Hola.
Una poesía inolvidable de Vinicius dice: desesperadamente, se que te voy a amar.
Es un deseo.
Una promesa.
Palabras de alguien que dice que en cada despedida llorará, y en cada regreso calmará todo lo que su ausencia causó, pero que sufrirá una eterna desventura… la vida entera.
Es también, al mismo tiempo, la confesión de su insatisfacción.
Al fin, si tuviera ese amor, tal vez nos hubiera privado de la poesía, pero podría haber sido feliz!
Se parece bastante a esa insatisfacción constante que se siente cuando se inicia la mañana de trabajo y que como todos los días, se preanuncia.
Es el deja vu de una escena muy conocida, la repetición de un ritual que nos pone de mal humor, frente a una realidad insoportable para todos: los enfermos, sus familias, los compañeros de trabajo, yo mismo.
No se trata del desafío de resolver la situación de salud de alguien en particular o la de todos nuestros pacientes, sino del hastío que provoca tener que enfrentar los mismos problemas, los mismos obstáculos eternamente.
Las condiciones de trabajo y los salarios, los problemas administrativos, las insuficientes (y por ello saturadas) vías de comunicación telefónica, el data entry manual para los estudios complementarios que exigen innumerables formularios, el ambiente físico inadecuado e insuficiente, en resumen, un escenario cada vez más hostil que conocemos como lugar de trabajo.
Y también la creciente violencia en el hospital público, reflejo de una sociedad en crisis que no encuentra respuesta en una dirigencia entretenida en satisfacer sus propios intereses.
En fin, una eterna desventura.
Desesperadamente necesitamos encontrarnos con el placer del trabajo y la creatividad en una profesión que enfrenta los males de la pobreza, la miseria social y el regreso de las epidemias del pasado.
Es ese deseo expresado en la poesía, de querer tener tu amor por siempre junto a mí….
Hay que luchar por ello.
Luis Trombetta
Marzo de 2008
Una poesía inolvidable de Vinicius dice: desesperadamente, se que te voy a amar.
Es un deseo.
Una promesa.
Palabras de alguien que dice que en cada despedida llorará, y en cada regreso calmará todo lo que su ausencia causó, pero que sufrirá una eterna desventura… la vida entera.
Es también, al mismo tiempo, la confesión de su insatisfacción.
Al fin, si tuviera ese amor, tal vez nos hubiera privado de la poesía, pero podría haber sido feliz!
Se parece bastante a esa insatisfacción constante que se siente cuando se inicia la mañana de trabajo y que como todos los días, se preanuncia.
Es el deja vu de una escena muy conocida, la repetición de un ritual que nos pone de mal humor, frente a una realidad insoportable para todos: los enfermos, sus familias, los compañeros de trabajo, yo mismo.
No se trata del desafío de resolver la situación de salud de alguien en particular o la de todos nuestros pacientes, sino del hastío que provoca tener que enfrentar los mismos problemas, los mismos obstáculos eternamente.
Las condiciones de trabajo y los salarios, los problemas administrativos, las insuficientes (y por ello saturadas) vías de comunicación telefónica, el data entry manual para los estudios complementarios que exigen innumerables formularios, el ambiente físico inadecuado e insuficiente, en resumen, un escenario cada vez más hostil que conocemos como lugar de trabajo.
Y también la creciente violencia en el hospital público, reflejo de una sociedad en crisis que no encuentra respuesta en una dirigencia entretenida en satisfacer sus propios intereses.
En fin, una eterna desventura.
Desesperadamente necesitamos encontrarnos con el placer del trabajo y la creatividad en una profesión que enfrenta los males de la pobreza, la miseria social y el regreso de las epidemias del pasado.
Es ese deseo expresado en la poesía, de querer tener tu amor por siempre junto a mí….
Hay que luchar por ello.
Luis Trombetta
Marzo de 2008
2 comentarios:
Querido Luis: excelente y sentida metáfora sobre nuestra realidad hospitalaria-laboral y las hermosas palabras del Grande Vinicius. Creo que recuperar el placer de nuestro trabajo debe ser un objetivo constante pero para ello es necesario, tal cual vos lo mencionas, que podamos mejorar las condiciones laborales en un sentido bien amplio, que más allá de la reivindicación salarial (necesaria obviamente) involucra ese largo listado de "cosas" que nos entristecen y enojan en el cotidiano.
De todas maneras no dejemos de dar lo mejor de cada uno de nosotros, por nuestros pacientes y por nosotros mismos y nuestros afectos, de lo contrario estariamos haciendo más insoportable esta realidad, que no puede ser la excusa del "no hacer".
Un gran abrazo.
Tomás
Excelente idea!
Para que todos los que asumimos a diario el compromiso con nuestra profesión y con "nuestra segunda casa", tengamos un espacio de encuentro.
El día 24 de marzo, es el "Día Internacional de la Tuberculosis".
La OMS plantea para el 2050 eliminar la TBC como un problema de Salud Pública.
Cada 24 de marzo, los profesionales de la salud, recordamos a Robert Koch, y sentimos impotencia frente a esta enfermedad que azota a nuestros pueblos, que mata a nuestra gente.
Cada uno de nosotros, desde nuestro lugar, nos esforzamos para que las metas de la OMS, no sean solo buenos deseos y se conviertan en historia como el lema de la conferencia de Alma Ata en 1976: “Salud para todos en el año 2000”
Para caminar juntos, es necesario que nos encontremos, los profesionales de "esta casa", tenemos mucho para dar: ¡Manos a la Obra!
Felicitaciones por esta idea!
Gladys
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