Almagro:
zona liberada
Liniers
y Rivadavia, Don Bosco, Moreno.
No
son homenajes a próceres y curas.
Son
las calles de Almagro, barrio liberado.
Y
no se trata de una gesta heroica de vecinos, trabajadores, jóvenes y jubilados
que tomaron las riendas de las calles, sino todo lo contrario.
No
es poder popular.
Es
la realidad de muchas otras zonas porteñas, de oscuros paisajes en los que la
"ley" no impera.
Digo:
ni la Federal
ni la Metropolitana.
Lo
cierto es que los arrebatos a luz del día y en el turno vespertino, son parte
del cotidiano.
Puteadas,
trompadas, botellazos y amagues de malevos, abundan en las noches de sábado.
Es
la "fiebre de nuestro sábado por la noche".
Al
fatigado programa de espectáculos, se ha sumado una nueva distracción.
Y
digo así, porque verdaderamente, me distrae el descanso nocturno.
No
falta madrugada en la que las alarmas de los autos, ofrezcan un concierto
desafinado.
Todas
las desgraciadas noches, a la madrugada, como en una epidemia, las alarmas de
los autos dan aviso de intentos de robo.
Y
seguramente a algún vehículo no prevenido, lo han cambiado de estado civil: de
coche a auto parte de reventa.
Pero
los más afortunados, despiertan a los vecinos (a mi por ejemplo), resistiendo
el ataque nocturno.
De
seguir así, convendría ofrecer a los malhechores, un horario fijo, por ejemplo
después de las 22 y hasta las 00 horas, y luego de las 06, cuestión de
garantizar 6 horas sin alarmas.
La
demora en detener el insoportable ruido automotor, sospecho que obedece a que
los dueños de los automóviles, tardan en levantarse de sus camas.
Propongo
un sistema de relevo de infortunados automovilistas, así cada día uno solo de
ellos se levanta de sus camas y detiene las alarmas.
Dejo
una mención especial para titulares y acompañantes de visitantes de antiguos
hoteles alojamiento, porque no sería cuestión de interrumpir el placer, pero
tampoco de dejar sonar la alarma incansablemente.
Aprovecho
para comentar que sigo recibiendo llamados madrugadores con fines
despreciables: afano bajo presión telefónica, simulando secuestros o accidentes
de allegados de primer grado.
Este
cronista seguirá emitiendo desde las páginas de Almagro Insurgente.
Hemos
tenido un verano de cortes de luz de menor intensidad en la cuadra.
Recientemente
agujerearon las veredas por reparaciones de cloacas.
Nos
pidieron que usáramos menos los sanitarios.
Fue
una consigna de difícil acatamiento, que solo cumplieron los llamados
"constipados de siempre".
No
quiero dejar de comentar un hecho singular.
Un
arrebatador de colectivos (la
Línea 132 es el paraíso de la especialidad), atacó en la
subida al bondi, en 24 de Noviembre e Yrigoyen.
Más
allá del desconcierto en la cola del 132, la señora del primer asiento de
adelante, salió a perseguir al chorro, dejando a su hija arriba del colectivo y
reclamando que éste no arrancase.
Desde
arriba vimos como la desafortunada mamá, casi llegaba a los cabellos del caco,
cuando en un pase mágico, el malviviente se subió a una bicicleta y rajó.
La
señora regresó al bondi y seguimos rumbo a la Plaza Once , templo de
los afanos al paso. Algo más sobre el chorro: ¿será un admirador de De Sica?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario