viernes, 30 de diciembre de 2011

Estaba equivocado

Como anticipé, estaba equivocado.
El Gobierno de la Ciudad hizo las cuentas impecablemente.
Si no fuera porque el recibo impreso (y único valedero) no se puede consultar, el resto cierra.
Pero el gobierno porteño habilitó un sistema a través de la web y ahí se puede consultar el recibo.
La clave del problema: el salario, el aguinaldo y el dinero proveniente del fondo de distribución de lo facturado a terceros pagadores, está gravado por el impuesto a las ganancias.
Percibimos menos de lo que esperábamos, consecuencia de un impuesto aplicado a los salarios!
¡Cómo si el salario fuera una “ganancia” y no el mero pago del valor de la subsistencia del trabajador!
En fin, Cristina escuchó de “Hugo” que el mínimo no imponible había que elevarlo, pero entre los dos, nos confiscaron el salario.
El gobierno nacional persistiendo en desconocer la inflación que se come los sueldos pero recaudando de los salarios (como si fuéramos empresarios).
Y Moyano con discursos futboleros pero paralizando a los trabajadores.
Juntos, son los responsables de la confiscación salarial.
Y Macri cumpliendo con el impuesto al trabajo, con salarios deprimidos acordados en paritruchas con la burocracia sindical, sin mandatos de delegados paritarios ni asambleas que discutan los reclamos, tiene el camino allanado para pagar sueldos bajos.
Así cerramos el 2011.
Es obligatorio reconocerlo: estoy equivocado.
Todo funciona correctamente y si no, date una vuelta por el Muñiz pero no me busques en la Sala 20.
Hubo que cederla a Pediatría porque las dos salas de niños fueron cerradas por el deterioro edilicio (no son espacios seguros). Cuando se realice la obra de reparación de las dos salas de Pediatría, volvemos a la 20.
Pero para qué les voy a contar.
El equivocado soy yo.

Luis Trombetta

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