Hoy por la tarde se reunió en el hall de la Facultad de Medicina una asamblea que analizó la profunda e interminable crisis que atraviesa el edificio de la Facultad.
La concurrencia si bien no numerosa, contó con los representantes de la Asociación Gremial Docente (Comisión Directiva AGD-Medicina), docentes y alumnos.
El problema edilicio es gravísimo.
La Facultad tiene cortado el suministro de gas, impidiendo las tareas habituales de los distintos laboratorios.
Los problemas se agravarán cuando comience el frío y no haya calefacción en las aulas.
Según la opinión de los docentes, el suministro de electricidad colapsará cuando en reemplazo del gas se utilicen estufas de cuarzo.
En la asamblea se denunció el manejo irresponsable de los residuos patológicos, incumpliendo con las normas de higiene y bioseguridad.
El problema radica en que las obras y reparaciones no se realizan, a pesar de que la situación lleva más de 2 años.
El Rectorado no resuelve el problema, que exige el financiamiento de las obras.
Es una situación idéntica a lo que ocurre con la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de nuestro Hospital, actualmente clausurada debido a su calamitoso estado.
Ni el Gobierno de la Ciudad ni la Facultad de Medicina se hacen cargo del costo de las reparaciones de la Cátedra, o como se ha “escuchado” de fuentes del Gobierno, la inviabilidad del edificio demanda una nueva construcción… de la que tampoco nadie se hace cargo.
Me consta que la denuncia de la situación de la Cátedra se realizó en el Consejo Departamental de Medicina (CODEP) y ante las máximas autoridades de la Facultad (Consejo Directivo).
La crisis de la UBA es indisimulable, a pesar de que el Rector Hallú afirmara recientemente en Clarín, que la situación se normalizaba.
La asamblea finalmente decidió conformar una Comisión de Higiene y Seguridad que elabore un informe sobre la situación del edificio, que será difundido en toda la comunidad universitaria.
La solución a los problemas de la Facultad de Medicina, sólo llegarán de la mano de una amplia movilización de sus docentes, del personal no docente y de sus alumnos, que exijan firmemente la inversión presupuestaria suficiente para garantizar la remodelación edilicia de todas sus cátedras y el mantenimiento permanente de cada una de ellas, incluyendo el Hospital de Clínicas y las que se encuentran en los Hospitales de la Ciudad.
La concurrencia si bien no numerosa, contó con los representantes de la Asociación Gremial Docente (Comisión Directiva AGD-Medicina), docentes y alumnos.
El problema edilicio es gravísimo.
La Facultad tiene cortado el suministro de gas, impidiendo las tareas habituales de los distintos laboratorios.
Los problemas se agravarán cuando comience el frío y no haya calefacción en las aulas.
Según la opinión de los docentes, el suministro de electricidad colapsará cuando en reemplazo del gas se utilicen estufas de cuarzo.
En la asamblea se denunció el manejo irresponsable de los residuos patológicos, incumpliendo con las normas de higiene y bioseguridad.
El problema radica en que las obras y reparaciones no se realizan, a pesar de que la situación lleva más de 2 años.
El Rectorado no resuelve el problema, que exige el financiamiento de las obras.
Es una situación idéntica a lo que ocurre con la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de nuestro Hospital, actualmente clausurada debido a su calamitoso estado.
Ni el Gobierno de la Ciudad ni la Facultad de Medicina se hacen cargo del costo de las reparaciones de la Cátedra, o como se ha “escuchado” de fuentes del Gobierno, la inviabilidad del edificio demanda una nueva construcción… de la que tampoco nadie se hace cargo.
Me consta que la denuncia de la situación de la Cátedra se realizó en el Consejo Departamental de Medicina (CODEP) y ante las máximas autoridades de la Facultad (Consejo Directivo).
La crisis de la UBA es indisimulable, a pesar de que el Rector Hallú afirmara recientemente en Clarín, que la situación se normalizaba.
La asamblea finalmente decidió conformar una Comisión de Higiene y Seguridad que elabore un informe sobre la situación del edificio, que será difundido en toda la comunidad universitaria.
La solución a los problemas de la Facultad de Medicina, sólo llegarán de la mano de una amplia movilización de sus docentes, del personal no docente y de sus alumnos, que exijan firmemente la inversión presupuestaria suficiente para garantizar la remodelación edilicia de todas sus cátedras y el mantenimiento permanente de cada una de ellas, incluyendo el Hospital de Clínicas y las que se encuentran en los Hospitales de la Ciudad.
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