domingo, 22 de febrero de 2009

La OMS, la crisis financiera y la salud mundial

La OMS descubre la velocidad de la crisis mundial pero oculta su significado.
por Luis Trombetta
para Tribuna de Salud

La Directora General de la OMS convocó una reunión consultiva de alto nivel antes de la apertura de la 124ª reunión del Consejo Ejecutivo, el día 19 de enero de 2009.
Los objetivos de la reunión fueron analizar el impacto de la crisis financiera y económica en la salud mundial.
La OMS analiza la situación mundial desde la perspectiva de los países que integran la OCDE.
Es su vocera.
La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), reúne a los países más industrializados de economía de mercado. Reconoce su origen en la Organización para la Cooperación Económico Europea que llevó adelante el Plan Marshall en la 2ª post guerra mundial y que culminó en 1960.
Luego la OCDE incorpora a EEUU, Canadá, Méjico, los países de Europa, Japón, Corea y Australia, entre los miembros más importantes.

El documento de la OMS (1) señala la crisis financiera de los países de la OCDE y el comienzo de la más grave recesión económica desde 1930.
El aumento de los alimentos y combustibles sumó más de 100 millones de nuevos pobres en el mundo, advirtiendo que el reto es prevenir que la crisis económica se convierta en una crisis social y sanitaria.
La OMS señala que la crisis comenzó en el mundo desarrollado, a diferencia de las antecesoras de 1980 y 1990, iniciada en países en desarrollo y que es posible que aún no se hayan manifestado plenamente los efectos en los países en desarrollo.

La OMS intenta ocultar que la crisis capitalista mundial es imparable... y (que) la crisis bancaria disimula, entonces, una crisis de sobreproducción, que el crédito al consumo ha tratado infructuosamente de superar: las fuerzas productivas desbordan el marco capitalista en que fueron creadas. El estallido del crédito al consumo (incluido el hipotecario) potencia social e históricamente la recesión económica: socialmente, amenaza con generar una miseria mayor a las crisis precedentes; históricamente, tiene límites mucho mayores para encontrar una vía de salida o, dicho de otro modo, sus vías de salida son más destructivas y catastróficas. (Altamira J. En Defensa del Marxismo Año XVI Nº 35. Marzo 2008. 17-28).

El pronóstico de la OMS ofende a la inteligencia.
Algunos países están particularmente expuestos...los endeudados con el FMI “tal vez” tengan restricciones al gasto mientras reembolsen los préstamos... “muchos países en desarrollo”... se encuentran en una mejor situación fiscal... y “la mayoría seguirán el camino del crecimiento económico, aunque más lento”.
Luego se sincera: en todos los países... “los más afectados serán los pobres”.
Estos tecnócratas sanitarios, representantes del capitalismo y en especial de las potencias imperialistas, parecen no haberse enterado que el salvataje de los bancos es un fracaso completo.
De ninguna manera ... “el mundo está mejor preparado para afrontar la crisis que en los años ochenta”.
El crecimiento mundial del desempleo es imparable.
Sin embargo, los técnicos de la OMS pretenden salvaguardar los ingresos además de la salud (de la población) mediante empleos temporales que en sí mismos rindan beneficios sociales, como construcción de escuelas y dispensarios.
La OMS propone más flexibilidad laboral, y planes trabajar!
También repite una profecía autocumplida: la demanda de servicios públicos de salud aumentará, el aumento del costo del servicio del sector privado provocará la transferencia de la población al sector público, que sin un apoyo financiero adecuado (presupuesto), provocará la caída de la calidad de atención.
Este escenario no es nuevo, ya que por el contrario, describe la crisis sanitaria argentina, agravada a partir del 2001, perpetuada hasta el presente y manifiesta en hospitales desabastecidos, obsolescencia y ausencia tecnológica, derrumbe edilicio, trabajo precarizado y mal retribuido.
Es decir, la descripción de la crisis estructural del sistema sanitario del país.

Los participantes de la Reunión Consultiva destacaron que una característica fundamental de la crisis es la velocidad a la que evoluciona.
No se dan por enterados del carácter imparable de la crisis capitalista mundial.

Así lo revela el artículo de tapa de Prensa Obrera Nº 1056 (25/09/08): La muralla que debía contener el derrumbe capitalista en los Estados Unidos resultó ser un castillo de arena.
Durante un año, el Estado más fuerte de la historia ha desplegado sus enormes recursos sin ningún resultado.
Hace una semana -cuando la crisis había paralizado el movimiento económico del país, luego de una serie sucesiva de grandes bancarrotas-, el Tesoro norteamericano se vio forzado a lanzar un plan de rescate incondicional generalizado.

En el Anexo 1 del documento de la Reunión Consultiva, bajo el título “Mitigar el impacto de la crisis financiera en la salud”, en el apartado Nº 41, dice: La recesión económica hace más difícil la tarea de defender los presupuestos sanitarios. En los países afectados por la crisis financiera, puede darse prioridad a la recapitalización de los bancos y demás instituciones financieras.
Para la OMS y la OCDE, la consigna es... primero los bancos!
La realidad los deja expuestos al ridículo.

En PO Nº 1061 (30/10/08), Altamira (La crisis mundial sacude a la periferia capitalista) lo señaló claramente: Las medidas extraordinarias de rescate adoptadas por los bancos centrales y las Tesorerías del Estado "no han detenido la turbulencia" (Financial Times, 29/10). No se ha logrado siquiera restituir la normalidad en el mercado intra-bancos o monetario, donde se piden tasas de interés considerablemente por encima de las fijadas por los bancos centrales. Los llamados inversores están retirando en masa su dinero de los fondos de cobertura y de los fondos de capitales privados (el llamado ‘sistema bancario en la sombra'), responsables por la mayor parte del mercado de derivados que maneja arriba de 550 billones de dólares.

La OMS propone el aumento de la eficacia del gasto en el sector salud, advirtiendo que “En el ámbito del sector de la salud, los ministros y sus funcionarios se enfrentan a opciones difíciles. Por ejemplo, siempre es más fácil recortar los gastos de explotación con el fin de salvaguardar los salarios. Sin embargo, la experiencia en el pasado pone de relieve los riesgos que ello conlleva, a saber: el gasto en salud se vuelve ineficaz cuando los trabajadores sanitarios carecen de suministros, el personal se siente descontento; la escasez de medicamentos esenciales provoca la desconfianza del público en general; y las infraestructuras existentes se deterioran debido a la falta de mantenimiento”.

Al respecto es obligatorio denunciar que la caída salarial ya se produjo, vía devaluación monetaria y suspensiones de puestos de trabajo con reducción de salarios y que por ejemplo en nuestro país, los presupuestos de salud son insuficientes desde antes del estallido de la crisis capitalista mundial.

Finalmente, la OMS previene: “la recesión ha ido acompañada de disturbios sociales”, de manera que “impulsar la reforma del sector social y sanitario”... conlleva riesgos (refiriéndose a las reducciones drásticas de los presupuestos en el sector público).
El reloj de la OMS atrasa.
La tendencia a la rebelión mundial se inició en Grecia en diciembre de 2008, liderada por la juventud y con la bancarrota capitalista internacional como telón de fondo (PO Nº 1067. Tapa. 11/12/08).
Movilizaciones en Italia, ocupación de fábricas en EEUU (Chicago) y Francia (Alta Normandía), movilizaciones en China, han pasado desapercibidas para la OMS.
En Argentina la crisis capitalista recorre el camino de la devaluación.

En una nota publicada en Perfil (08/02/09) E. Szewach advierte que la economía argentina necesitará dólares para financiar las importaciones, pagar deuda pública y atender la demanda de dólares de los particulares.
Para Szewach la generación de dólares provendría de la devaluación rápida dirigida a limitar las importaciones, a costa del deterioro del poder de compra del salario; el ajuste es inevitable.
En el mismo diario, Cavallo anuncia que el riesgo inflacionario sigue siendo alto, de la mano de la emisión monetaria, combinada con deterioro fiscal y ausencia de crédito público.
Para el gobierno nacional, la solución es un deseo infantil: elevar los niveles de consumo (automóviles, electrodomésticos), en un escenario de retracción del consumo, desaparición del crédito bancario e intereses impagables.
Las recetas capitalistas solo auguran mayor hundimiento de las condiciones de vida de la clase obrera, los asalariados y los desempleados.
R. Fraga señala que el debate de ideas está muy por debajo de la gravedad de la crisis, y aparece una notoria falta de ideas concretas y eficaces para enfrentar la crisis mundial de la primera década del tercer milenio (Oportunidad para un replanteo económico. Perfil 08/02/09).
El documento de la OMS se inscribe en esta línea.
La palabra y la acción, la tienen los trabajadores.
La desintegración capitalista derriba las conquistas de la clase obrera: vivienda, jubilación, trabajo, salario y alimentación. La salud no escapa a la maquinaria destructiva.
Para enfrentar las consecuencias de la crisis financiera sobre la salud mundial, hay que reorganizar la sociedad sobre otras bases sociales y económicas.


Necesitamos un programa:

Prohibición de desalojos, suspensiones y despidos.
Jubilación equivalente al 82% móvil del salario.
Nacionalización inmediata sin pago del sistema bancario y del sistema financiero en las sombras, constituido por los diversos fondos especulativos.
Lanzamiento de un programa de reactivación económica centrado en la superación de las carencias de infraestructura, vivienda, salud y educación.
Nacionalización sin pago, bajo control obrero, de toda la industria en quiebra.
Impuesto progresivo a los ingresos capitalistas y confiscación de las grandes fortunas personales para resarcir la destrucción de las fuentes productivas y de trabajo.
Por un congreso de trabajadores para elaborar un plan de reconstrucción económica.
Paritarias con mandatos de asambleas de cada lugar de trabajo.
Aumento salarial ajustado por inflación mensual.
Triplicación del presupuesto de salud.
Desconocimiento de la propiedad privada de las patentes medicinales.
Producción estatal de medicamentos bajo control obrero.
Por un sistema de salud único, gratuito, de acceso universal, y bajo control de los trabajadores.


1. La crisis financiera y la salud mundial. Informe de la Reunión Consultiva de Alto Nivel. Organización Mundial de la Salud, Ginebra. 19 de enero de 2009. Nota de información/2009/1. 21 de enero de 2009. OMS









1 comentario:

Anónimo dijo...

Este sistema hace agua por todos lados. Jamás antes se los vio correr desesperados con sus trillones de dólares al salvataje del hambre y la desnutrición, por ejemplo.

Como enseña la fábula de la rana y el escorpión que termina mordiéndola en medio del río y, por lo tanto, suicidándose.

Muy muy pero muy bueno tu blog, Luis. Abrazo...

Carlos Perrotti