martes, 30 de junio de 2015

Microdiscectomía

Cuando salí de la confusión, por cierto bastante duradera (no vale decir que es habitual), pensé en Lucy.
No puedo creer que alguien obtenga placer con sus insufribles efectos adversos.
Más allá de calmar el dolor (sigo agradecido), el resto es desechable.
La casualidad se presentó en el Face.
Y me tenté.

Seguramente por otras razones.
Una verdadera casualidad.
Ingreso y leo Lucy en el cielo con diamantes.
No hay dudas, la imagen confirma el azar.
Pero lo pensé varias veces.
Lucy en el cielo con diamantes.
Fue lo primero que se me ocurrió.
Aunque confieso, esperaba otra reacción.
Deseaba que ya pasara todo.
Pero el alivio no fue placentero.
¿Es posible que cese el dolor y no haya placer?
Hasta antes, no lo había pensado.
Lucy en el cielo con diamantes.
Un cielo blanco.
Una luz blanca y después la nada.
Lucy no está.
Así fue.
Microdiscectomía lumbar.
Me pusieron toda la morfina que había, antes y después de la cirugía.
¿Quién dijo que hay placer en el opio?
(Te acordás, hermano, qué tiempos aquellos?
Eran todos hombres, más hombres los nuestros.
No se conocía coca ni morfina;
los muchachos de antes no usaban gomina)
Espero no pensar en Lucy por una buena temporada.
Chau Lucy.

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