El 21 de junio ser realizó una nueva asamblea de la filial de la Asociación de Médicos Municipales en el Hospital Muñiz.
La reunión fue convocada por la presión impuesta a la burocracia que conduce la filial a través de un petitorio que reclamaba la convocatoria.
El presidente de la filial Dr. Videla demoró la reunión hasta el hartazgo, pero no tuvo más remedio que convocar la asamblea.
La filial del Muñiz, en manos del oficialismo (Lista Integración) ha dejado correr las injurias que sin límite alguno, profirieron los firmantes de la nota que impulsada por el SUTECBA, fue entregada en la Legislatura de la CABA.
En esa nota nos califican de traidores y canallas tras la denuncia formulada en un acto público que fue votado por unanimidad en la asamblea de médicos del hospital y que generó el alineamiento detrás de la dirección del hospital, de la burocracia sindical incluyendo la dirigencia de la AMM.
El jueves 21 de junio, una nueva asamblea muy concurrida, terminó corriéndole el velo a una maniobra que contó con el apoyo del Dr. Videla, ya que como quedó demostrado, Videla se negó a defender a los médicos injuriados y cargó contra ellos, tal como lo demuestran los testimonios que dejaron estupefactos a los médicos y otros profesionales presentes en la asamblea.
No alcanzaron esta vez los ya conocidos reproches de Videla para ocultar su responsabilidad en la omisión de la defensa gremial de sus representados.
Que Videla haya puesto su renuncia a consideración del voto de la asamblea, deja a la vista su verdadero rol.
En la asamblea leí una parte de los documentos públicos que obran en la Legislatura de la Ciudad.
Se trata de los entretelones de los reclamos que se le hicieron al gobierno de Macri y Lemus y a la propia dirección del Muñiz.
El nombramiento de profesionales en la guardia, la instalación de un sistema contra incendios y la reparación de las salas pediátricas cerradas, no obedecen a un plan sanitario sino a la demanda que por vía administrativa (a través de expedientes que ya he publicado) han impuesto las denuncias oportunamente formuladas.
La asamblea votó casi por unanimidad, el pronunciamiento contra los agravios y exigió una nota de descargo que deberá llevar la firma de la filial Muñiz de la AMM.
Veremos cómo maniobra la burocracia sindical médica, ya que quedó claro que se ocultó la existencia de la agraviante nota y se negó que hubiera sido entregada en la Legislatura.
A la hora de votar, un médico votó en contra del desagravio.
El huevo de la serpiente anida entre nosotros.
Luis Trombetta
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