PRESENTES
NAVIDEÑOS
A la
hora de los diplomáticos regalos navideños, la vicepresidencia primera de la Legislatura porteña
tuvo un gesto inusual de sinceridad política. En la lista de la costosa canasta
que el jefe de la
Legislatura envía a cada diputado para esta fecha, el
diputado Pablo Bergel y yo resultamos excluidos. Es difícil no asociar esta
decisión al escándalo protagonizado por el mismo bloque del PRO hace dos
semanas atrás, cuando uno de sus diputados me amenazó gravemente en plena
sesión. Los hechos los hemos denunciado en la justicia, y la fiscalía No 17 ya
comenzó a tomar declaración a denunciantes y testigos. Precisamente, el
diputado Bergel es uno de ellos, y acaba de ser citado. Ningún vocero del PRO
abrió la boca sobre esta agresión.
En cambio, circula en las redes un video
satírico del PRO -sobre “Ramal y los troskos” La travesura audiovisual es
injuriosa y mediocre, pero sangra por la herida: me acusa de “denunciar siempre
los pactos PRO-K”(sic), de “hablar demasiado”(sic) y de “no votarles
nada”(sic), o sea, de ser un opositor sistemático a las políticas de
Macri. El video, al igual que la sanción navideña, son pequeñas pero
inequívocas señales: el PRO defenderá a muerte al método de la patota y a su
autor. “Sí: son matones y barrabravas. Pero son nuestros matones y nuestros
barrabravas”. Ese es el mensaje del precandidato presidencial que contrató a
los espías Fino Palacios y Ciro James para organizar la `seguridad` de la Ciudad.
La
supresión de nuestro bloque de la canasta navideña sería un hecho risueño, si
no revelara en su pequeñez al funcionamiento de la Legislatura e incluso
de todo un Estado. Los generosos recursos del presupuesto legislativo -¡1500
millones de pesos en 2015!- son un arma poderosa de cooptación política, de
premios y de castigos, que se agigantan frente a la acelerada descomposición de
los bloques que fungen de “opositores”. Pero esa manipulación de la `caja
chica` replica a la del conjunto del presupuesto estatal, cuyo manejo
conspirativo alimenta los sobreprecios de la patria contratista, la entrega de
tierras públicas o el desmantelamiento de los recursos sanitarios y educativos
de la Ciudad. Sin
duda, el macrismo tiene a sus propios Lázaros Báez. En oposición a esta
corruptela, nosotros, los del Frente de Izquierda, defendemos que legisladores
y diputados perciban el salario de un trabajador calificado, y la apertura de
todos los contratos de la administración pública a la consideración popular.
Esperamos que la eliminación de las dos canastas navideñas le hayan ahorrado
unos pesos al erario porteño, aunque tenemos derecho a sospechar que el costoso
regalo sólo fue reasignado en beneficio de alguno de los punteros oficiales.
Mientras tanto, nosotros cerraremos el 2014 celebrando una intensa acción
legislativa que estuvo siempre ligada a la inquietud popular: desde el proyecto
de emergencia eléctrica frente a los cortes de luz hasta la campaña por la
jornada laboral de seis horas en enfermería, que ganó la compulsa de redes
sociales que organizó la propia Legislatura. Desde la lucha por las vacantes
escolares hasta la defensa del derecho al techo y al espacio público, contra
los especuladores inmobiliarios y sus bloques políticos.
Por
todo lo anterior, sentimos orgullo de la sanción navideña que acabamos de
sufrir. Por las batallas pasadas, y las que vendrán, brindaremos con una copa y
un pan dulce pagados de nuestro propio bolsillo.
Marcelo
Ramal
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