viernes, 11 de marzo de 2016

Almagro: zona liberada

Almagro: zona liberada

Liniers y Rivadavia, Don Bosco, Moreno.
No son homenajes a próceres y curas.
Son las calles de Almagro, barrio liberado.
Y no se trata de una gesta heroica de vecinos, trabajadores, jóvenes y jubilados que tomaron las riendas de las calles, sino todo lo contrario.
No es poder popular.
Es la realidad de muchas otras zonas porteñas, de oscuros paisajes en los que la "ley" no impera.
Digo: ni la Federal ni la Metropolitana.
Lo cierto es que los arrebatos a luz del día y en el turno vespertino, son parte del cotidiano.
Puteadas, trompadas, botellazos y amagues de malevos, abundan en las noches de sábado.
Es la "fiebre de nuestro sábado por la noche".
Al fatigado programa de espectáculos, se ha sumado una nueva distracción.
Y digo así, porque verdaderamente, me distrae el descanso nocturno.
No falta madrugada en la que las alarmas de los autos, ofrezcan un concierto desafinado.
Todas las desgraciadas noches, a la madrugada, como en una epidemia, las alarmas de los autos dan aviso de intentos de robo.
Y seguramente a algún vehículo no prevenido, lo han cambiado de estado civil: de coche a auto parte de reventa.
Pero los más afortunados, despiertan a los vecinos (a mi por ejemplo), resistiendo el ataque nocturno.
De seguir así, convendría ofrecer a los malhechores, un horario fijo, por ejemplo después de las 22 y hasta las 00 horas, y luego de las 06, cuestión de garantizar 6 horas sin alarmas.
La demora en detener el insoportable ruido automotor, sospecho que obedece a que los dueños de los automóviles, tardan en levantarse de sus camas.
Propongo un sistema de relevo de infortunados automovilistas, así cada día uno solo de ellos se levanta de sus camas y detiene las alarmas.
Dejo una mención especial para titulares y acompañantes de visitantes de antiguos hoteles alojamiento, porque no sería cuestión de interrumpir el placer, pero tampoco de dejar sonar la alarma incansablemente.
Aprovecho para comentar que sigo recibiendo llamados madrugadores con fines despreciables: afano bajo presión telefónica, simulando secuestros o accidentes de allegados de primer grado.

Este cronista seguirá emitiendo desde las páginas de Almagro Insurgente.
Hemos tenido un verano de cortes de luz de menor intensidad en la cuadra.
Recientemente agujerearon las veredas por reparaciones de cloacas.
Nos pidieron que usáramos menos los sanitarios.
Fue una consigna de difícil acatamiento, que solo cumplieron los llamados "constipados de siempre".
No quiero dejar de comentar un hecho singular.
Un arrebatador de colectivos (la Línea 132 es el paraíso de la especialidad), atacó en la subida al bondi, en 24 de Noviembre e Yrigoyen.
Más allá del desconcierto en la cola del 132, la señora del primer asiento de adelante, salió a perseguir al chorro, dejando a su hija arriba del colectivo y reclamando que éste no arrancase.
Desde arriba vimos como la desafortunada mamá, casi llegaba a los cabellos del caco, cuando en un pase mágico, el malviviente se subió a una bicicleta y rajó.
La señora regresó al bondi y seguimos rumbo a la Plaza Once, templo de los afanos al paso. Algo más sobre el chorro: ¿será un admirador de De Sica?

No hay comentarios.: