que el empuje de las bases, terminaría también con ellos.
Las cartas están echadas.
La reacción no tardará el llegar.
La historia enseña.

Luis Trombetta
03/04/16