Una reforma que fortalece la construcción de un sindicato clasista
En
el marco de una asamblea masiva, la AGD-UBA reformó sus estatutos, como
resultado de una iniciativa de la Agrupación Naranja. Perfeccionando un estatuto
que enmarcó el desarrollo de un gremio clasista, surgido desde las bases y
contra la burocracia, que pasó de 150 a más de 4000 afiliados en poco más de una
década, y que convirtió a la AGD en el principal gremio de la UBA, en la
principal asociación agrupada en la CONADUH y una de las principales de la
CTA.
El rol político desarrollado por la AGD en esta década
la puso en el centro de los ataques políticos de las camarillas universitarias y
del gobierno nacional. La necesidad de ponerle un freno a las maniobras de las
camarillas universitarias contra el gremio clasista fue la principal razón para
impulsar la reforma, junto con la necesidad de profundizar la organización de un
gremio que tiene por objetivo conquistar a la mayoría de los docentes a una
lucha por una transformación universitaria sobre otras bases sociales, en unidad
con el resto de los trabajadores del país.
El método de
reforma del estatuto puso de manifiesto las características democráticas y
clasistas del sindicato más importante de la docencia universitaria: dos
asambleas generales, discusiones abiertas en las unidades académicas,
publicación de todas las propuestas presentadas, boletines promocionando los
debates y miles de afiches por toda la ciudad llamando al debate y la
deliberación colectiva.
Por este motivo, es un gran paso
adelante la reforma de aspectos cruciales impulsados por la Naranja como la
ampliación de la Mesa Ejecutiva para poder hacer frente a nuevas necesidades
propias del crecimiento e integrar a las minorías, la promoción de la
participación de quienes sin ser afiliados a los aparatos burocráticos pero
tampoco aun al sindicato clasista (que solo nuclea el 10% de los trabajadores)
puedan organizarse y elegir sus representantes por facultad; la creación de un
cuerpo de delegados general y por facultad llevando a cada lugar de trabajo la
organización sindical para controlar y garantizar los derechos de los
trabajadores. La propuesta de la Naranja y el voto por la ampliación y elección
por sistema D'Hont de la Junta Electoral para garantizar la participación de las
minorías en la implementación del proceso electoral se convierte en algo inédito
en el movimiento obrero regimentado por las
burocracias.
Otra nueva reforma es la separación de las
Comisiones Directivas de facultades (equivalentes a las comisiones internas de
fábrica) de la Mesa Ejecutiva, lo cual fortalece al gremio poniéndole una traba
a los intentos de las camarillas universitarias de actuar contra el sindicato a
partir del voto de docentes ligados a ellas y contrarios a la afiliación
sindical, un mecanismo implementado por varias gestiones y fuerzas hostiles a la
organización gremial de los trabajadores. La resolución de que no puedan votar
en las Comisiones Directivas de AGD los afiliados a los sindicatos burocráticos,
agentes directos de las gestiones y/o del gobierno, en el mismo sentido, es toda
una conquista.
Irónicamente, la intervención de Docentes x
el Cambio – Marea Popular impidió llegar a los votos que se necesitaban para
aprobar puntos que desde la Naranja consideramos importantes para ampliar la
participación y ordenar y clarificar cuestiones del estatuto. La misma
agrupación que casi no participó de las últimas asambleas del gremio, que le dio
mayoritariamente la espalda a las reuniones de discusión del estatuto en las
unidades académicas, y no participó de las recientes medidas de lucha por el
Convenio Colectivo de Trabajo y la reapertura de las paritarias, se movilizó a
la asamblea para que no se avanzara en la clarificación de los artículos que
ellos utilizan desde que existen para atacar al gremio. Su propuesta para el
manejo de los fondos de la AGD, exigiendo formar cajas de recaudación paralela
en las unidades académicas, sin que se deban informar los gastos, encubre la
orientación de debilitar a la AGD dando lugar a una fragmentación de sindicatos
por facultad. Lo más llamativo fue su votación contra de la ampliación de las
Comisiones Directivas, dándole la espalda a sumar voces y organización en los
frentes donde se da la lucha contra las camarillas.
La
divisoria de aguas entre el clasismo y los que medran avanzó un paso más en su
clarificación. También las distintas posiciones en la construcción gremial. La
Naranja defiende un sindicato participativo que dé cabida al conjunto de los
docentes de la UBA y seguirá enfrentando propuestas federativas que sólo llevan
al debilitamiento gremial. La sola comparación de la propuesta presentada por la
Naranja contrasta por el vértice con los modelos sindicales defendidos por la
mayoría de las expresiones sindicales, incluyendo a la CTA de Lozano-De Gennaro,
que no contempla representación proporcional de las minorías, reproduciendo el
sindicalismo del unicato.
La reforma del estatuto fortalece
al gremio para las luchas por venir, principalmente la defensa del Convenio
Colectivo de Trabajo a nivel nacional de aplicación obligatoria en todas las
universidades, la reapertura inmediata de la paritaria frente a la escalada de
los precios y el doble aguinaldo, y la democratización de la universidad contra
las camarillas privatistas y mercantilizadoras, que aplican la LES menemista y
la regimentación de la CONEAU en beneficio de las empresas y corporaciones
capitalistas.
El esfuerzo por mejorar uno de los estatutos
más democráticos del movimiento obrero es un excelente aporte de AGD a todos los
trabajadores que luchan por la democratización de los sindicatos y la expulsión
de la burocracia sindical.
Agrupación Naranja de
Docentes e Investigadores de la UBA
naranjadocente.blogspot.com
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