La Cátedra de Enfermedades Infecciosas está clausurada
por Luis Trombetta
para Tribuna de Salud
El edificio de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la UBA, ubicado en el predio del Hospital Muñiz, está clausurado.
Las autoridades de la Facultad de Medicina, ante la denuncia de la deplorable situación en que se encuentra el edificio, tras una inspección resolvieron clausurarlo ante el peligro de desprendimiento de la mampostería de sus techos, sin duda, peligrosísimo para sus ocupantes: estudiantes, trabajadores docentes y no docentes.
La construcción es centenaria, y su abandono también.
Originado en una donación de la familia Penna, la Cátedra abrió sus puertas durante décadas, hasta que el abandono de las autoridades universitarias y del Gobierno de la Ciudad, la falta de mantenimiento y el paso del tiempo, dieron sus frutos: ¡se cerró!
Es la prueba material de la política de liquidación de la educación pública universitaria de las autoridades de la UBA, que también son responsables de la falta de gas en la Facultad de Medicina, donde comprometen el desarrollo de las clases y el funcionamiento de los laboratorios.
Y es la prueba de que el plan de achicamiento en los Hospitales porteños está en marcha.
El proyecto de creación de un polo de salud en los terrenos del Muñiz, es un insulto a la inteligencia. Días pasados una masiva asamblea de profesionales anunció la situación de emergencia por la falta de insumos de laboratorio, falta de acceso de estudios de alta complejidad, falta de profesionales y el incumplimiento del acta firmada por el Gobierno el 16/04/08, que no fue ni más ni menos que una maniobra de distracción.
La situación terminal del edificio de la Cátedra es responsabilidad del Estado Nacional, a través del Ministerio de Educación, que debe proveer del presupuesto necesario para su mantenimiento, y del Gobierno de la Ciudad, por medio de su Ministerio de Salud, ya que el terreno que ocupa pertenece al Hospital Muñiz.
Las expectativas de que la solución llegará de la mano de “donaciones” de los laboratorios de especialidades medicinales y de los proveedores de insumos que ¿abastecen?.... al hospital, evocan la política del menemismo, en su versión kirchnerista – macrista.
Muy por el contrario, será el camino de la privatización y transferencia de áreas del Estado, en este caso, de la educación universitaria pública.
Sólo un plan de lucha llevado adelante por los profesionales docentes, el personal no docente y los alumnos de la Facultad de Medicina, impedirán la liquidación definitiva de la Cátedra.
Tribuna de Salud
por Luis Trombetta
para Tribuna de Salud
El edificio de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la UBA, ubicado en el predio del Hospital Muñiz, está clausurado.
Las autoridades de la Facultad de Medicina, ante la denuncia de la deplorable situación en que se encuentra el edificio, tras una inspección resolvieron clausurarlo ante el peligro de desprendimiento de la mampostería de sus techos, sin duda, peligrosísimo para sus ocupantes: estudiantes, trabajadores docentes y no docentes.
La construcción es centenaria, y su abandono también.
Originado en una donación de la familia Penna, la Cátedra abrió sus puertas durante décadas, hasta que el abandono de las autoridades universitarias y del Gobierno de la Ciudad, la falta de mantenimiento y el paso del tiempo, dieron sus frutos: ¡se cerró!
Es la prueba material de la política de liquidación de la educación pública universitaria de las autoridades de la UBA, que también son responsables de la falta de gas en la Facultad de Medicina, donde comprometen el desarrollo de las clases y el funcionamiento de los laboratorios.
Y es la prueba de que el plan de achicamiento en los Hospitales porteños está en marcha.
El proyecto de creación de un polo de salud en los terrenos del Muñiz, es un insulto a la inteligencia. Días pasados una masiva asamblea de profesionales anunció la situación de emergencia por la falta de insumos de laboratorio, falta de acceso de estudios de alta complejidad, falta de profesionales y el incumplimiento del acta firmada por el Gobierno el 16/04/08, que no fue ni más ni menos que una maniobra de distracción.
La situación terminal del edificio de la Cátedra es responsabilidad del Estado Nacional, a través del Ministerio de Educación, que debe proveer del presupuesto necesario para su mantenimiento, y del Gobierno de la Ciudad, por medio de su Ministerio de Salud, ya que el terreno que ocupa pertenece al Hospital Muñiz.
Las expectativas de que la solución llegará de la mano de “donaciones” de los laboratorios de especialidades medicinales y de los proveedores de insumos que ¿abastecen?.... al hospital, evocan la política del menemismo, en su versión kirchnerista – macrista.
Muy por el contrario, será el camino de la privatización y transferencia de áreas del Estado, en este caso, de la educación universitaria pública.
Sólo un plan de lucha llevado adelante por los profesionales docentes, el personal no docente y los alumnos de la Facultad de Medicina, impedirán la liquidación definitiva de la Cátedra.
Tribuna de Salud
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