jueves, 25 de diciembre de 2014

Sentimos orgullo de la sanción navideña que acabamos de sufrir

PRESENTES NAVIDEÑOS

A la hora de los diplomáticos regalos navideños, la vicepresidencia primera de la Legislatura porteña tuvo un gesto inusual de sinceridad política. En la lista de la costosa canasta que el jefe de la Legislatura envía a cada diputado para esta fecha, el diputado Pablo Bergel y yo resultamos excluidos. Es difícil no asociar esta decisión al escándalo protagonizado por el mismo bloque del PRO hace dos semanas atrás, cuando uno de sus diputados me amenazó gravemente en plena sesión. Los hechos los hemos denunciado en la justicia, y la fiscalía No 17 ya comenzó a tomar declaración a denunciantes y testigos. Precisamente, el diputado Bergel es uno de ellos, y acaba de ser citado. Ningún vocero del PRO abrió la boca sobre esta agresión. 

En cambio, circula en las redes un video satírico del PRO -sobre “Ramal y los troskos” La travesura audiovisual es injuriosa y mediocre, pero sangra por la herida: me acusa de “denunciar siempre los pactos PRO-K”(sic), de “hablar demasiado”(sic) y de “no votarles nada”(sic), o sea, de ser un opositor sistemático a las políticas de Macri.  El video, al igual que la sanción navideña, son pequeñas pero inequívocas señales: el PRO defenderá a muerte al método de la patota y a su autor. “Sí: son matones y barrabravas. Pero son nuestros matones y nuestros barrabravas”. Ese es el mensaje del precandidato presidencial que contrató a los espías Fino Palacios y Ciro James para organizar la `seguridad` de la Ciudad.

La supresión de nuestro bloque de la canasta navideña sería un hecho risueño, si no revelara en su pequeñez al funcionamiento de la Legislatura e incluso de todo un Estado. Los generosos recursos del presupuesto legislativo -¡1500 millones de pesos en 2015!- son un arma poderosa de cooptación política, de premios y de castigos, que se agigantan frente a la acelerada descomposición de los bloques que fungen de “opositores”. Pero esa manipulación de la `caja chica` replica a la del conjunto del presupuesto estatal, cuyo manejo conspirativo alimenta los sobreprecios de la patria contratista, la entrega de tierras públicas o el desmantelamiento de los recursos sanitarios y educativos de la Ciudad. Sin duda, el macrismo tiene a sus propios Lázaros Báez. En oposición a esta corruptela, nosotros, los del Frente de Izquierda, defendemos que legisladores y diputados perciban el salario de un trabajador calificado, y la apertura de todos los contratos de la administración pública a la consideración popular.

            Esperamos que la eliminación de las dos canastas navideñas le hayan ahorrado unos pesos al erario porteño, aunque tenemos derecho a sospechar que el costoso regalo sólo fue reasignado en beneficio de alguno de los punteros oficiales. Mientras tanto, nosotros cerraremos el 2014 celebrando una intensa acción legislativa que estuvo siempre ligada a la inquietud popular: desde el proyecto de emergencia eléctrica frente a los cortes de luz hasta la campaña por la jornada laboral de seis horas en enfermería, que ganó la compulsa de redes sociales que organizó la propia Legislatura. Desde la lucha por las vacantes escolares hasta la defensa del derecho al techo y al espacio público, contra los especuladores inmobiliarios y sus bloques políticos. 
Por todo lo anterior, sentimos orgullo de la sanción navideña que acabamos de sufrir. Por las batallas pasadas, y las que vendrán, brindaremos con una copa y un pan dulce pagados de nuestro propio bolsillo.

Marcelo Ramal

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