domingo, 26 de abril de 2009

Un programa para enfrentar el dengue

Básicamente la transmisión del dengue depende de factores de riesgo vinculados a la virulencia y al tipo viral circulante y a factores epidemiológicos que incluyen la alta densidad vectorial (presencia del mosquito), alta concentración poblacional, presencia de población susceptible y condiciones sociales y económicas (provisión de agua potable, saneamiento ambiental, viviendas, eliminación de residuos domésticos, envases no biodegradables, eliminación de basurales, abastecimiento de los servicios públicos de salud, ausencia de programas de control de vectores).

La estrategia comunitaria para el control del dengue es insoslayable de la movilización social, dirigida a la toma de medidas que limiten la expansión de la epidemia.

La formación de comisiones barriales, regionales y elegidas en asambleas de todos los vecinos será una herramienta para el control del vector.
Las tareas de descacharrización, eliminación de neumáticos, envases no biodegradables, (vidrio y plásticos) capaces de contener agua en la que proliferen los mosquitos, es una tarea esencial.
El reclamo de cisternas de agua potable en los barrios donde la canilla comunitaria es la única fuente de agua potable, está a la orden del día.
Que los vecinos no se vean obligados a acumular agua para el consumo domiciliario, es la primera medida dirigida a la protección no sólo de la proliferación del mosquito Aedes, sino a la prevención de las enfermedades diarreicas.
Terminar con los basurales abiertos será la forma no sólo de combatir la multiplicación del mosquito, sino también la de terminar con las ratas y el peligro de la leptospirosis.
Dotar de personal a los centros de salud comunitarios en todos los barrios, abastecidos y capaces de asistir el aumento de la demanda, debe estar entre los reclamos más urgentes, así como el aprovisionamiento de insumos para la atención de los enfermos, presuntamente de dengue y otras enfermedades.
El traslado de los enfermos que así lo requieran a los centros de mayor complejidad, debe ser garantizado por la autoridad sanitaria.
Se necesitan médicos, enfermeros, personal auxiliar y recursos suficientes para la atención y el traslado de los enfermos a los hospitales de referencia zonal.
Los hospitales en sus municipios deben contar con los necesarios y suficientes elementos de diagnóstico de laboratorio para el diagnóstico del dengue.
Ningún enfermo ni debe ni puede quedar sin un diagnóstico confirmado, ya que esa situación puede condicionar la evolución y la gravedad de un nuevo futuro contagio.
Las escuelas, las plazas, los sindicatos, las asambleas barriales deben servir para la organización de los trabajadores ocupados y desocupados.
Toda la población debe movilizarse contra el dengue.
La provisión de mosquiteros y repelentes, debe ser garantizada para toda la población.
Control de precios y precios máximos para la venta de repelente de uso personal.
Que el estado fije el precio y que se expropie a los acopiadores y a los especuladores.
Que se declare la emergencia nacional contra el dengue.
Que se difundan diariamente las cifras de los nuevos casos diagnosticados en todo el país.

Que se organice una red nacional de lucha contra el dengue a través de las organizaciones barriales, sociales y políticas.

La lucha contra el dengue es la lucha contra la pobreza.

Tribuna de Salud

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